Continúan los problemas para Sarah Ferguson: cancelada la venta de su último libro de cuentos

La polémica y posterior retirada de títulos a Andrés Mountbatten-Windsor, hasta hace un mes príncipe y duque de York, ha puesto contra las cuerdas tanto al tercer hijo de la reina Isabel II como a su exmujer, Sarah Ferguson. En su futuro más cercano hay dos escenarios ya confirmados: no pasarán la Navidad junto al resto de la familia real británica en Sandringham —Ferguson volvió a celebrar esta fecha con ellos por primera vez en 2023, después de 30 años sin hacerlo— y deberán mudarse de Royal Lodge, la residencia en la que vive el exmatrimonio desde 2003. Se sabe que el hermano del rey Carlos III se trasladará a una de las casas privadas del monarca en Sandringham, pero no se conoce cuál será el destino de ella. Mientras se resuelve esa incógnita, Ferguson tiene otros frentes abiertos. El último de ellos, la cancelación de la publicación de su último libro infantil.

Flora and Fern: Kindness Along The Way estaba previsto que se publicase el 9 de octubre, según un comunicado de prensa emitido en Bookseller al que han tenido acceso medios británicos como la BBC y el Daily Mail. Luego se retrasó su publicación: a principios de la semana pasada, el libro todavía se podía adquirir y su lanzamiento estaba previsto para el 20 de noviembre. Pero ahora el título ha sido retirado del catálogo de la editorial, New Frontier Publishing, tanto de su página web como de otros canales de venta como Amazon. El libro ha sido marcado como “retirado de la venta” a petición de la editorial, según confirmó a la BBC NielsonIQ Book Data, un servicio que proporciona datos sobre el mercado editorial mundial.

La cadena de televisión británica explica que en octubre las librerías Waterstones les comunicaron que la fecha de publicación inicial se había “trasladado”, pero que no tenían otra prevista. Por el momento, no se ha dado ninguna razón sobre esta cancelación, pero se intuye que tiene que ver con sus vínculos con el pedófilo millonario Jeffrey Epstein. “Hay que suponer que tiene que ver con las controversias actuales. No es el momento adecuado para publicar un libro de Sarah Ferguson”, ha afirmado una fuente consultada por la BBC. “No es el tipo de libro que va a envejecer, y no estás arriesgando mucho dinero al retenerlo”, continúa la fuente.

El futuro de Sarah Ferguson es cada vez más incierto. Los vínculos con Epstein y los correos electrónicos que se hicieron públicos el pasado mes de septiembre, en los que le llamaba su “amigo fiel y supremo” y se disculpaba por las críticas que había hecho hacia él, derivaron en que varias organizaciones benéficas le retirasen el patrocinio o su cargo de embajadora. “Aborrezco la pedofilia y cualquier abuso sexual infantil y sé que esto fue un gigantesco error de juicio por mi parte. Cuando pueda, devolveré el dinero y no volveré a tener nada que ver con Jeffrey Epstein nunca más”, afirmó en 2011 en una entrevista al diario London Evening Standard. Después de esas palabras, llegó el perdón en privado, a pesar de que por entonces ya estaba condenado por delitos sexuales, y que ha tardado más de una década en hacerse público.

Hasta ahora, la exduquesa —se retiró el título de su perfil de Instagram cuando su exmarido fue forzado por el rey a dejar de usarlo— y escritora había sabido renacer de sus cenizas siempre que protagonizaba una polémica, pero parece que ya no hay marcha atrás. En los últimos años, mientras hacía frente a dos diagnósticos de cáncer, era colaboradora habitual en programas de televisión, escritora de libros infantiles y adultos y otros compromisos sociales y benéficos que nada tenían que ver con la Corona. Ahora se ha quedado sin nada después de que todos rompiesen sus contratos vigentes con ella.

En esta nueva etapa aún incierta, sus hijas Beatriz y Eugenia van a ser un apoyo fundamental. El Daily Mail informó que Sarah Ferguson se estaría preparando para mudarse a una casa que tiene su hija Eugenia en Portugal. Se espera que se lleve con ella a los queridos corgis de la reina Isabel II, que fueron adoptados por el exmatrimonio tras la muerte de la monarca.