Renzi se enfrenta a sus socios de la UE por la inmigración

Los líderes debaten aceptar a 40.000 refugiados llegados a Italia y Grecia

El primer ministro italiano, Matteo Renzi, este jueves en Bruselas. DARREN STAPLES (REUTERS)

La inmigración generó ayer momentos tensos en el debate que mantuvieron los jefes de Estado y de Gobierno en Bruselas. El primer ministro italiano, Matteo Renzi, reprochó a sus socios la falta de solidaridad por no aceptar las cuotas de refugiados obligatorias, según fuentes conocedoras del encuentro. El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, autor del ...

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La inmigración generó ayer momentos tensos en el debate que mantuvieron los jefes de Estado y de Gobierno en Bruselas. El primer ministro italiano, Matteo Renzi, reprochó a sus socios la falta de solidaridad por no aceptar las cuotas de refugiados obligatorias, según fuentes conocedoras del encuentro. El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, autor del esquema de reparto obligatorio, se enfrentó al del Consejo Europeo, Donald Tusk, que aboga por un marco voluntario. Y hasta la alta representante para la Política Exterior, Federica Mogherini, denunció falta de coherencia europea.

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“Si no llegamos a un acuerdo sobre la reubicación de 40.000 personas, no tienen dignidad suficiente para llamarse Europa”, espetó Renzi a los partidarios de la cuota voluntaria (España entre ellos). “O mostramos solidaridad o estamos perdiendo el tiempo”, zanjó. Con una argumentación parecida, Mogherini añadió: “Si esta es la coherencia europea, ¿cómo me pueden pedir que vaya y negocie con África [para tratar de frenar los flujos migratorios]?”.

Solidaridad con sacrificio

Pese al enfrentamiento, el borrador de conclusiones de la cumbre recogía el compromiso de acoger a 40.000 refugiados llegados a Italia y Grecia para descargar a esos dos países de la presión migratoria que sufren. Hungría presiona para ser incluida como tercer país al que auxiliar, de momento sin éxito, explican fuentes del Consejo.

Consciente de que aprobar una propuesta voluntaria sobre el papel —pero con un cupo fijo de refugiados a los que acoger— requerirá más que buena disposición, Tusk alertó: “La solidaridad sin sacrificio es pura hipocresía. No necesitamos declaraciones vacías de solidaridad, solo hechos y números”.

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