“Me dijeron que estaba fumada y hoy me llaman visionaria”: ‘Pickleball’, un nuevo deporte destinado a arrasar
Con cerca de cinco millones de jugadores, este híbrido entre el tenis, el bádminton y el pimpón se ha convertido en un fenómeno en ebullición en Estados Unidos. Varios expertos desgranan los motivos de su éxito y la probabilidad de que acabe triunfando también en nuestro país.
Al igual que la de tantos otros en estos últimos dos años, la vida de Xiana López también dio un vuelco radical tras el azote de la covid-19. Trabajadora esencial al ejercer como realizadora de los informativos de La Sexta durante trece años, siguió levantándose a las cuatro y media de la mañana en lo más duro de la crisis sanitaria para rodearse de “fake news, malas noticias y un montón de cosas más” que la llevaron a pensar en un futuro distinto para su familia. “Me propuse que si venía una nueva pandemi...
Al igual que la de tantos otros en estos últimos dos años, la vida de Xiana López también dio un vuelco radical tras el azote de la covid-19. Trabajadora esencial al ejercer como realizadora de los informativos de La Sexta durante trece años, siguió levantándose a las cuatro y media de la mañana en lo más duro de la crisis sanitaria para rodearse de “fake news, malas noticias y un montón de cosas más” que la llevaron a pensar en un futuro distinto para su familia. “Me propuse que si venía una nueva pandemia me iba a pillar en Hawái, trabajando con mi ordenador desde allí. Y yo tengo un problema, que trato de conseguir lo que me propongo”. Aquel anhelo dio paso a diferentes cursos sobre comercio internacional, cómo vender en Amazon y un extenso estudio de mercado sobre qué tipo de producto podía satisfacer su runrún emprendedor. Hasta que un día, en un trayecto en la salida de la A-7, puso fin a sus anhelos cuando advirtió un cartel que invitaba a probar un deporte desconocido hasta entonces en nuestro país: el pickleball.
Inventado en 1965 por un senador estadounidense que buscaba un entretenimiento rudimentario con el que pasar el hastío de una tarde veraniega junto a un par de amigos, y bautizado así por el perro de uno de ellos, Pickles (pepinillos), esta mezcla de tenis, bádminton y pimpón es todo un fenómeno en ebullición Estados Unidos. Con más de cinco millones de jugadores y un crecimiento en los últimos seis años del 650%, no hay práctica deportiva que se desarrolle de manera más voraz, canibalizando las pistas de los juegos antes nombrados para satisfacer una demanda disparada. Se suele jugar en formato de dobles en pistas de dimensiones similares a las de bádminton y gana el set quien primero llegue a los once puntos. A su favor: es barato –solo necesitas una pala, una pelota, una red y una superficie lisa para jugar–, es adictivo –la curva de aprendizaje es mínima–, es divertido –el sistema permite puntos largos y emocionantes– y es social, erigiéndose en el deporte, como decía aquel, del abuelo y del niño.
“Estamos en un momento muy dulce porque cada vez hay más gente que quiere probarlo. Se están poniendo en contacto con nosotros muchas entidades a las que le llama la atención también a nivel económico porque en una pista de tenis podemos meter hasta cuatro de pickleball”, confirma a ICON Daniel Hernando, responsable de competición de la embrionaria Federación española de este deporte. Considerado de forma unánime como la mayor autoridad nacional en la materia, este técnico deportivo lleva cerca de una década tratando de implementar la práctica en nuestro país y advierte del crecimiento exponencial que está viviendo en los últimos meses. “Ya estamos cerca del millar de jugadores y, aunque todavía nos queda mucho para igualar a los americanos, en Europa estamos a un gran nivel y consiguiendo muy buenos resultados”, corrobora.
Si hubiera en el pickleball nacional actual una figura comparable a lo que supusieron en su día pioneros como Manolo Santana o Fernando Martín, esa es la de Ernesto Cárdenas. Este profesor de educación física de 41 años es el jugador español más importante. Ha participado en torneos celebrados en Holanda, Alemania, Italia y buena parte de la costa oeste de Estados Unidos. “Descubrí la disciplina cuando me mudé a Utah en 2014 a través de un programa de educación. Yo buscaba gente que jugara al pádel, para hacer amigos, pero casi nadie lo conoce porque todos prefieren el pickleball. Cuando volví a España busqué en internet gente para seguir jugando y empezamos a promoverlo por el país”, evoca Cárdenas. El madrileño ha tenido que pagarse de su propio bolsillo todos los gastos relacionados con la práctica –desplazamientos, material, alojamiento– hasta que ha comenzado a recibir los primeros contratos de esponsorización: “Mis amigos y mi familia entienden que es mi filosofía de vida, pero todavía no se puede ser profesional del pickleball en España”.
ZCebra, la compañía fruto del empeño de Xiana López y primer fabricante de productos exclusivos de la disciplina en Europa, es uno de los patrocinadores de Cárdenas. “No había ninguna marca que fabricara y distribuyera material en todo el continente, así que lo tuve clarísimo: dejé mi contrato indefinido en La Sexta, invertí mis ahorros y ahora fabricamos todo lo que una persona necesita para jugar”, ratifica la empresaria. Según afirma, sus ventas han aumentado hasta en un 50% en los últimos seis meses y advierte que el pelotazo todavía está por llegar. “Creo que en diez años el pickleball superará al pádel en España porque es barato, accesible, fácil y para toda la familia. Ya se está implantando en colegios, clubes deportivos, parques de bomberos, cárceles o centros para personas con discapacidad”, apunta la gallega. La percepción de su entorno respecto a su transformación profesional también ha cambiado: “Cuando dejé el trabajo me decían que si estaba fumada y ahora me llaman visionaria. No lo soy, pero supe percibir que en España siempre vamos con algo de retraso y que también acabaría llegando”.
El paso del amateurismo a la profesionalización ya es una realidad al otro lado del charco donde, atendiendo a los datos ofrecidos por la Federación estadounidense, el crecimiento de jugadores en los últimos dos años se sitúa en un 39,3%. Los mejores jugadores cuentan con decenas de patrocinadores, la cadena ESPN ha comprado los derechos de su torneo más prestigioso y los premios ya superan holgadamente las cinco cifras. Hay partidos que suman más de un millón de visualizaciones en YouTube. Las restricciones derivadas de la crisis sanitaria provocadas por la pandemia han dinamizado aún más estos números. “En marzo del año pasado, cuando entraron en vigor las cuarentenas y los gimnasios cerraron, las redes portátiles de pickleball se agotaron temporalmente en las tiendas. Los jugadores las instalaban en mitad de las calles”, publicó The Economist.
Para que en nuestro país se pueda replicar el fenómeno a corto plazo, los entrevistados coinciden a la hora de señalar la gran cuenta pendiente: las pistas. “Necesitamos instalaciones propias y fijas. En Madrid, por ejemplo, apenas contamos con una veintena de pistas específicas de pickleball en tres polideportivos”, aduce Daniel Hernando. “Eso es lo único que hace falta para que acaba de explotar”, predice la responsable de ZCebra. Tras implantarlo con éxito entre los alumnos de su instituto como unidad didáctica, Ernesto Cárdenas también comparte el optimismo respecto al futuro: “Todo lo que tenemos ahora es de quita y pon: montamos las redes, ponemos las cintas… Si tenemos más lugares donde jugar, la gente que viene del pádel y del tenis se va a enganchar”.
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