EE UU regulará la llegada de menores migrantes centroamericanos

Los niños podrán solicitar estatus de refugiado desde Honduras, Guatemala y El Salvador La idea es evitar el peligroso viaje hasta Estados Unidos

El vicepresidente Joe Biden en el Banco Interamericano de Desarrollo (BID)Susan Walsh (AP)

Estados Unidos empezará a partir de diciembre a procesar en Honduras, Guatemala y El Salvador una cantidad limitada de solicitudes de estatus de refugiado para ciertos menores que quieran reunirse con sus padres en el país norteamericano, anunció este viernes el vicepresidente Joe Biden.

El programa “proporcionará una alternativa segura, legal y ordenada a un viaje peligroso” para los pequeños, dijo Biden durante un acto con los presidentes centroamericanos en el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

La iniciativa responde a...

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Estados Unidos empezará a partir de diciembre a procesar en Honduras, Guatemala y El Salvador una cantidad limitada de solicitudes de estatus de refugiado para ciertos menores que quieran reunirse con sus padres en el país norteamericano, anunció este viernes el vicepresidente Joe Biden.

El programa “proporcionará una alternativa segura, legal y ordenada a un viaje peligroso” para los pequeños, dijo Biden durante un acto con los presidentes centroamericanos en el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

La iniciativa responde a los intentos del gobierno de Barack Obama de frenar la llegada masiva de pequeños no acompañados a la frontera estadounidense que el pasado verano causó una crisis en la frontera, pero su alcance será limitado. De un lado, porque EE UU ha destinado para el año fiscal de 2015 sólo 4.000 visados de refugiado para la región latinoamericana, que además de los tres países centroamericanos incluye Cuba y Colombia.

Por otro, porque son muchas las condiciones que se deben cumplir para calificar para el proceso: para empezar, sólo podrán beneficiarse aquellos menores de 21 años que tengan a uno de sus padres -no vale otro familiar- residiendo legalmente en EE UU, ya sea porque tienen la ciudadanía o algún tipo de permiso, incluido un Estatus de Protección Temporal (TPS).

El progenitor deberá rellenar un formulario del Departamento de Estado que no estará disponible en Internet, sino que para obtenerlo el interesado deberá acudir a una de las 180 oficinas en todo el país que recibirán el documento.

A este primer paso le seguirán entrevistas previas in situ con cada menor, al que además se le realizará un test de ADN que confirme el vínculo familiar con el padre solicitante. Una vez superado este trámite, el menor todavía deberá ser entrevistado por personal del Departamento de Seguridad Nacional que decidirá si califica como refugiado. Los jóvenes deberán someterse además a controles de seguridad y a un examen médico y sus padres tendrán que devolver el el coste de su traslado hasta EE UU si finalmente son aceptados.

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Además del hijo, “en determinadas circunstancias”, si el otro progenitor reside con el menor en el país de origen y está legalmente casado con el padre solicitante, éste podrá pedir también su admisión como refugiado o refugiada en EE UU.

Los menores que inicien todo este proceso pero cuya solicitud de refugiado sea rechazada tendrán en algunos casos una segunda alternativa: acogerse a un “parole” o permiso especial temporal que le permita ingresar en EE UU “por motivos humanitarios urgentes o un beneficio público significativo”.

En el caso de Honduras, Guatemala y El Salvador, se tendrá en cuenta para ello si el menor está en riesgo de sufrir daños en su país de origen, ya ha superado los procesos de revisión de antecedentes y además alguien se ha comprometido a apoyarle económicamente mientras esté en EE UU. En este caso, deberá costearse tanto el chequeo médico como el viaje y su estancia será solo “temporal” y no le permitirá al beneficiado aspirar a una residencia permanente legal ni a subsidio médico, aunque sí podrá estudiar u obtener un permiso de trabajo.

Al anunciar la entrada en vigor del plan, que fue discutido durante la cumbre de presidentes centroamericanos en la Casa Blanca en julio, el gobierno estadounidense hizo hincapié en que este programa “no será un camino para que padres indocumentados se traigan a sus hijos a EE UU, sino que proporcionará a ciertos niños vulnerables y en situación de riesgo la oportunidad de reunirse con sus padres, siempre que estos residan legalmente en el país”.

Un portavoz del Departamento de Estado dijo a este periódico que resulta “muy difícil” predecir cuántos jóvenes podrán beneficiarse del programa, aunque reconoció que se espera que “muy pocos” menores centroamericanos serán admitidos en el año fiscal recién comenzado, debido a lo que se tarda en procesar este tipo de solicitudes.

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