De la “erección” de Ricky Martin a los retrasos que cabrean a los ‘fans’: por qué la gira de Madonna sigue dando titulares
La artista arrasa con su gira ‘Celebration’, aplaudida por la crítica y el público, que sube a celebridades al escenario, deja un reguero de anécdotas convertidas en noticia y finalizará en menos de un mes con un gigantesco evento gratuito en Río de Janeiro
Queda menos de un mes para que la actual gira de Madonna, Celebration Tour, finalice con un gigantesco concierto gratuito en la playa de Copacabana (en Río de Janeiro) que promete ser uno de los eventos de la década en Brasil. El espectáculo ha cosechado críticas casi unánimemente entusiastas, que celebran la energía de la cantante a sus 65 años, el irresistible catálogo de canciones que llenan el concierto (todo...
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Queda menos de un mes para que la actual gira de Madonna, Celebration Tour, finalice con un gigantesco concierto gratuito en la playa de Copacabana (en Río de Janeiro) que promete ser uno de los eventos de la década en Brasil. El espectáculo ha cosechado críticas casi unánimemente entusiastas, que celebran la energía de la cantante a sus 65 años, el irresistible catálogo de canciones que llenan el concierto (todo clásicos del pop de las últimas cuatro décadas) y la milimétrica puesta en escena. Como ha ocurrido con todas las giras de Madonna, las anécdotas y controversias que aparecen por el camino en cada concierto también dan alimento a la prensa de cultura y de sociedad, que casi todas las semanas ha publicado artículos sobre lo que sucedía sobre el escenario de los estadios que Madonna llena desde el pasado octubre.
Son especialmente celebradas las apariciones especiales de rostros famosos durante el momento del concierto en que Madonna canta su clásico Vogue. Para ello escenifica un espectáculo de ball a cargo de sus bailarines en el que ella es la jueza. Y para ayudarla en esa tarea y puntuar a los bailarines, se suele hacer acompañar de alguna figura reconocible en cada parada de su gira. Entre ellas, españoles como Úrsula Corberó (en Barcelona) o Jon Kortajarena (en Lisboa).
Otras noches acompañaron a la cantante Jean Paul Gaultier, Donatella Versace, Pamela Anderson, Stella McCartney, Julia Garner, Amy Schumer, Cardi B, Jeremy Scott o David Harbour. En Los Ángeles apareció en el escenario Kylie Minogue, con la que cantó, creando uno de esos momentos históricos para los apasionados del pop. Ricky Martin fue el invitado anoche, en el Kaseya Center de Miami, y según las redes sociales y algunos portales internacionales, lució una generosa erección, resultado (probablemente) de los eróticos bailes que los colaboradores de la cantante le dedicaron.
Es obvio por las imágenes que esa supuesta reacción que ha convertido esta mañana al cantante en trending topic en la red social X se debe a un pliegue de su pantalón, pero el revuelo es en todo caso un buen termómetro para medir lo mucho que siguen interesando las giras de Madonna, tantas veces acusada de irrelevante por parte de la prensa musical, y lo infalible de una fórmula que por ser más vieja que la propia fama no evita que dejemos de mirar: en vez de poner a un famoso, ponga a dos.
Celebración, pero con imprevistos
La gira causó conmoción antes de empezar. Si bien en enero de 2023 los fans de todo el mundo arrasaban con las entradas y el Celebration Tour se convertía en la gira que más rápido vende sus entradas en la historia (la cantante añadiría posteriormente fechas adicionales debido a la excepcional acogida), el susto llegó el 28 de junio de 2023. Dos semanas antes de la fecha inaugural inicialmente planeada en Vancouver, Madonna fue ingresada en la UCI por una grave infección y tuvo que suspender el tour. Durante dos semanas pareció que la gira más esperada del año no iba a tener lugar. Menos de dos semanas después, la cantante anunció que la suspensión no sería tal: simplemente alteraría las fechas de la gira para comenzar un poco más tarde en Europa, poder recuperarse y extenderla hasta la primavera de 2024. “No quería decepcionar a nadie que había comprado entradas para mis conciertos. Tampoco a quienes habían trabajado de manera incansable conmigo durante los últimos meses para crear mi espectáculo. Odio decepcionar a nadie”, escribió en su cuenta de Instagram.
Pero pronto decepcionaría a alguien. Si bien en el primer concierto de la gira, el 14 de octubre en Londres, hubo un retraso de media hora por dificultades técnicas por las que la artista pidió perdón (”Esto es exactamente lo que no quieres que te pase en tu noche de estreno”, se quejó ante el público), los retrasos de hasta dos horas se convirtieron en la norma. En una que, de hecho, Madonna arrastra desde giras anteriores: sus giras Rebel Heart (2015) y Madame X (2019-2020) vieron retrasos de hasta dos horas y media que llevaron a sus admiradores a quejarse en las redes sociales, abuchearla en los propios estadios y, en algunos casos, a demandar a la artista. Algo que se repitió el pasado enero, cuando dos admiradores de Nueva York la demandaron por engañar a su público sobre la hora de inicio del show y dejar a sus fans, según la demanda, “varados en medio de la noche” y “enfrentados a las limitaciones del transporte público y a los mayores costos de transporte privado”, además de remarcar que siendo conciertos entre semana, los retrasos afectan especialmente a aquellos que deben madrugar para trabajar al día siguiente. La respuesta de los abogados de la artista llegaron hace apenas horas: según ellos, que tengas que “madrugar para ir a trabajar” no es un “daño” legal por el que se pueda demandar a una persona.
Madonna sale tarde en todos sus conciertos de Celebration, eso es cierto, a veces irritantemente tarde. Pero cuando sale da al público, por primera vez en su carrera, exactamente lo que el público ha ido a buscar: todos sus éxitos, uno detrás de otro, con decenas de bailarines recorriendo un escenario gigantesco. Además, se ha mostrado en esta gira más cercana que nunca a su público, dedicando en cada concierto varios momentos a repasar momentos de su carrera y de su vida, cerveza en mano, y personalizando cada parada de su gira con una canción o un guiño al lugar en el que está. Pero puede que en Los Ángeles lamentase esa cercanía. En el Kia Forum angelino miró a una mujer que estaba sentada en primera fila y le espetó: “¿Qué haces ahí sentada?”. Pronto se dio cuenta de que la admiradora iba en silla de ruedas. “Oh, vale, vale. Eso ha sido políticamente incorrecto. Lo siento. Me alegra que hayas venido”.
La rápida y sentida disculpa no evitó que la anécdota llenase las noticias de los medios sensacionalistas al día siguiente. TMZ hasta llevó una extraña exclusiva en su portada: hablar con la fan supuestamente ultrajada, llamada Vanessa Gorman. Ella cerró la controversia con un clarísimo: “No me ofendió”.
La gira llegará a su fin con un gigantesco concierto en la playa de Copacabana, en Brasil, que además será gratuito (un banco lo financia y patrocina). Se prevé que se convierta en el espectáculo en directo con más espectadores de su carrera. Hasta dos millones de personas podrían acudir. No hay entradas, no hay turnos, el que primero llegue, mejor ve. Las medidas de seguridad serán monumentales y según los sectores hoteleros de la ciudad las reservas para ese fin de semana aumentaron un 30% solo con los rumores del concierto, antes de la confirmación oficial en marzo. Seguro que sobre las anécdotas que se produzcan dentro y fuera del escenario leeremos durante días.
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