La vida sin Kobe Bryant, un año después

Cuando se cumple el primer aniversario del fallecimiento del jugador y de su hija en un accidente, su viuda Vanessa mantiene varios pleitos abiertos sobre lo sucedido

Vanessa Bryant y Kobe Bryant en la fiesta de Vanity Fair posterior a los Oscar, en Beverly Hills, California en febrero de 2019.Dia Dipasupil
Madrid -

A última hora del domingo 26 de enero de 2020, una noticia inesperada impactaba en todo el mundo: Kobe Bryant, estrella mediática y astro del baloncesto estadounidense, moría en un accidente de helicóptero en Calabasas, un barrio de Los Ángeles (California, EE UU). Junto a él volaban una de sus hijas, Gianna Maria Onore, de 13 años, y ...

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A última hora del domingo 26 de enero de 2020, una noticia inesperada impactaba en todo el mundo: Kobe Bryant, estrella mediática y astro del baloncesto estadounidense, moría en un accidente de helicóptero en Calabasas, un barrio de Los Ángeles (California, EE UU). Junto a él volaban una de sus hijas, Gianna Maria Onore, de 13 años, y otras dos familias y el piloto, que también perecieron en el siniestro. Doce meses después, la viuda de la gran estrella del baloncesto mantiene abiertos varios frentes judiciales: contra la empresa propietaria del helicóptero, contra quien difundió unas fotos del accidente, contra su propia madre y por las pérdidas económicas que implica la muerte de su marido.

El accidente causó un enorme shock global. Bryant, que falleció con 41 años, dejaba huérfana a la familia que había creado junto a su esposa, Vanessa, con quien se había casado dos décadas antes, cuando ella tenía 17 años y él, 20, y ya era jugador de Los Angeles Lakers. El matrimonio tuvo cuatro hijas: Natalia; Gianna, promesa del baloncesto de 13 años que falleció junto a su padre; Bianka, de cuatro, y Capri Kobe, nacida apenas siete meses antes del accidente y a quien apodan cariñosamente Coco.

Menos de un mes después del accidente, la viuda demandó por homicidio imprudente a la compañía propietaria del helicóptero donde viajaban su marido y su hija. Además, en marzo se quejó por la difusión de las fotos del accidente, en lo que consideró una falta de respeto a su derecho a la intimidad. De ahí que el pasado septiembre decidiera también poner una demanda contra el sheriff de Los Ángeles por esa causa. Meses antes, en junio, se supo que iba a poner una demanda por el dinero que su familia había perdido tras la prematura muerte de su esposo. “Vanessa Bryant busca daños económicos, daños no económicos, daños punitivos, intereses de prejuicio y otras medidas de alivio que la Corte considere justas y apropiadas”, se leía en esa demanda. Se calcula que ha pedido 200 millones de dólares (165 millones de euros).

Los daños económicos pueden ser cuantiosos, pero aún falta para que un juez lo determine. Lo que sí se ha sabido, en parte, es la herencia que le pertenece a la familia. Según la publicación económica Forbes, el patrimonio de Kobe Bryant ascendía a 600 millones de dólares, unos 550 millones de euros. A lo largo de su carrera, el jugador había ganado una fortuna gracias a sus ingresos como jugador de baloncesto, pero sobre todo a las asociaciones con grandes marcas (desde Nike a Coca-Cola o Mercedes-Benz), a los libros que escribió y también a sus exitosas inversiones. Por ejemplo, una de sus sociedades de inversión impulsó la creación de Epic Games, la empresa que dio vida al exitoso videojuego Fortnite. La herencia está clara para la viuda y para las dos hijas mayores del baloncestista, pero no tanto para la más pequeña, que no había llegado a ser incluida en el testamento del atleta y podría quedar fuera del reparto.

Vanessa Bryant también ha recibido sus propias demandas, y en este caso dolorosa: la de su madre. Sofia Laine, que así se llama, afirma que su hija la ha abandonado, cuando su fallecido yerno le había prometido que la cuidaría siempre, y la acusa de echarla de la casa que le compró el jugador. Laine asegura que fue asistente personal del matrimonio y niñera de sus hijas, algo que Vanessa niega. De hecho, la acusa de “extorsionar económicamente a su familia”. “La he apoyado durante 20 años y nunca fue ni asistente personal ni niñera”, aseguraba en diciembre en un comunicado. “Esta demanda es frívola, desgraciada e inimaginablemente dolorosa. Mi marido nunca le prometió nada a mi madre y estaría muy decepcionado de su comportamiento y falta de empatía”, relataba.

Este año ha sido duro para las mujeres Bryant. Hace apenas un mes Natalia, la mayor de las chicas, cumplía los 18 años, como mostraba en su cuenta de Instagram. Una cuenta donde posa a menudo con sus hermanas pequeñas y con su madre, y donde también rinde homenajes frecuentes a su padre y a su hermana fallecidos.

En estos meses ha habido algo así como una nueva incorporación que ha arrojado luz a la familia. Elisabet Gianna Gasol es la primera hija de Pau Gasol y de su esposa, Catherine McDonnell. La niña ha recibido como segundo nombre el de la fallecida hija de los Bryant, con quien mantenía una relación muy estrecha, tanto que las pequeñas del matrimonio se refieren a él como “tío Pau”. Vanessa es su madrina; de hecho, recientemente colgaba una foto con la pequeña: “Mi ahijada Ellie Gianna”, decía.

Estas son las imágenes más esperanzadoras y felices de Vanessa tras un año negro. Ella misma dio cuenta de su dolor en sus redes sociales. “Estamos completamente devastadas por la repentina pérdida de mi adorado marido, Kobe, el increíble padre de nuestras hijas; y mi preciosa y dulce Gianna, una cariñosa, atenta y maravillosa hija, y una hermana increíble para Natalia, Bianka y Capri”, contó entonces.

En estos meses Vanessa ha encontrado en su hija mayor su gran apoyo, y también se ha centrado en la crianza de las dos menores, aún muy pequeñas y que requieren parte de su atención y para las que organiza viajes y grandes fiestas de cumpleaños llenas de familiares y amigos. Tras el íntimo entierro, ha celebrado y rendido grandes y pequeños homenajes a los suyos: desde los realizados por los Lakers en el Staples Center (justo antes de la irrupción del coronavirus) a la retirada de camisetas y los premios creados en su nombre hasta el tatuaje con los nombres de toda la familia que se ha hecho en el pie. Y, como ella y sus hijas siguen mostrando en sus redes sociales, su ventana al mundo, les rinden homenajes día tras día.


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