La justicia archiva el 96% de los casos de asesinato en Río

En la ciudad brasileña de Río de Janeiro han sido archivadas 6.447 investigaciones judiciales sobre asesinatos en solo cuatro meses. Una ley llamada a combatir la impunidad de crímenes tan graves como los asesinatos ha acabado convirtiéndose en un fracaso en algunas ciudades. La ley exigía que en este año fueran resueltos todos los casos de asesinato pendientes en la justicia hasta 2008.

En Río de Janeiro, uno de los Estados con mayor índice de investigaciones archivadas, según informaciones del diario O Globo, lo que han hecho los jueces ha sido cortar por lo sano y archivar en ...

En la ciudad brasileña de Río de Janeiro han sido archivadas 6.447 investigaciones judiciales sobre asesinatos en solo cuatro meses. Una ley llamada a combatir la impunidad de crímenes tan graves como los asesinatos ha acabado convirtiéndose en un fracaso en algunas ciudades. La ley exigía que en este año fueran resueltos todos los casos de asesinato pendientes en la justicia hasta 2008.

En Río de Janeiro, uno de los Estados con mayor índice de investigaciones archivadas, según informaciones del diario O Globo, lo que han hecho los jueces ha sido cortar por lo sano y archivar en masa dichas investigaciones, a veces sin tan siquiera examinarlas. Así, la justicia carioca ha acabado archivando de prisa y corriendo el 96% de los casos de homicidio doloso. Según el Colegio de Abogados de Brasil, la falta de investigación revela "un fracaso institucional", al mismo tiempo que aumenta la impunidad.

Y así, en los cuatro últimos meses han sido archivadas 6.447 investigaciones por el Ministerio Público. De esta forma, los jueces piensan cumplir la meta del Consejo Nacional del Ministerio Público y llegar a finales de este año con sus carpetas vacías. El Estado de Río es superado solo por el de Goiás, con un 98% de casos archivados. En abril, cuando empezó en Río de Janeiro el trabajo de análisis de los casos de asesinato, había acumuladas 47.177 investigaciones criminales abiertas.

Las víctimas de asesinato son mayoritariamente personas que vivían en la periferia pobre de la ciudad, donde las familias, muchas veces sin estudios e incapaces de defenderse, tenían dificultades para buscar y presentar denuncias a la policía para que se interesase por los asesinatos, sobre todo de gente joven. Algunos miembros de la policía han declarado al diario que desarrollan su trabajo en situaciones precarias. "Hay todavía algunos policías viejos y mal pagados que trabajan aún con máquinas de escribir en desuso, y si las familias de las víctimas no ayudan, no hay cómo llegar hasta los autores del crimen", afirman.

Cuando se pregunta a los familiares de las víctimas por qué no colaboran con las fuerzas del orden responden: "¿Es que no sabe usted dónde vivimos?". Se refieren a la situación insegura de las favelas, al miedo a declarar y a testificar para no ser perseguidos, y a la falta de recursos financieros para hacerse fuertes frente a la justicia.