Marc Clotet: “Ser padre me ha enseñado a decir no y a dejar de ser el centro de mi mundo”
Para unos, Marc Clotet es el hijo del doctor Bonaventura Clotet. Para otros, uno de los más reputados investigadores de nuestro país es el padre de uno de nuestros actores de éxito. Para todos, ambos se han unido contra la covid-19
Pep Guardiola supo que iba a salir en una película de Netflix a través de un mensaje de texto. Se lo envió Marc Clotet (Barcelona, 1980), encargado de dar vida a la versión ficcionada del exfutbolista y actual entrenador del Manchester City. El intérprete forma parte del reparto de Il divin codino (La coleta divina), filme que celebrará los regat...
Pep Guardiola supo que iba a salir en una película de Netflix a través de un mensaje de texto. Se lo envió Marc Clotet (Barcelona, 1980), encargado de dar vida a la versión ficcionada del exfutbolista y actual entrenador del Manchester City. El intérprete forma parte del reparto de Il divin codino (La coleta divina), filme que celebrará los regates –dentro y fuera del campo– del delantero Roberto Baggio. Ambas leyendas del fútbol europeo compartieron vestuario y etapa crepuscular en el Brescia a principios de este siglo. “Pep me contestó que le hacía mucha ilusión revivir la historia y el momento que narra”, desvela Clotet al otro lado del teléfono.
Cuando España comenzaba a aplaudir en los balcones, el intérprete y su pareja, la también actriz Natalia Sánchez (hijísima de España por su papel de Teté en Los Serrano), dedicaron sus agendas liberadas por la cancelación de proyectos a poner en marcha la iniciativa #YoMeCorono. Una campaña que busca recaudar fondos para financiar el trabajo del equipo liderado por el padre del actor, el doctor Bonaventura Clotet, referente mundial en la investigación de enfermedades infecciosas e inmunitarias que ha volcado el conocimiento adquirido en la lucha contra el sida en plantar cara a los efectos de la covid-19 y la producción de una vacuna. “Los primeros meses, cuando estábamos dando forma a #YoMeCorono, apenas dormíamos cuatro horas”, recuerda, “intentando recaudar fondos, involucrar a gente, pensando qué hacer y dónde comunicarlo...”.
Por si la coctelera en la que el actor vive inmerso no fuera a suficientes revoluciones, en el mes de mayo dieron la bienvenida a un niño llamado Neo (Lia, su primera hija, nació en 2019) cuyo nombre, apunta, nada tiene que ver con el personaje de Keanu Reeves en Matrix. ¿Le ha enseñado algo ser padre por partida doble en tan poco tiempo? “He aprendido a decir no y a dejar de ser el centro de mi mundo. Tienes que ser consciente de que has tenido hijos para poder dedicarles tiempo: verlos disfrutar, crecer y estar con ellos”.
La vocación social de la que hace gala le viene de cuna. “Desde pequeño mi padre me transmitió la responsabilidad de intentar devolver al mundo algo de lo que nos había dado”. Fue en la pequeña pantalla, en un programa adolescente de TV3 llamado Vitamina, donde debutó como actor con apenas 13 años. Después se retiró del mundo de los platós y las audiciones y cursó la carrera de Dirección y Administración de Empresas, especializándose en marketing. Pero la pulsión artística terminó ganando la partida. Desde entonces, entre sus decenas de papeles destacan un guerrillero de la posguerra que le otorgó una nominación al Goya (La voz dormida), un ajedrecista acusado de espía en la Francia ocupada por los nazis (El jugador de ajedrez) y un inmaduro profesor de Educación Física en la popular serie Física o Química.
El rol de Vicente Vaquero en la ficción generacional de Antena 3 le otorgó en 2009 una popularidad súbita y nacional que, reconoce, llegó a ser abrumadora. “Tuve la suerte de que me cogió con 27 años y la madurez necesaria para saber que la fama viene y va”, aclara. La serie regresó el pasado diciembre en un especial de dos capítulos llamado FoQ: El reencuentro, y Clotet admite que tuvo que contener “la lagrimilla” cuando escuchó por primera vez la claqueta. Incluso estaría encantado de retomar el rol en una hipotética nueva temporada. “A medida que cumples años le das más importancia a trabajar en proyectos en los que te sientes a gusto, con gente a la que quieres”.
Hoy, conseguir papeles tan gratificantes como el mencionado es una tarea complicada. Las redes sociales moldean la producción de cualquier película o serie, provocando que los seguidores en Instagram puedan pesar tanto o más que el talento interpretativo a la hora de conceder un papel. “Lo he vivido en varias ocasiones”, ratifica Clotet. Y pone como ejemplo el éxito internacional de La casa de papel o Élite, con elencos semidesconocidos antes de la emisión del primer episodio, como prueba de lo inadecuado de la estrategia. “El hecho de que tengas o no seguidores no significa nada porque, si el proyecto lo vale, los vas a conseguir en unos días. El productor solo debería pensar en hacer un producto de calidad”.
A la mutación digital de la industria se le suma el golpe asestado por la crisis sanitaria. La pandemia ha encarecido la consolidación de proyectos que deben lidiar con la incertidumbre de que un positivo en el equipo técnico o artístico obligue a detener una producción millonaria. Y retrasando, a su vez, el estreno de las ya finiquitadas. En el caso del actor barcelonés, hasta dos películas, la comedia Caribe todo incluido –en la que comparte reparto con Alejo Sauras e Hiba Abouk– y el drama de Judith Colell 15 horas han retrasa- do su lanzamiento a la espera de que las salas vuelvan a eso que solíamos llamar normalidad. Marc Clotet se empeña a diario para que el momento esté cada vez más cerca.
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