Carlos Sobera: “Nunca pediría espaguetis en una primera cita”

El presentador y actor vive un momento frenético entre los platós de ‘First Dates’, ‘Supervivientes’ y ahora ‘El precio justo’, y el teatro, donde es actor y empresario

El actor, productor y presentador Carlos Sobera.Mediaset España

Carlos Sobera cogió fama en la tele con un gesto: levantando la ceja de manera inquietante en ¿Quiere ser millonario? Ahora, veintipico años después, ha arribado a otro gesto televisivo: esa especie de ola manual que hacía Joaquín Prat (padre) en El precio justo y que ahora Sobera hereda. Pero además está en ...

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Carlos Sobera cogió fama en la tele con un gesto: levantando la ceja de manera inquietante en ¿Quiere ser millonario? Ahora, veintipico años después, ha arribado a otro gesto televisivo: esa especie de ola manual que hacía Joaquín Prat (padre) en El precio justo y que ahora Sobera hereda. Pero además está en Supervivientes, en First Dates o en la obra de teatro Asesinos todos, en el madrileño teatro Reina Victoria, donde actúa y produce. ¿No se hace un lío con tanta cosa? “Bueno, está todo muy bien organizado: por el momento no me he confundido diciendo ‘¡a jugaaaaar!’ en Supervivientes”, bromea.

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Sobera (Barakaldo, 60 años) estudió Derecho (y llegó a enseñar en la universidad) pero su plan secreto era ser actor. Quizás esto de presentar programas también tenga algo de actuación. “Para llegar al público hay que ser uno mismo, ser natural, pero es cierto: se pueden crear ciertos gestos, ciertos movimientos corporales, ciertas expresiones que te den personalidad”, explica. En el Reina Victoria, lleva la gestión del teatro después de que otra empresa comprara el inmueble, antes propiedad suya, pero el teatro, con la pandemia, va “mal”, como suele ir siempre el teatro: “Los que nos dedicamos a esto tenemos una vocación muy fuerte y otra fuente de ingresos: los números muchas veces no dan”. De los platós lo que más le gusta es entrar en contacto con el ciudadano de a pie, con “gente que no suele aparecer en la tele”. Él sí aparece en la tele, pero tiene ese aire de cercanía afable que se le presupone a la gente normal: quizás sea el secreto de su éxito. Sobera es buen rollo.

Se refiere, por ejemplo, a First Dates, que cumple cinco años y por donde han pasado personas de lo más variopinto, de toda clase y condición. “He aprendido que todo el mundo merece respeto, tenga la orientación sexual que tenga, la ideología política que tenga, la manera de vivir que tenga”, dice el presentador. Y no solo eso: también ha aprendido ciertos trucos para ligar. “Yo estoy felizmente casado, pero si tuviera que volver a ligar nunca pediría espaguetis en la primera cita. Escucharía a la otra persona. Evitaría hablar de mí todo el rato. Etc…”, se ríe.

Su matrimonio ha vivido en los últimos años convulsiones, pero por la vía de la salud. Su esposa, Patricia Santamarina, sufrió un peligroso derrame cerebral. Sobera fue a urgencias por una fístula. “Esto no es una urgencia, esto es una emergencia”, le dijo la médica, y en un plis plas estaba en un frío quirófano donde le salvaron la vida. “Me había surgido un principio de gangrena, agravada por mi diabetes de tipo 2: si la bacteria llegaba a la sangre podía morir”, explica el comunicador. Afortunadamente, ambos salieron bien parados de estos trances al borde del abismo. “Lo llamativo es que fueron problemas de salud que surgieron de repente, que no esperábamos”. Cualquier momento puede ser el último, así que ahora trata de practicar esa enseñanza universal que conocemos de memoria, pero que se nos olvida, o no nos dejan, practicar: disfrutar de la vida día a día.

La pandemia, en cambio, no afectó mucho a su familia. “A mí me tocó trabajar durante el confinamiento: cuando regresaba en coche cada noche de la tele, y veía las calles vacías y los controles policiales, me daba miedo”, recuerda Sobera. Lo bueno es que también pudo leer, ver películas, dedicarse a la vida contemplativa (algo a lo que le gusta dedicar tiempo), volver a jugar al parchís con sus hijas. La mayor está acabando Derecho y estudia interpretación con Cristina Rota, los mismos caminos que exploró su padre. ¿Qué le recomendaría como progenitor, leyes o farándula? “No soy de esos padres estrictos: que haga lo que le dicte su corazón. Lo importante es tener una formación”. La pequeña tiene 13 años y no ve mucho la tele, está más bien mirando TikTok.

¿Tiene futuro el medio televisivo entre estas nuevas generaciones impredecibles? Precisamente en First Dates han colaborado con uno de los más famosos creadores de contenido en internet, de esos que vienen a poner el audiovisual patas arriba (y que es fan del programa): Ibai Llanos. “Yo creo que la televisión convivirá con internet y las plataformas, sobre todo los programas que no estén enlatados, los directos, los informativos”, explica. De todas formas, si la tele se va a pique, al actor hay otras que le gustaría hacer y que nunca ha hecho. Montar una ONG que eduque a través del teatro. O escribir un poemario. Por el momento trabajo tiene, y mucho. ¿No le da miedo quemarse de tanta pantalla? “En este negocio lo que quema de verdad no es salir mucho en la tele, sino no nunca salir en la tele”, concluye Sobera.

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