Tribuna

Ante el voto de la ONU, es hora de que Latinoamérica responsabilice a Irán

Es importante abordar los suplicios diarios de las mujeres iraníes y la manera en que la discriminación afecta social y económicamente en sus vidas

Los recientes ataques con ácido en Isfahán han reavivado el debate sobre los derechos de la mujer en Irán. Grandes protestas han instado al gobierno a reforzar la investigación y tomar medidas para prevenir este tipo de violencia contra las mujeres en el futuro. Los oficiales del Estado han expresado “preocupación”, pero ciertos iraníes dudan de que su respuesta sea la apropiada.

La situación de derechos de la mujer en Irán va mucho más allá que estos terribles titulares que acaparan los medios. Es importante por ende abordar los suplicios diarios de las mujeres en Irán y la manera en q...

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Los recientes ataques con ácido en Isfahán han reavivado el debate sobre los derechos de la mujer en Irán. Grandes protestas han instado al gobierno a reforzar la investigación y tomar medidas para prevenir este tipo de violencia contra las mujeres en el futuro. Los oficiales del Estado han expresado “preocupación”, pero ciertos iraníes dudan de que su respuesta sea la apropiada.

La situación de derechos de la mujer en Irán va mucho más allá que estos terribles titulares que acaparan los medios. Es importante por ende abordar los suplicios diarios de las mujeres en Irán y la manera en que la discriminación de género afecta el área social y económica de sus vidas.

En octubre, los gobiernos de varios países aprovecharon la oportunidad de presionar directamente a las autoridades iraníes para que mejoren los derechos de la mujer durante el Examen Periódico Universal (EPU) en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU en Ginebra. Los miembros de las Naciones Unidas —en particular los de Latinoamérica— hicieron nuevas recomendaciones con respecto a los derechos de la mujer.

Costa Rica expresó su preocupación en particular con la falta de protección y garantía efectiva de los derechos humanos hacia la mujer. Chile le pidió a Irán que tomase provisiones para prohibir todo tipo de discriminación en contra de mujeres y niñas. Y Uruguay pidió que enmendase sus leyes en aquellos casos donde se discrimina en base a género.

La ONU se prepara para votar a finales de noviembre en una resolución que muestra preocupación por el trato a las mujeres en Irán

Sin embargo, mientras Irán reflexiona sobre cuáles recomendaciones desea aceptar, la Asamblea General de las Naciones Unidas se prepara para votar a finales de noviembre en una resolución que, entre otros asuntos, muestra preocupación por el trato a las mujeres en Irán. Aunque algunos países en Latinoamérica como Uruguay y Brasil se han abstenido, o votado que “no” como El Salvador y Argentina, luego de cuatro años sin avances, ha llegado el momento de enviar un mensaje más fuerte y votar “sí”.

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Los últimos cuatro años han demostrado que aunque Irán haya aceptado las recomendaciones del EPU, las mismas no son garantía de una mejora en los derechos humanos. Esto sólo hace la adopción de la resolución de la Asamblea General de la ONU mucho más importante para la promoción y protección de los derechos humanos.

En el último EPU en 2010, por ejemplo, Irán aceptó 10 recomendaciones sobre los derechos de la mujer, pero en realidad avanzó muy poco. Estonia, Indonesia, Irlanda, Brasil, Bangladesh, Chile, México y Vietnam recomendaron que Irán reformara aquellas provisiones de leyes civiles y criminales que son discriminatorias, incluyendo aquellas que limitan los derechos de la mujer con respecto al matrimonio y al acceso a la justicia.

Aunque Irán reportó sobre su progreso de los últimos cuatro años ante los miembros del Consejo de Derechos Humanos, en práctica, sólo ha hecho intentos con poco esfuerzo para cumplir con las recomendaciones aceptadas.

Por ejemplo, la situación de la nacionalidad de los niños de madres Iraníes, tras largas discusiones y debates en el parlamento, sigue sin resolverse. Luego de años de ambivalencia sobre el texto, la propuesta de ley fue debatida en mayo de 2012 y se decidió que los niños de madres Iraníes tienen derecho a la educación, salud, y servicios sociales, pero pueden obtener sólo residencia permanente. Sin embargo, el Consejo de Guardianes rechazó la ley luego de que la misma fue ratificada.

Mientras los recientes ataques con ácido obtienen atención internacional, debemos recordar que la discriminación de género está arraigada en la ley iraní 

Además, ningún cambio positivo sustancial en el estatus legal de las mujeres se ha llevado a cabo. Por ejemplo, las niñas iraníes todavía pasan a ser criminalmente responsables a los nueve años, seis años antes que los niños. Bajo la legislación aprobada por el parlamento, se les da la misma compensación de seguro a hombres y mujeres que sufren de accidentes automovilísticos. Sin embargo, en otras instancias como en el caso de asesinato, los hombres y las mujeres no son tratados de igual forma en términos de compensación. Asimismo, los hombres y mujeres no tienen los mismos derechos en casos de leyes familiares o de divorcio.

De manera que, mientras los recientes ataques con ácido obtienen atención internacional, también debemos recordar que la discriminación de género arraigada en la ley Iraní debe recibir constante atención.

Como mínimo, la comunidad internacional debe responsabilizar a Irán y hacerle cumplir sus promesas a través del seguimiento y monitoreo cercano de su progreso en cuanto a los derechos humanos. Además, debe votar “sí” en la Asamblea General. Mediante su participación, los miembros de las Naciones Unidas tendrán la oportunidad de invertir en un mejor futuro para las mujeres Iraníes.

Puesto que los oficiales Iraníes han declarado reiteradamente su apoyo al mecanismo del EPU y a su obligación de cooperar con el Consejo de Derechos Humanos, deben ser recordados que la cooperación no empieza y termina en Ginebra. Cooperación verdadera significa cumplir sus promesas mediante reformas legales reales y medibles que mejoren la vida de las mujeres.

Leila Alikarami es una abogada Iraní y defensora de los derechos humanos. Ha representado a docenas de prisioneros de conciencia en las cortes revolucionarias de Irán. Es miembro de la campaña “Un Millón de Firmas”, la cual recolecta firmas en apoyo al cambio de leyes discriminatorias en contras de las mujeres. En 2009, aceptó el premio RAW in War Anna Politkovskaya en nombre de todas las mujeres de Irán y la campaña.

 

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