Los Jagger, la dinastía del gran patriarca rockero
El músico preside un clan formado por supermodelos, diseñadoras, cineastas y actores a los que inspira. A todos les va la marcha de la farándula
No se conoce un linaje igual en el mundo de la música. La dinastía de Mick Jagger es como un árbol genealógico de Juego de tronos. Incluso hay más escarceos sexuales —que ya es decir—, protagonizados siempre por el cantante de los Rolling Stones, que solito puede sumar muchos más que todos los de los personajes juntos de la popular saga literaria de George R. R. Martin. No es una hipérbole. Es lo que tiene ser un Rolling Stone durante medio siglo. No hay ficción que lo supere. De esta forma, lo...
No se conoce un linaje igual en el mundo de la música. La dinastía de Mick Jagger es como un árbol genealógico de Juego de tronos. Incluso hay más escarceos sexuales —que ya es decir—, protagonizados siempre por el cantante de los Rolling Stones, que solito puede sumar muchos más que todos los de los personajes juntos de la popular saga literaria de George R. R. Martin. No es una hipérbole. Es lo que tiene ser un Rolling Stone durante medio siglo. No hay ficción que lo supere. De esta forma, los Jagger son una dinastía formada por nombres de mujeres, hijos, nietos y bisnietos, ramificándose en familias que, a su vez, se ramifican en más familias. Sin embargo, a diferencia de las novelas fantásticas cargadas de disputas palaciegas, en este caso sí existe un único ocupante del trono de hierro: Mick Jagger, rey de un inmenso clan formado por supermodelos, diseñadoras, cineastas y actores. Apenas ejerce como tal, pero como gran patriarca, inspira a los demás: a todos les va la marcha de la farándula.
Caballero de la Orden Británica, sir Mick Jagger no es alguien que atienda a protocolos y a lo políticamente correcto. Si en España los programas del corazón y los grupos de WhatsApp familiares echan humo este verano con la relación entre el torero Enrique Ponce y su novia Ana, a la que saca 26 años (él tiene 48 y ella, 22), morritos Jagger (como le llaman algunos de sus seguidores) se maneja sin problemas con el escándalo. Es su hábitat natural. Su actual novia, la bailarina Melanie Hamrick, tiene 33 años mientras él guarda 77 deliciosas primaveras, tal y como se puede comprobar en fotografías y vídeos en los que se le ve bailando en plena forma tras la operación de corazón del año pasado. Una pareja 44 años menor, con la que lleva de relación desde 2014 y que dejó su trabajo en el American Ballet Theatre para vivir con el músico y criar a Deveraux, el hijo que ambos tuvieron en 2016. Deveraux es el último de los ocho hijos de Jagger con cinco mujeres distintas.
Es la gran aristocracia del rock. El cantante de los Rolling Stones tiene una nutrida descendencia que abarca cuatro generaciones. Ante tal abanico familiar, se producen hechos propios de grandes telenovelas. El emparejamiento con Melanie Hamrick llegó con polémica: Jagger anunció su relación con la joven bailarina tan solo tres meses después del suicidio de L’Wren Scott, una modelo y diseñadora de 49 años con la que rompió después de tres años de noviazgo. La polémica es gasolina para un músico que presume de haberse acostado con más de 3.000 mujeres y cuyos ocho hijos, cuatro mujeres y cuatro hombres, oscilan en edades comprendidas entre los 49 y los cuatro años. ¿Qué trae esto? Asuntos de familia extraños como que la bisnieta de Mick es mayor que su último hijo. Lo que decíamos: ¿quién quiere Juego de tronos pudiendo seguir los pasos de los Jagger?
La primogénita de Jagger es Karis, hija de Marsha Hunt, actriz y cantante estadounidense que inspiró la canción Brown Sugar y saltó a la fama por protagonizar el musical Hair y con la que mantuvo una relación paralela a la de Marianne Faithfull a finales de los sesenta. Jagger tardó nueve años en reconocerla. Karis ha trabajado como asistente de producción y con algún pequeño papel de actriz en Hollywood. Jade Jagger, en cambio, es la primera hija del músico dentro del matrimonio y la única con su primera esposa, la exmodelo Bianca Jagger. Mientras tanto, con Jerry Hall no solo tuvo la relación más longeva —de 1977 a 1999— sino que también tuvo más hijos: cuatro. Tres de ellos son modelos: la mayor Elizabeth Jagger, quien desfila en todo el mundo y ha posado para la revista Playboy, Georgia May Jagger, quien tiene aún más éxito que su hermana y desfiló en la clausura de los Juegos Olímpicos junto a Naomi Campbell y Kate Moss, y el pequeño Gabriel Jagger, que ha empezado en los desfiles inspirado por sus hermanas. El otro hijo es el actor James Jagger, que protagonizó la serie musical Vinyl pero luego no ha tenido mucho éxito. Y los más pequeños de los ocho son dos hijos varones con dos mujeres distintas. Lucas, de 21 años y fruto de una fugaz relación con la modelo brasileña Luciana Gimenez y, como ocurrió con su primogénita Karis, no fue hasta después de una batalla legal cuando asumió su paternidad, y Deveraux, de cuatro años y menor que los nietos de su padre.
Es la dinastía de los Jagger. Variopinta, glamourosa y derivada de las correrías de su patriarca, un rockero de vieja escuela, pero también un hábil empresario. Después de que los Rolling Stones fueran tangados por su mánager Allen Klein a finales de los sesenta, Mick Jagger aprendió a coger las riendas de los negocios de la banda y, a partir de ahí, derivó en amarrar bien las suyas propias, que funcionan como una empresa dentro de un gigante empresarial en forma de grupo de rock. Porque, si algún romántico piensa que los Rolling Stones son una familia, quizá haga bien, pero que piense otra vez en las familias de Juego de tronos. Del amor al odio, y viceversa, hay siempre un reino.