Britney Spears, dispuesta a abandonar los escenarios si su padre no deja de tutelarla
La cantante asegura estar “asustada” y anuncia que no volverá a actuar mientras su progenitor siga con el control de su carrera
Britney Spears no está viviendo uno de sus mejores momentos. Y sus admiradores tampoco. La cantante, de 38 años, ha recibido un nuevo mazazo judicial después de que un tribunal estadounidense haya rechazado esta semana su demanda para que su padre, Jamie Spears, deje de ser su tutor legal y también su gestor. Ante la...
Britney Spears no está viviendo uno de sus mejores momentos. Y sus admiradores tampoco. La cantante, de 38 años, ha recibido un nuevo mazazo judicial después de que un tribunal estadounidense haya rechazado esta semana su demanda para que su padre, Jamie Spears, deje de ser su tutor legal y también su gestor. Ante la negativa de la jueza, Brenda Penny, el abogado de la artista ha declarado: “Britney está asustada. Tiene miedo de su padre y no volverá a actuar si él sigue a cargo de su carrera”.
El pasado mes de julio Britney inició un proceso judicial para retomar las riendas de su vida, pero las decisiones tomadas hasta el momento no parecen estar jugando a su favor. En la última audiencia celebrada este martes y a la que la artista no acudió, los representantes de Spears alegaron que su progenitor despidió al gerente de los negocios de su hija y contrató a uno nuevo sin avisarle. Un motivo más que ha llevado a la cantante a mostrarse dispuesta a abandonar definitivamente los escenarios si su padre no deja de tutelarla. La jueza Penny, aunque por el momento ha rechazado la petición, se ha mostrado dispuesta a escuchar los futuros argumentos para la suspensión o expulsión del control que Jamie ejerce sobre su hija, que el abogado de Britney ha confirmado que llegarán.
La antaño estrella del pop se encuentra en un parón indefinido en su carrera, pero trabaja activamente en su intento por recuperar el control de su vida y su dinero tras 12 años de una tutela judicial ejecutada principalmente por su padre, quien ha controlado sus asuntos financieros y decisiones profesionales durante todo este tiempo. En 2007 Britney Spears entró en una espiral de depresión, alcohol y estupefacientes tras divorciarse de Kevin Federline. Fue ingresada en un centro de desintoxicación mientras un juez entregaba a su exmarido la custodia de los dos hijos que tienen en común y a los que ahora ella visita de manera frecuente. Durante su ingreso, el padre de Britney solicitó al juez convertirse en su tutor legal. Iba a ser por un año, hasta que se recuperara, pero han pasado más de doce. Ese régimen supone que la intérprete de Baby One More Time no puede hacer prácticamente nada sin su consentimiento. Desde coger el coche para ir de compras a conceder entrevistas o manejar sus publicaciones en redes sociales, y ni hablar de controlar su economía. Recibe una asignación de 1.500 dólares (unos 1.400 euros) a la semana, pero su tutor legal es el que maneja el patrimonio de la artista, unos 200 millones de euros netos acumulados. Solo en 2017 ganó 35 millones, en el que fue su último año de gran actividad, según la revista Forbes.
La batalla judicial entre Britney Spears y su padre está en el centro de todas las discusiones entre los seguidores de la estrella. Desde hace varios meses surgió en las redes un movimiento masivo reclamando su libertad bajo la etiqueta #FreeBritney (Libertad para Britney). Los admiradores de la estadounidense, que comparten todo tipo de teorías y rumores, han contado con el apoyo de varias celebridades como Miley Cyrus, Rose McGowan, Paris Hilton y la cantante Cher. Este última, dijo en Twitter el verano pasado que Britney Spears había sido “la gallina de los huevos de oro” para su familia. “Todos en Las Vegas han escuchado historias”, agregó en referencia a la época en la que Britney Spears vivía en la ciudad de Nevada para dar sus conciertos. En estos últimos años, Britney ha lanzado tres álbumes, ha completado una actuación de dos años en Las Vegas y ha ejercido de juez en el programa The X Factor.
Entre los que apoyan a la artista también entra en juego su madre, Lynne, separada de su padre y que busca ser su nueva tutora. Lynne Spears argumenta que no es lógico que su hija esté incapacitada para tomar decisiones sencillas sobre su vida cuando mantiene una carrera sólida y una incesante actividad profesional. Tras conocer la última decisión de la jueza de mantener la tutela a Jamie, la madre de Britney hizo una declaración a través de su abogado calificando la relación entre su hija y su exmarido como tóxica. “A Lynne le rompe el corazón que las cosas hayan llegado a este punto”, dice el comunicado. “La conflictividad no es infrecuente en las familias, pero esta no es una familia habitual”, añade mientras siguen a la espera de la decisión final de la jueza. Por ahora queda esperar hasta el próximo 16 de diciembre, fecha fijada para la próxima audiencia y cuando está previsto que el abogado de la artista presente nuevas pruebas para conseguir liberar definitivamente a Britney Spears de su padre. Por el bien de sus seguidores, al menos, quienes desean volver a ver a su ídolo sobre los escenarios.