Omar y el carisma a los 23

En su carta de este mes el director de ICON reconoce que pocas cosas envejecen más que hablar de los jóvenes, pero a la vez nada envejece más que ignorarlos

Las fotos que Gorka Postigo ha tomado de Omar Ayuso para este número capturan la magia del personaje, eso que suena tan cursi pero todos perseguimos.gorka postigo

Pocas cosas envejecen más que hablar de jóvenes. Y a la vez, nada envejece más que ignorarlos. Ya la expresión joven, usada por alguien que no lo es, suele ser bastante irritante, aunque resulte absolutamente precisa en el caso de nuestro hombre de portada, Omar Ayuso, que tiene 23 años. Omar apareció en ICON por primera vez en la portada del número de diciembre de 2018. Por entonces, Élite, la serie de Netflix que lo h...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Pocas cosas envejecen más que hablar de jóvenes. Y a la vez, nada envejece más que ignorarlos. Ya la expresión joven, usada por alguien que no lo es, suele ser bastante irritante, aunque resulte absolutamente precisa en el caso de nuestro hombre de portada, Omar Ayuso, que tiene 23 años. Omar apareció en ICON por primera vez en la portada del número de diciembre de 2018. Por entonces, Élite, la serie de Netflix que lo ha lanzado a la fama, acababa de estallar, y el actor posó para los fotógrafos Ximena y Sergio junto al resto de elenco masculino del programa. “Mi personaje es gay, moro y camello”, decía Ayuso con desparpajo en un artículo que publicamos ese año en nuestra web. Pero, como señala Juan Sanguino en el arranque de su conversación con Omar en este número, el actor no es el gay de Élite, ni el moro de Élite. Es Omar Ayuso.

Hablando con una amiga sobre (ejem) jóvenes, me contaba que su hija de 17 años decía que en su clase hay pocos que no se definan de entrada como bisexuales. Su madre repuso que, generalmente, la gente luego se va decantando hacia un lado u otro. La niña se enfureció y la llamó anticuada: para una persona de 40 es mucho más difícil salirse de lo binario que para alguien felizmente liberado de ello y que, por tanto, encuentra que la idea de decantarse es un atraso.

La anécdota dice bastante de cuánto hemos cambiado, aunque no hayamos cambiado lo suficiente. El propio Ayuso confiesa en nuestro reportaje de portada que la autoconfianza que él mismo se presuponía a la hora de manejar su sexualidad no era tal: “Yo había asumido que mi condición sexual no me afectaba ni a mí ni a mi día a día, que no suponía ningún trauma. Pero luego comprendí que me condiciona en absolutamente todo. Me di cuenta de cómo me afectaba el estigma porque, cada vez que veía un grupo de chavales riéndose, asumía que se estaban riendo de mí”.

Que un actor de éxito sea tan franco a la hora de abordar estos temas podría no ser noticia, pero lo es: en un extraño paralelismo con el deporte, la industria del cine no es particularmente amiga de que sus protagonistas salgan del armario. Craso error, porque ni siquiera hace falta pertenecer a una minoría para haberse sentido así alguna vez.

Omar Ayuso es una persona con casi todo el camino por recorrer, pero ya lleva un trecho: en junio estrena la cuarta temporada de la serie de adolescentes favorita del mundo y proximamente llegará también su primer cortometraje como director. Proyectos que se añaden a su perfil como creador queer, a un carisma innegable y a una figura pública que refleja, con filtro bastante personal, los conflictos de su generación: la difuminación entre el yo real y el online, o la sobreexposición y la vulnerabilidad que acarrean las redes sociales, que contrastan con la libertad y el acceso a la información que esta gente ha disfrutado.

Hemos intentado evitar la fanfarria generacional en este número de ICON a pesar de que, además del tema de portada, hay una nutrida colección de talentos jóvenes que, opinamos, nadie debería perderse. Como explicamos en la introducción del reportaje, es una lista totalmente intuitiva que retrata los gustos de la redacción: posiblemente, las únicas cosas que Greta Fernández, Axolotes Mexicanos y Pol Anglada tengan en común sean mucho talento y aún más naturalidad a la hora de hablar de sus problemas para ganarse la vida, explicar su proyecto y contar a lo que aspiran. Parecerá una bobada, pero un mundo en el que cada imagen, palabra o idea que te llega al móvil se vacía de significado un poco más cada vez que lo reenvías, esos dos absolutos, el talento y la naturalidad, son oro puro. Lo sé, decir esto me envejece.

Puedes seguir ICON en Facebook, Twitter, Instagram,o suscribirte aquí a la Newsletter.

Sobre la firma

Archivado En