Dollywood, el parque de atracciones de Dolly Parton que desbanca a Disneylandia
Buena parte de la fortuna de la reina del country, estimada en 375 millones de dólares, proviene del parque temático de inspiración sureña que abrió sus puertas en 1961
A Dolly Parton le gusta autodenominarse “la chica de al lado... si lo que tienes al lado es un parque de atracciones”. Cantante, empresaria de éxito, activista, escritora, mecenas, filántropa, icono pop, y defensora de los derechos de los animales, Dolly...
A Dolly Parton le gusta autodenominarse “la chica de al lado... si lo que tienes al lado es un parque de atracciones”. Cantante, empresaria de éxito, activista, escritora, mecenas, filántropa, icono pop, y defensora de los derechos de los animales, Dolly Parton siempre ha mostrado con orgullo de clase trabajadora que detrás de su vasto imperio —y de una fortuna estimada en 375 millones de dólares, según la revista Forbes— se esconden unos orígenes humildes a los que regresa constantemente mediante importantes donaciones para ayudar a comunidades deprimidas.
Dolly Parton nace en una cabaña de madera en Servierville (Tennessee), uno de esos pequeños pueblos rurales de Estados Unidos de donde es difícil salir. Por nacimiento, Parton podría pertenecer a lo que las élites clasistas del país denominan comúnmente parte de la white trash, “basura blanca”, que, sin embargo, termina convertida en reina del country y en voz de la clase trabajadora estadounidense, gracias a canciones tan emblemáticas como 9 to 5 o el archiconocido I will always love you, tema principal de la película El guardaespaldas (1992), que interpretó y popularizó Whitney Houston. Su figura es tan icónica que tiene su su propio Teleñeco en Barrio Sésamo (Polly Darton) y dio nombre a la oveja más famosa del mundo (llamada Dolly, por cierto, por nacer de una célula de la glándula mamaria en referencia a los enormes pechos de la artista).
No está mal para aquella niña de la que se mofaban en el colegio por acudir vestida con un abrigo hecho de retales. Normal que la apoden The Iron Butterfly (La mariposa de acero), debido a su delicado aspecto y férrea mano para los negocios. Parton posee un imperio que abarca desde productoras de cine y televisión (suyas son la serie Buffy, cazavampiros o la película El padre de la novia) a fundaciones filantrópicas como Imagination Library, que ya ha distribuido más de 100 millones de libros gratis entre niños sin recursos de todo el mundo. “Por encima de todo lo que he hecho, siempre he dicho que he tenido más agallas que talento” afirmó la artista en una de sus entrevistas, haciendo gala de su siempre creíble humildad. Pero lo que no todo el mundo conoce son los extraordinarios ingresos que Dollywood, el parque de atracciones y complejo turístico propiedad de la artista, le reporta.
Bienvenidos a Dollywood
Dollywood es un gigantesco complejo turístico compuesto por un parque temático, otro acuático, campos de golf y hoteles, ubicado en plenos Apalaches, muy cerca de las hermosas Smoky Mountains, donde Dolly Parton vivió su infancia y que ella misma ha hecho resurgir dando trabajo y bienestar a la gran mayoría de sus poco más de 5.000 habitantes: “Siempre pensé que, si algún día lograba hacer algo grande o tenía éxito, quería donar una parte de esos beneficios a la tierra en la que nací y crear algo grandioso. Algo que contribuyera a crear muchos puestos de trabajo. Inauguramos el parque hace más de 35 años y todavía estamos aquí”, ha comentado la artista.
Los datos la avalan: más de 40 millones de visitantes desde su apertura y un plan de expansión de más de 500 millones de dólares para los próximos años. Por si esto fuera poco, Dollywood ha sido elegido por TripAdvisor como el mejor parque de atracciones de Norteamérica, por encima de Disneylandia o Universal. Lo ha conseguido gracias a sus espectaculares atracciones, pero pasear por allí demuestra que también por la ubicación, la limpieza y mantenimiento de sus instalaciones, la calidez y amabilidad de sus empleados, sus puestos de comida tradicional, la perfecta tematización y sus actuaciones en vivo con lo mejor de la música country, bluegrass y gospel. Hasta la mismísima Dolly aparece por allí una vez al mes para dejarse ver en la cabalgata ante unos estupefactos visitantes.
Tradición y modernidad se unen en más de 60 hectáreas, combinando la montaña rusa de madera más rápida del mundo, con talleres de herrería, santuarios de águilas, una reconstrucción del hogar en el que se crio la cantante o una réplica del primer molino de trigo de Tennessee. Dollywood tiene hasta un museo propio: Chasing Rainbows, en memoria a la intérprete y a su carrera, donde se exhibe el vestuario de muchas de sus películas como 9 to 5, estilismos de sus conciertos y todos sus premios. Para los románticos, también existe la posibilidad de casarse en la Dolly Chapel, en pleno parque de atracciones.
Los empleados de Dollywood la adoran: Dolly paga el 100% de la matrícula, las tasas y los libros si quieren obtener títulos u otras oportunidades educativas, no en vano Dollywood ha sido nombrado este año por la revista Forbes como uno de los mejores lugares para trabajar. El encanto de Dolly y la amabilidad sureña convertidos en destino turístico único.