Más accesible que lo gótico, más divertida que el ‘emo’: vuelve ‘scene’, la primera tribu urbana del siglo XXI

Un puñado de ‘influencers’ y antihéroes recuperan la estética y el sonido característicos del movimiento que llenó de maquillaje, hedonismo y espíritu ‘hazlo tú mismo’ los primeros dosmiles

6arelyhuman en una foto promocional6arelyhuman

Lo scene, “la escena” nació a principios de los dosmiles como una digievolución de la subcultura emo que prendió primero entre adolescentes estadounidenses para extenderse por todo el mundo. La música de raíces hardcore punk de los inicios fue haciendo sitio a sonidos electrónicos, mientras que la estética dejaba atrás lo gótico y el bajón para incorporar colores flúor, cortes de pelo asimétricos, piercings, muñequeras, camisetas ajustadas y pantalones pitillo. Unos códigos que convertían lo scene en algo exclusivamente juvenil: se puede intentar ser indie o heavy pasados los treinta, pero es más fácil encontrar un alquiler a precio razonable en el centro de tu ciudad que a un emo cuarentón.

Y, sin embargo, la era de las microtendencias, de la pervivencia simultánea de todo y todos y de la hiperconectividad ha revivido lo scene con fuerza a partir de un puñado de influencers y antihéroes entre los que sobresale 6relyhuman, nombre artístico de Toby Aaron Hamilton, de veintipocos años que, tras un primer hit viral en Tiktok (Hands Up!) se ha asentado como referente de la vuelta de lo scene. Desde el underground más absoluto, Hamilton acumula 1.4 millones de seguidores en la plataforma y, en sus propias palabras, ha pasado “de componer canciones en mi habitación a hacer sold outs en salas”.

Las canciones de 6relyhuman son himnos de fiesta con estribillos contundentes y bases de electrónica zapatillera entre las que sobresale Faster n Harder, su hit más celebrado y el que acumula más vídeos de Tiktok de público perdiendo la cabeza en directo. Su alter ego es una manifestación superlativa de su personalidad (ha declarado su comodidad con “cualquier tipo de pronombres”) traducida en una estética que, más que abrazar la ambigüedad, celebra la falta de prejuicios propios y ajenos.

“Vivimos una liberación a nivel moda: 6relyhuman es un maricón que se pone unos tacones y una peluca y está divina y es una cosa rompedora” destaca Esty Quesada, youtuber que ha trascendido esa etiqueta para convertirse en una figura de la cultura popular patria a través de su canal Soy una pringada, su podcast Special People Club (Podimo) o su programa Las Moderadoras junto a Yenesy para Prime Video. Quesada, gran conocedora de las subculturas de los noventa y primeros de siglo XXI, ha sido la única prescriptora española en fijarse y analizar la vuelta de lo scene.

La democratización de la fama

Esty Quesada (Soy una pringada) afirma que este movimiento ha resurgido “porque estamos todos hasta los cojones. La gente que no vive en las grandes ciudades está hasta los cojones porque no hay nada a 20 km a la redonda, internet es puro escapismo y gente como 6relyhuman nos recuerda a momentos mejores y más simples”. La creadora de contenido tiene también claro que el momento actual es especialmente propicio para que vuelvan culturas y creen sus nuevos ídolos: “antes para salir en la tele y ser conocido te tenían que juzgar tres heteros”, destaca. Ahora, añade, “se ha democratizado la fama, no necesitas ir a un casting: subes un video o un Tiktok y ganas más que tu padre en un año. Estamos viviendo un momento muy do it yourself y me encanta que alguien como 6relyhuman se haya hecho viral y sea famoso”.

Y el entorno en el que se mueve 6relyhuman es exactamente ese, compuesto por una red de amigos/colaboradores como la influencer Tara Yummy (8.6 millones de seguidores en Tiktok), con su puesta al día del perfil de party girl hedonista, artistas como Asteria o Kets4eki, con los que formó el colectivo musical FabFantasy, o la cantante y modelo trans Britney Manson. Un ecosistema interconectado que recuerda a la era MySpace y a una figura fundamental de los primeros dosmiles como eran las Scene Queens. Nombres como Kiki Kannibal, Audrey Kitching o Jeffree Star se adelantaron al fenómeno influencer tal y como lo conocemos en la actualidad

Esty Quesada fue una de esas cientos de miles de adolescentes en las que dejó huella la imagen y carisma de estas primigenias personalidades de internet. “Con aproximadamente 13 años me interesé por el rollo emo y pronto empecé a seguir a scene queens como Kiki Kannibal o Brookelle Bones como una loca”, recuerda. “Me compré laca, todos los peines, me cardaba el pelo… fue una especie de euforia para mí, que soy una persona depresiva viva. Me llamó la atención que esta era una subcultura muy accesible, porque todo el mundo no se podía permitir comprarse un abrigo de cuero de 140 euros para ir de gótico. En los botellones en Iturribide (el barrio de Baracaldo del que es oriunda Quesada) yo me sentía la Jeffree Star, el movimiento scene te hacía sentir especial en un lugar donde no eras especial”.

Ecos de tiempos más simples

El gran éxito de la subcultura scene, además de apelar a la desorientación y el desarraigo de los adolescentes y los raritos, fue que supo buscar su espacio, y hacerlo con unos códigos identificativos y democratizadores. “Era una forma radical de expresarse, porque las tribus urbanas son muy clasistas”, rememora Quesada. “Los góticos eran muy clasistas y, en cambio, en el rollo scene era todo mucho más chill”, concluye. Incluso cuando grupos como Asking Alexandria, Blood on the Dancefloor o Cobra Starship lograron un cierto éxito mayoritario, se mantuvo un equilibrio hasta que lo scene se fue diluyendo inevitablemente con el paso de los años. Una cultura juvenil raramente sobrevive de una generación a la inmediatamente siguiente y, en el caso de una tan esencialmente adolescente, esto era más cierto que nunca.

Que haya pasado una década para que reviva y que sea precisamente ahora no es tan sorprendente. “Desde Myspace hemos pasado por muchas eras muy aburridas como Facebook o Instagram y, llega Tiktok, que es sobre todo un playground y puedes hacer lo que quieras”, explica Quesada (Soy una pringada). “Tiktok tiene sitio para todo el mundo, hay hasta un trend de gente que bebe agua con sabores, así que por qué no va a haber sitio para el rollo scene si, además, con el revival de grupos como Deftones que se está viviendo en esa plataforma, la gente se está empezando a interesar por el lado más oscuro de los primeros dosmil”, concluye la creadora de contenido, que también cita a Charlie XCX en esa ola de recuperación de lo dosmilero. “Han pegado fuerte porque traen ecos de tiempos en los que todo era más simple, de esa filosofía de ‘salgo y me voy de fiesta”.

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