Los edificios más inaccesibles de Madrid en los que puedes colarte este fin de semana

Open House Madrid, la gran cita con la arquitectura madrileña, arranca su séptima edición con el homenaje a la obra de Luis Gutiérrez Soto y abre al público las puertas de edificios emblemáticos e interiores de autor

La torre-esquina de los cines Callao, primera obra de Luis Gutiérrez Soto en la ciudad.

De los cines Callao y Barceló al Museo Chicote surcando el Cuartel General del Ejército del Aire, las antiguas Galerías Preciados o el mítico restaurante Mayte Commodore. Resulta difícil atravesar la capital sin toparse con algún edificio de Luis Gutiérrez Soto (Madrid, 1900-1977) en el camino. El arquitecto dejó su impronta en la ciudad a trav...

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De los cines Callao y Barceló al Museo Chicote surcando el Cuartel General del Ejército del Aire, las antiguas Galerías Preciados o el mítico restaurante Mayte Commodore. Resulta difícil atravesar la capital sin toparse con algún edificio de Luis Gutiérrez Soto (Madrid, 1900-1977) en el camino. El arquitecto dejó su impronta en la ciudad a través de más de 400 edificios que formularon el Madrid moderno de los años treinta. Suyos son, entre otros, el edificio residencial donde convergen las calles de Velázquez y López de Hoyos –conocido popularmente como edificio Pryca– o las viviendas de lujo ancladas en el número 30 de la calle Zurbano. “Gutiérrrez Soto solía decir que trajo las terrazas a Madrid, pero no la terraza entendida como balcón, sino como un espacio exterior. Además, dignificó mucho los portales y, en general, todo tipo de viviendas. Jugaba hábilmente con varios estilos sin dejar de crear una arquitectura funcional y a gusto del cliente”, explica Paloma Gómez Marín, cofundadora y directora de Open House Madrid, la cita anual con el patrimonio arquitectónico de la capital que se celebra del 24 al 26 de septiembre.

Teatro Barceló.David Spence

Este año Gutiérrez Soto es el protagonista de esta iniciativa que forma parte de la red internacional Open House Worldwide, por la que abren sus puertas al público edificios que normalmente resultan inaccesibles. Este 2021 contará con un centenar de espacios y se esperan hasta 20.000 visitas que afianzarán su papel como la fiesta de la arquitectura en la capital. “Madrid tiene un patrimonio arquitectónico increíble y esto hace que cada vez la gente muestre más interés. Nosotros solo somos un vehículo de comunicación entre arquitectura, edificio y persona”, explica Gómez Marín. “Sabemos que todavía no hemos recuperado la normalidad al 100%. Por eso sigue habiendo limitaciones, nuestra vocación es garantizar la seguridad y salud de todos”, puntualiza.

Parroquia Santa Maria del Monte Carmelo.David Spence

La organización ha trazado dos rutas guiadas por la extensa aportación de Gutiérrez Soto. La primera arranca con su primera gran obra en Madrid, el cine Callao, que proyectó con 26 años entre reminiscencias de art decó y con una torre-esquina como distintivo. El arquitecto instaló allí su primer estudio y en la terraza hubo un cine al aire libre y una sala de fiestas. Seguido por el Teatro Barceló, construido tres años más tarde en el barrio de Justicia como cine antes de albergar la sala Pachá. Su fachada es uno de los mayores ejemplos de racionalismo del mapa madrileño, basado en los voladizos y ventanales corridos. “La arquitectura para el espectáculo ocupó un papel fundamental en la carrera de Gutiérrez Soto. Realizó más salas de cines que ningún otro arquitecto español de su época”, apunta Paloma Gómez Marín. Prueba de ello son la sede actual de los cines Renoir en Retiro, que data de 1940, y el desaparecido cine Europa, en el distrito de Tetuán.

Bloque de viviendas de la esquina que forman las calles Espronceda y Fernández de la Hoz. David Spence

Además de la visita al antiguo edificio de Galerías Preciados (ahora Fnac Callao) o la parroquia de Santa Maria del Monte Carmelo (en Ayala 37), los fans de Gutiérrrez Soto podrán adentrarse en el que fuera escenario de las leyendas nocturnas de la Gran Vía a mitad de siglo, el Museo Chicote. El interiorismo de la primera coctelería de Madrid, que congregó a estrellas como Ava Gardner o Rita Hayworth entre su clientela, mantiene intacto el sello art decó y racionalista del arquitecto. En este local destaca una flamante pared en curva y el diseño de una pieza de mobiliario conocida como sillón Chicote, con una estructura de acero niquelado fabricado por la misma empresa que producía los asientos de Marcel Breuer y Mies van Der Rohe en España.

La segunda ruta rinde homenaje a la aportación del creador a la arquitectura residencial de la ciudad, con parada en el bloque de viviendas de la esquina que forman las calles Espronceda y Fernández de la Hoz , un claro ejemplo de la corriente expresionista de los años treinta que recuerda a sus primeras salas de cine. “Estas viviendas se caracterizan por la racionalidad en la distribución dentro de un eclecticismo a nivel formal, debido a la influencia del gusto personal del cliente en los proyectos. Su habilidad para identificar las necesidades de la sociedad en la que trabajaba le convirtió en un arquitecto de enorme éxito y, seguramente, el más prolífico de su tiempo”, reflexiona la directora de Open House Madrid.

Palacio Maudes Hospital Jornaleros. David Spence

Aunque la obra de Gutiérrez Soto protagoniza una parte importante de la programación, no es el único foco de un festival en el que participan referentes arquitectónicos de estilos y épocas diversas como el Museo de Prado, diseñado por Juan de Villanueva, el Palacio de Maudes proyectado originalmente como el Hospital de Jornaleros en 1908, o el recién rehabilitado Frontón Beti-Jai. Las visitas funcionan con inscripción previa en su página web -si el edificio lo requiere- o buscando el horario (aquí). “Este año hemos tenido mucha demanda en los edificios de Banco de España, Palacio Fernán Nuñez, Hotel Puerta América, Palacio de Maudes, Casa Carvajal y Torre Caleido”, comenta Gómez Marín. Este último levanta gran expectación por ser el nuevo y quinto rascacielos del skyline madrileño que forma el complejo CTBA con 180 metros de altura, un proyecto conjunto de los estudios Fenwick Iribarren Architects y Serrano Suñer Arquitectura. La cita incluye otros paseos, como el Salón del Prado, incorporado recientemente a la lista de Patrimonio Mundial de la UNESCO. Tampoco faltará un recorrido por el barrio de La Guindalera, célebre por los hoteles de estilo modernista y neomudéjar que integraron la colonia conocida como Madrid Moderno.

Con el lema “No sé ni dónde vivo” como hilo conductor, el festival pretende reflexionar sobre el escaso conocimiento que tenemos de nuestro entorno y lanzar, en palabras de su directora, “una invitación a redescubrir la ciudad a través de lo mejor de su arquitectura”. Sin embargo, aún quedan edificios en la capital que se resisten a abrir sus puertas. Uno de ellos es la piscina Stella, que cerró en 2006. “Me encantaría abrirla al público. Es un ejemplo claro de racionalismo madrileño”, reconoce Paloma Gómez Marín.

Frontón Beti-Jai en el barrio de Chamberí.Ximo Michavila
Torre Caleido, quinto rascacielos del 'skyline' madrileño que forma el complejo CTBA.

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