El regreso triunfal de Adam Brody, el eterno secundario adorado por los milenial
Más de 20 años después de dar vida al inolvidable Seth Cohen en ‘The O.C’., el actor vuelve a conectar con aquel público adolescente, ahora adulto y cercano a los cuarenta, en una serie de comedia romántica que en tan solo unos días se ha erigido como el fenómeno de la temporada
Han bastado solo unos días para que la serie Nadie quiere esto, disponible en Netflix, se convierta en uno de los fenómenos de la temporada. Y Adam Brody (San Diego, California, 44 años) tiene mucho que ver con la buena acogida de la que para algunos es la mejor comedia romántica del año. La serie ha supuesto para el actor, para muchos el eterno Seth Cohen en la serie The O.C., un regreso por todo lo alto a la pequeña pantalla con un papel protagonista que parece hecho a su medida. En la ficción de 10 capítulos se pone en la piel de Noah, un atractivo y poco convencional rabino que acaba de salir de una relación cuando conoce a Joanne, interpretada por Kristen Bell —actriz a quienes muchos recordarán por Veronica Mars, otra serie adolescente que marcó los primeros años 2000—. Ella es presentadora de un podcast y tiene una visión de la vida muy diferente, un punto de fricción que alimentará buena parte de la trama. Sin destripar el argumento, a lo largo de los capítulos la pareja se esfuerza por sortear obstáculos de todo tipo para conseguir hacer funcionar su relación.
Casi 20 años después del final de The O.C., muchos han encontrado algunas similitudes entre el personaje de Brody de la ficción dosmilera y el del nuevo éxito de Netflix. “Ambos tienen mi misma estructura ósea, son del sur de California y teóricamente tendrían la misma edad si Seth Cohen hubiera continuado”, bromeó el actor al respecto en una entrevista en Vanity Fair, donde concluyó que para él sí hay grandes diferencias entre ambos: “Creo que Noah es alguien que ha sabido exactamente lo que quería desde muy joven y ha llevado una vida —pasándolo bien y siendo una persona divertida— de estudio riguroso. Creo que es una gran diferencia”.
Un surfero llega a Hollywood
Antes de formar parte de la que fue la serie adolescente más exitosa de su tiempo, Adam Brody ya había logrado sus primeros papeles en televisión, aunque la actuación no fue siempre su primera opción. Él mismo ha contado que buena parte de su infancia y adolescencia la pasó en la playa haciendo surf, nada raro si tenemos en cuenta que nació en la californiana San Diego.
Nadie en su familia próxima se dedicaba al cine, pero a los 19 años Brody dejó los estudios para probar suerte como actor en Hollywood. Las oportunidades no tardaron en llegar, y aunque en sus inicios todo eran papeles poco reseñables estos le sirvieron para empezar a curtirse delante de las cámaras. En 2002, un año antes de The O.C., se hizo un pequeño hueco en el reparto de Las chicas Gilmore con un personaje secundario pero recurrente. Unos meses después todo cambió. A sus 23 años fue elegido como uno de los cuatro protagonistas del drama adolescente The O.C., la serie ambientada en Orange County y coprotagonizada por Mischa Barton, Rachel Bilson y Benjamin McKenzie.
De un día para otro, los cuatro veinteañeros se convirtieron en la obsesión de una generación que quería saberlo todo de ellos, dentro y fuera de la pantalla. Si bien las mujeres (en especial Mischa Barton) se llevaron, como suele ser habitual, la peor parte en lo referente al escrutinio constante de la prensa y la opinión pública, Adam Brody tampoco se libró de las consecuencias de la fama. Eso sí, ha reconocido que a día de hoy la exposición hubiera sido mucho peor al entrar en juego las redes sociales. “No había el mismo nivel de interacción y contacto que existe hoy, incluso siendo casi todo virtual. Hubiera sido todo muy diferente y no hubiera querido tener ese nivel de exposición ni ese poder”, comentó en la plataforma BuzzFeed en una charla de 2019.
Durante un tiempo fue una de las personas más famosas del planeta, pero tras el final de la ficción, en 2007, ese fulgor de la fama fue palideciendo. Su vida personal sí tuvo algún pico de atención, como el que acaparó por su relación con otra estrella de las series adolescentes: la actriz Leighton Meester, la popular Blair Waldorf en Gossip Girl. La pareja pasó por el altar en el año 2014, siguen juntos y tienen dos hijos, nacidos en 2015 y en 2020.
Eso no quiere decir que a Brody le faltara el trabajo después de Seth Cohen. Al revés, basta echar un vistazo a su filmografía para comprobar la cantidad de títulos en los que ha participado desde entonces, pero la mayoría de ellos con escasa repercusión. Teniendo esto en cuenta llama la atención cuando algunos compañeros definen al intérprete como alguien muy quisquilloso a la hora de escoger proyectos. Con todo, en The Hollywood Reporter el californiano dejó claro que no se arrepiente de ninguno de los proyectos a los que dijo no, sin especificar cuáles: “Al principio de mi carrera sí era más consciente de mí mismo, pero al mismo tiempo no miro atrás y pienso: ‘Wow, perdí ese tren’ o ‘debería haber hecho eso’. Soy lo suficientemente afortunado de estar en el camino que yo mismo he creado. Es mi camino. Tengo claro que no tengo arrepentimientos”.
Una nueva etapa
Desde 2019, sus elecciones profesionales han sido más atinadas. En 2020 se le vio en un papel menor pero muy revelador en la aclamada Una joven prometedora, la película de Emerald Fennell premiada con un Oscar en la categoría de mejor guion original. La televisión también le dio alegrías en 2022, cuando estrenó Fleishman está en apuros, una de las series mejor valoradas de aquel momento. Y un año más tarde volvió a formar parte de una de las películas favoritas de los Oscar, la comedia negra American Fiction. Su presencia en estos títulos ha sido secundaria, pero ha allanado el terreno hacia su segunda gran oportunidad.
Quienes no habían nacido cuando Adam Brody era un ídolo forracarpetas es probable que no se identifiquen demasiado con la trama de Nadie quiere esto, pero los milenials que crecieron con el adorable y rarito Seth Cohen han redescubierto al actor a través de un personaje que, probablemente, conecte en algún que otro aspecto con sus propias experiencias. La creadora de la serie, Erin Foster, se inspiró en sus vivencias personales con su marido para escribir el guion y aunque en entrevistas ha asegurado que hicieron un casting a cada “judío guapo de la ciudad”, sabía que Adam Brody era perfecto para el papel. El intérprete es de familia judía, aunque él se ha descrito como “no religioso y no creyente”. “No creo que haya ido a ningún otro Bar Mitzvah más que al mío”, ha dicho durante la promoción. Por eso, meterse en la piel de un rabino implicaba una responsabilidad extra: “He querido hacer feliz al mayor número de personas posibles. Conseguí el trabajo antes de la huelga [de actores] y cuando llegó el parón tuve un montón de tiempo que me permitió bucear y aprender mucho de la historia del judaísmo”.
La química compartida con su compañera de pantalla, Kristen Bell, está siendo uno de los aspectos más comentados entre los fans, lanzados a compartir en redes sociales montajes y vídeos recopilatorios de todos los besos compartidos por la pareja en la serie. Lo cierto es que Brody y Bell son viejos conocidos, además de compartir una trayectoria profesional muy similar. Antes de Nadie quiere esto habían trabajado juntos en varias ocasiones y esa complicidad se plasma tras la cámara, si bien Brody destaca cómo el guion ha ayudado a subrayar la sintonía entre la pareja. “Hemos trabajado juntos en varios shows y nadie ha dicho: ‘Vuestra química es increíble’. Quiero decir, lo hemos pasado muy bien trabajando juntos y ha funcionado, pero aquí hay otra razón por la que esta vez la serie está recibiendo atención en este sentido. Y tiene que ver con cómo está escrita”.
De momento, la ficción acumula más de 10 millones de visualizaciones en Netflix y en España ocupa la segunda posición de lo más visto de su categoría, por detrás de Monstruos: la historia de Lyle y Erik Menéndez. No sería de extrañar que escalara posiciones en los próximos días. Una vez que se ha visto el final del último capítulo, la pregunta obligada es; ¿Habrá segunda temporada?. No hay nada claro, aunque las declaraciones de la showrunner Erin Foster al respecto han alimentado las esperanzas de muchos: “Estamos teniendo una respuesta muy positiva. Definitivamente, han comenzado las conversaciones sobre una posible segunda temporada”. Ahora solo queda esperar.