El heredero al trono de Japón aprueba la polémica boda de su hija

Mako se comprometió hace tres años pero el enlace ha sido postergado varias veces mientras el gobierno busca una solución para que las princesas que se casen con plebeyos no pierdan su condición

El heredero al trono de Japón, el príncipe Fumihito, en el centro junto a su esposa, la princesa Kiko y sus hijos, las princesas Mako y, a la derecha, Kako, y el príncipe Hisahito en su residencia imperial en Tokio.HANDOUT (AFP)

La tragedia griega en la que se ha convertido la vida amorosa de la princesa Mako de Japón podría estar llegando a su fin. El nudo del conflicto reside en su polémico matrimonio con un plebeyo, postergado en repetidas ocasiones tras ser anunciado hace ya tres años. La protagonista manifestó dos semanas atrás que su determinación sigue intacta y ayer lunes su padre, el príncipe F...

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La tragedia griega en la que se ha convertido la vida amorosa de la princesa Mako de Japón podría estar llegando a su fin. El nudo del conflicto reside en su polémico matrimonio con un plebeyo, postergado en repetidas ocasiones tras ser anunciado hace ya tres años. La protagonista manifestó dos semanas atrás que su determinación sigue intacta y ayer lunes su padre, el príncipe Fumihito, apoyó en público el enlace.

“Apruebo que se casen. La Constitución establece que el matrimonio debe estar basado únicamente en el consentimiento mutuo de ambos pretendientes. Si eso es lo que ellos quieren de verdad, creo que como padre debo respetarlo”. Así se ha expresado el heredero al trono imperial al ser cuestionado por el futuro de su hija durante una rueda de prensa celebrada con motivo de su 55º cumpleaños.

El asunto se remonta a noviembre de 2017, cuando Mako informó de su compromiso con un compañero de clase en la Universidad de Gakushuin, de nombre Kei Komuro. Apenas unos meses más tarde, en febrero de 2018, ambos pospusieron su casamiento hasta 2020 aduciendo “falta de preparación”. Este año, la pandemia ha dado al traste con sus planes de nuevo. No obstante, el mayor de los obstáculos siempre ha sido la oposición de Palacio, con la madre de la joven, la princesa Kiko, a la cabeza.

Las dudas sobre la idoneidad de la pareja se acrecentaron cuando salieron a la luz las deudas –todavía insatisfechas– contraídas por la madre de Komuro con su expareja para financiar la educación del joven, quien en la actualidad estudia Derecho en la Universidad de Fordham en Estados Unidos. Durante su intervención del lunes, el príncipe Fumihito no ha evadido este controvertido tema. “Para que mucha gente esté convencida y se pueda celebrar [la boda], es importante que esta cuestión se solucione”, ha declarado; antes de añadir un matiz llamativo: no solo es necesario “tomar medidas”, también que estas “sean visibles”.

A pesar de los impedimentos, la princesa nunca ha cejado en su empeño. La última declaración de amor tuvo lugar a mediados de noviembre. “Aún es difícil anunciar algo específico en estos momentos, pero consultaremos con nuestras familias para seguir adelante con la boda”, sentenciaba Mako en un comunicado compartido por la Casa Imperial. El texto incluía unas palabras atribuidas a Fumihito y Kiko, según las cuales aseguraban “respetar” la decisión de su hija mayor. Ella misma reconocía que “los sentimientos de algunas personas son contrarios a nuestros esponsales”.

Otro motivo que explica el rechazo suscitado por este enlace es la escasez de miembros de la familia imperial. De acuerdo a la normativa vigente, Mako perdería su rango al casarse con un plebeyo. Este imperativo, empero, solo afecta a las mujeres. El actual emperador Naruhito, por ejemplo, se casó con una ciudadana sin sangre azul –la ahora emperatriz Masako– y mantuvo sus títulos; mientras que a su hermana, la princesa Sayako, le fueron retirados tras contraer matrimonio con un funcionario del Ayuntamiento de Tokio.

El emperador Akihito con la emperatriz Michiko, el príncipe heredero Naruhito y su esposa Masako, el principe Akishino y las princesas Kiko, Mako, Akiko, Yoko, Tsuguko y Ayako, en noviembre de 2009.Getty Images

Esta política discriminatoria y restrictiva amenaza el futuro del linaje, que solo cuenta con tres varones en la línea de sucesión, siendo el último de ellos –Masahito, hermano menor del emperador emérito Akihito– un octogenario. El gobierno baraja soluciones a este entuerto. Una de ellas, según informaba en los últimos días el diario Japan Times, consistiría en otorgar un puesto honorífico de nuevo cuño a las princesas, de modo que estas pudieran seguir participando en la vida pública.

Esta “controvertida” maniobra legal se ha explorado sin éxito en el pasado; pero recientes acontecimientos como la abdicación de Akihito en abril de 2019 ya han obligado a la Casa Imperial ha modernizarse a marchas forzadas. Mako podría esperar a que el proyecto salga adelante para evitar así que su historia de amor implique renunciar a su posición y lograr que, en esta peculiar tragedia moderna, enlace y desenlace sean una misma cosa.

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