Al menos cinco muertos y 13 heridos durante un motín en una cárcel de Perú
El jefe del Instituto Nacional Penitenciario ha afirmado que se trata de una lucha entre bandas rivales por el control de la prisión
Un motín que se ha desatado en la cárcel limeña de Lurigancho ha dejado al menos cinco reclusos muertos y otros 13 heridos, según ha confirmado el jefe del Instituto Nacional Penitenciario, Wilfredo Pedraza, quien ha añadido que se trata de una reyerta entre grupos de diversos pabellones por el control de la cárcel.
Pedraza ha declarado que se trata de cifras parciales y que todavía no se dispone de datos definitivos debido a que una parte de los reclusos se mantenían amotinados, aunque, según ha dicho a la emisora Radio Programas del Perú, la revuelta está "prácticamente sofocada".
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Un motín que se ha desatado en la cárcel limeña de Lurigancho ha dejado al menos cinco reclusos muertos y otros 13 heridos, según ha confirmado el jefe del Instituto Nacional Penitenciario, Wilfredo Pedraza, quien ha añadido que se trata de una reyerta entre grupos de diversos pabellones por el control de la cárcel.
Pedraza ha declarado que se trata de cifras parciales y que todavía no se dispone de datos definitivos debido a que una parte de los reclusos se mantenían amotinados, aunque, según ha dicho a la emisora Radio Programas del Perú, la revuelta está "prácticamente sofocada".
El jefe de la prisión ha añadido que no es un motín de presos en demanda de mejoras en su condición carcelaria, sino de "un conflicto de intereses" entre reclusos de diversos pabellones por el control interno de la cárcel. Según ha relatado, se trata de mafias que se disputan la venta de alimentos, el control del tráfico de alcohol y la asignación de mejores celdas a cambio de dinero.
Wilfredo Pedraza ha añadido que, por su dimensión y el hacinamiento existente en una prisión con una población penal de alrededor de 8.300 reclusos, es imposible el manejo y control de los presos. También ha admitido que la posesión de armas de fuego por los reclusos es una realidad desde hace mucho tiempo y es posible por la negligencia o la corrupción de los encargados de controlar el recinto, la policía.