El OIEA anuncia un principio de acuerdo nuclear con Irán

El director de la agencia de la ONU declara que el pacto permitirá a los inspectores acceder a las instalaciones sospechosas de desarrollar el programa nuclear militar

El director general del OIEA, Yukiya Amano, (en el centro) habla a la prensa congregada en el aeropuerto de Viena, después de su visita a Irán.Ronald Zak (AP)

El jefe del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), Yukiya Amano, ha anunciado hoy que ha alcanzado un acuerdo de principio con los responsables iraníes para que los inspectores de esa agencia puedan investigar las sospechas de experimentos nucleares de naturaleza militar en el complejo de Parchin. “Se firmará muy pronto”, ha afirmado a su llegada a Viena procedente de Teherán. Dado el historial de Irán en sus relaciones con el OIEA, algunos analistas se muestran escépticos.

“Se ha tomado la decisión con [el negociador iraní ...

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El jefe del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), Yukiya Amano, ha anunciado hoy que ha alcanzado un acuerdo de principio con los responsables iraníes para que los inspectores de esa agencia puedan investigar las sospechas de experimentos nucleares de naturaleza militar en el complejo de Parchin. “Se firmará muy pronto”, ha afirmado a su llegada a Viena procedente de Teherán. Dado el historial de Irán en sus relaciones con el OIEA, algunos analistas se muestran escépticos.

“Se ha tomado la decisión con [el negociador iraní Said] Yalilí de firmar un acuerdo. Siguen existiendo algunas diferencias, pero no serán un obstáculo”, ha declarado Amano, citado por la agencia Efe.

Habida cuenta de la creciente presión internacional sobre Irán, sometido a graves sanciones económicas y financieras, está por ver que el compromiso no sea una nueva maniobra para ganar tiempo. Mañana está prevista una reunión crucial en Bagdad entre Yalilí y los representantes de las seis grandes potencias para tratar una vez más de que el régimen iraní renuncie a enriquecer uranio a altos niveles (un proceso que permite fabricar material fisible para bombas) a cambio de lo cual la comunidad internacional podría estar preparada a aceptar su enriquecimiento a bajo nivel (para el combustible de sus futuras centrales nucleares) y disipar así una crisis que solo hace un par de meses parecía al borde del enfrentamiento militar.

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Si Irán da muestras de flexibilidad, aceptando la inspección de Parchin o cualquier otra concesión a los inspectores, va a ser mucho más difícil para los Seis (los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad más Alemania) no ofrecer un gesto en Bagdad. Los portavoces iraníes, por su parte, llevan varios días insistiendo en que esa reunión tiene que servir para levantar las sanciones que están paralizando su economía. Sin embargo, no parece que Estados Unidos esté dispuesto a dar ese paso por ahora. De hecho, su Senado aprobó de forma unánime ayer un nuevo paquete de medidas contra el sector petrolero iraní.

El viaje de Amano el lunes creó expectativas de que el diplomático contaba con algún tipo de seguridad de que iba a obtener concesiones iraníes. Era su primera visita a Teherán desde que accedió al puesto en 2009 y solo se anunció a última hora del viernes. Sin embargo, tras sus entrevistas con Yalilí, con el ministro de Exteriores, Ali Akbar Salehí, y con el responsable de la agencia iraní de la energía atómica, Fereydún Abbasí-Davadí, ni él ni los iraníes revelaron detalles que permitieran deducir que se había alcanzado algún avance significativo. Tan solo insistieron en que el “buen clima” en el que se habían desarrollado las conversaciones.

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Las relaciones del OIEA con Irán han estado plagadas de dificultades desde que en el verano de 2002 se revelara el programa nuclear que este país mantenía en secreto a pesar de ser firmante del Tratado de No Proliferación (TNP) y estar sometido por ello a un sistema de inspecciones periódicas. Desde entonces, el organismo ha tratado de descartar que ese programa ocultara la intención de construir un arma atómica, tal como sospechan Israel, Estados Unidos, Europa y los vecinos árabes de la República Islámica. Sus gobernantes insisten en el carácter civil de los trabajos, pero reiteradamente han puesto trabas a los inspectores para acceder a algunas instalaciones.

El complejo militar de Parchin, a las afueras de Teherán, ha sido uno de los principales puntos de contención. Desde que los responsables permitieran una visita parcial al lugar en 2005, las sospechas de que allí se ha experimentado con detonadores de alto poder explosivo, solo útiles para hacer detonar una bomba nuclear, han enturbiado cada visita y frustrado a los sucesivos equipos de inspectores. Irán aduce que se trata de un centro militar, cuya visita viola su soberanía nacional y a la que no le obliga el TNP, y ridiculiza esas acusaciones.

Yalilí también se ha quejado a Amano de que el OIEA ha filtrado información a los “enemigos de Irán”, que ha sido utilizada para asesinar a cinco científicos nucleares desde 2010, según ha informado la agencia Fars.

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