Cayetano Martínez de Irujo y Bárbara Mirjan se casan tras casi una década de relación
El aristócrata y su pareja han reunido en Sevilla a unos 300 invitados en una boda marcada por el recuerdo a la duquesa de Alba, fallecida en noviembre de 2014
Cayetano Martínez de Irujo (Madrid, 62 años) y Bárbara Mirjan (Madrid, 29 años) se han casado este sábado tras una década de relación. La iglesia del Cristo de los Gitanos, en Sevilla, ha sido el enclave elegido por la pareja para darse el “sí, quiero”. Un lugar que no ha sido escogido al azar: es ahí donde descansan las cenizas de la duquesa de Alba, como era su deseo, y la ubicación donde cada año su hijo organiza una misa de recuerdo. Casi 300 invitados se han desplazado hasta la capital hispalense para acompañar a los novios en su gran día.
El hijo de Cayetana Fitz-James Stuart ha llegado a la cita en coche acompañado de su hija Amina, fruto de su matrimonio con la empresaria Genoveva Casanova, que ejerce de madrina. Para la ocasión, el también duque de Arjona ha vestido el uniforme de gala de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla —sable incluido, que se ha quitado antes de entrar a la iglesia—, aquel que ya llevó en su enlace con la mexicana en octubre de 2005.
La novia, que ha elegido para la ocasión un vestido diseñado por Navascués, ha llegado una media hora después a la iglesia junto a su padre — padrino de la boda—, en un coche de caballos descubierto, propiedad de la Casa de Alba, llamado La duquesita. En el vestido, confeccionado en crep con cortes en godets de organza bordada con hilos de seda, había unos bordados de la Virgen de las Angustias de la hermandad de los Gitanos, a la que Cayetana de Alba profesó una profunda devoción, según ha informado la propia firma. Además, llevaba una pulsera convertida en diadema de la joyería Grassy y unos pendientes de estilo art déco, regalo de su pareja para el día.
El encargado de oficiar la ceremonia, prevista para las 13.30 y que ha empezado con retraso debido a un par de bodas previas en el mismo lugar, ha sido el párroco Ignacio Jiménez Sánchez-Dalp, quien ha estado presente en otras citas importantes para la familia Alba, como la boda de la duquesa de Alba con Alfonso Díez, en octubre de 2011, o la de Fernando Fitz-James Stuart con Sofía Palazuelo, en octubre de 2018.
Los invitados han ido llegando a cuentagotas a la iglesia del Cristo de los Gitanos, a la que se han acercado numerosos curiosos para ver a los novios y los asistentes al enlace. Cayetano quería que sus cinco hermanos estuvieran presentes, pese a las rencillas familiares que han protagonizado durante años tras la muerte de la duquesa de Alba. Tras extender las cinco invitaciones, finalmente el único que no ha acudido al enlace es Jacobo Fitz-James Stuart, quien envió una carta con explicaciones sobre su ausencia por motivos profesionales que impedían que estuviera presente en un día tan importante para su hermano Cayetano. El abrazo a las puertas de la iglesia entre Cayetano y su hermano Carlos, actual duque de Alba, ha dejado claro que hoy esas rencillas han quedado a un lado. Eugenia Martínez de Irujo, única mujer de la familia, confirmó su asistencia públicamente al mismo tiempo que desvelaba cuál sería su papel: “Voy a ser testigo con mi hermano Fernando”. Añadió, además, que se iba a realizar un homenaje a su madre durante la ceremonia, a la que Eugenia ha llegado acompañada de su marido, Narcís Rebollo, y su hija, Cayetana Rivera, fruto de su primer matrimonio con el torero Francisco Rivera Ordóñez. Quien estará a medias es Alfonso, que sí que acudirá a la ceremonia religiosa, pero no a la fiesta posterior.
Entre los invitados, se ha podido ver a Alfonso Díez —viudo de la duquesa de Alba, fallecida a los 88 años en noviembre de 2014—, Bertín Osborne, Susanna Griso, Carmen Tello y Curro Romero —quien hace pocos días estuvo en el hospital por una neumonía—, Emilio Butragueño, Carmen Lomana, Olivia de Borbón y su marido Julián Porras, el príncipe Hubertus von Hohenlohe junto a su esposa, la diseñadora Simona Gandolfi —quienes presentaron a la pareja en una fiesta en Marbella—o Begoña Villacís.
Poco antes de las tres de la tarde salían de la iglesia ya como marido y mujer. Sin posar ante las decenas de cámaras que les esperaban, se han subido al mismo coche de caballos con el que ha llegado la novia, quien ya no llevaba su ramo, pues lo ha dejado como ofrenda en la capilla donde están los restos de Cayetana de Alba. “Dejadnos tranquilos hoy, un poco de respeto. Respeto una vez en la vida”, decía Cayetano Martínez de Irujo, un tanto nervioso, a los numerosos periodistas que les acercaban los micrófonos para preguntarles sobre su boda.
Las Arroyuelas, finca en el Cortijo La Motilla que se encuentra en Carmona y donde residen Martínez de Irujo y Mirjan desde junio, es el otro escenario elegido para la celebración tras el servicio religioso, en el que ha sonado el himno de España. Un lugar que dejó en herencia la duquesa de Alba, quien repartió sus bienes entre sus seis hijos en vida, y al que se trasladó su hijo durante la pandemia. El Cortijo La Motilla también fue el lugar elegido por la pareja para la preboda que celebraron la noche del viernes.
Martínez de Irujo y Mirjan se conocieron en Marbella en 2015, cuando ella tenía 19 años y él, 52. Sería un año más tarde cuando el duque de Arjona y conde de Salvatierra la presentó como su pareja durante el Concurso Hípico Nacional de Salto de Obstáculos, en el Campo de Tiro y Deportes de Salamanca, durante una competición que, precisamente, homenajeaba a la duquesa de Alba. Desde entonces, se ha dejado ver en todo tipo de celebraciones y eventos, tanto públicos como familiares. Eso sí, una vez casados ella no hereda los títulos nobiliarios de su marido, pues son de titularidad exclusiva de quien los recibe por sucesión. Pero sí será duquesa y condesa consorte.
Tras su boda, la pareja no descarta ampliar la familia. “Estoy abierto a todo. Ella se lo merece. Y si todo sigue en la dirección que va... Antes no estaba abierto a ello, pero ahora sí. Veremos cómo evolucionan las cosas”, apuntó el aristócrata tras la publicación de sus memorias, De Cayetana a Cayetano, en 2019. Sería el primer hijo para ella y el tercero para él, que tiene a los mellizos Amina y Luis, de 24 años, fruto de su breve matrimonio de dos años con Casanova —en total, estuvieron siete años juntos—.
Aunque el duque ya pasó por el altar en 2005, el exmatrimonio pidió la nulidad al Tribunal de la Rota. Una petición que fue aceptada y motivo por el que puede volver a casarse por la iglesia. Pese a su separación, han demostrado seguir manteniendo una buena y estrecha relación, priorizando siempre a sus dos hijos. Aunque ella no ha estado entre los 300 invitados a la boda de hoy.