Helen Mirren, la otra ‘reina’ de los británicos

La actriz cumple 75 años como una intérprete cercana, versátil y curtida en todos los géneros y como ejemplo de que se puede alcanzar el estatus de estrella en plena madurez

Helen Mirren a su llegada al Festival de Berlín el pasado 27 de febrero.Thomas Niedermueller (WireImage)

Solo la crisis del coronavirus ha conseguido forzar una pausa en la apretada agenda de dame Helen Mirren, actriz muy respetada y también querida a ambos lados del Atlántico. Ya con 75 años, cumplidos este domingo, la intérprete británica es uno de los nombres más reclamados del gremio, una todoterreno que tanto transita por series históricas como pone voz a un personaje de animación o se enrola en la franquicia de acción automovilística ...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Solo la crisis del coronavirus ha conseguido forzar una pausa en la apretada agenda de dame Helen Mirren, actriz muy respetada y también querida a ambos lados del Atlántico. Ya con 75 años, cumplidos este domingo, la intérprete británica es uno de los nombres más reclamados del gremio, una todoterreno que tanto transita por series históricas como pone voz a un personaje de animación o se enrola en la franquicia de acción automovilística Fast & Furious. Amén de medio siglo de sólida carrera, quizá su secreto resida en esa mezcla irresistible de elegancia y proximidad que tantos réditos le ha procurado en el mundo de la publicidad y que ha acabado seduciendo incluso al duro Vin Diesel.

De la popularidad de Mirren dan fe los 868.000 seguidores de su cuenta en Instagram, ante los que se ha mostrado a cara lavada como parte de una campaña para recabar fondos destinados a la lucha contra la pandemia. O parapetada tras la mascarilla y unas gafas de buceo en un avión, en otra imagen que pretende sensibilizar sobre la necesidad de tomar precauciones frente a la covid-19. Al margen de ese activismo, la actriz viene dedicando la larga espera hasta que se estrenen sus últimos proyectos (congelados a raíz del confinamiento) a la jardinería y a conectar con sus fans vía redes sociales. “Vin Diesel es una estrella, yo en cambio soy solo una actriz”, les ha explicado con una modestia que, más que falsa, responde a la trayectoria de quien solo alcanzó el verdadero estrellato internacional en la edad madura, gracias a la película La Reina (2006), y después de muchos años de trabajo en el teatro, el cine y la televisión.

La dama del Imperio Británico nació en el seno de una familia de clase trabajadora (Londres, 1945) bajo el nombre de Illiana Lydia Petrovna Mironova, hija de un inmigrante ruso que cambió legalmente el apellido Mironoff por el de Mirren cuando ella tenía nueve años. En casa no tenían televisión, tampoco se iba nunca al cine, y fue una representación amateur de Hamlet la que despertó el gusanillo de la interpretación a la adolescente Helen. Ingresó en su primera compañía de teatro a los 18 años aunque, presionada por el deseo de su madre de que buscara una profesión estable, aceptó formarse al tiempo como profesora. La llamada de las tablas pudo más y, después de foguearse en varias obras shakesperianas, consiguió una plaza en la Royal Shakespeare Company.

Los directores persistían en encomendarle papeles con una fuerte carga sexual y generosos en el desnudo, lo que le valió el apelativo de “la reina del sexo de Stratford” (Stratford-upon-Avon es la sede de la compañía). En varias ocasiones Mirren ha rememorado con resentimiento aquellos tiempos en los que se sintió un objeto sexual, también en el cine, pero más recientemente ha relativizado por ejemplo el hecho de que la película Calígula (1979) fuera proyectada en el Reino Unido en los cines porno: “En su momento ya dije que tres décadas después ese tipo de escenas aparecerían en televisión. Y no hay más que fijarse en Juego de Tronos...”.

Nunca fue una belleza espectacular, pero sí una mujer dotada de un poderoso atractivo que fue ganando con los años. Una foto robada en una playa italiana, mostrando su todavía estupendo palmito a los 63 años y embutida en un bikini rojo, fue entonces portada de todos los tabloides de las islas. Este domingo cumple los tres cuartos de siglo en buena forma, que atribuye a una vida sana y a vigilar el peso aunque sin la obsesión de otras colegas de Hollywood. No pisa el gimnasio porque le aburre soberanamente y prefiere hacer una sencilla tabla de ejercicios en casa.

Mirren vive a caballo entre Los Ángeles y Londres junto al director estadounidense Taylor Hackford, con quien se casó en 1997 a pesar de haber asegurado hasta entonces que nunca pasaría por la vicaría. No le gusta el comercio de exclusivas, pero sí permitió que un sobrino vendiera las fotos de aquella ceremonia a la prensa rosa para sacarse un dinerillo. Por aquel entonces ya había afianzado una sólida carrera en el cine y disfrutaba de la tremenda popularidad proporcionada por el personaje televisivo de la detective Jane Tennison. La emisión del capítulo final de aquella serie, Prime Suspect (Principal sospechoso), acabaría convirtiéndose en todo un acontecimiento en el Reino Unido en 2006.

Helen Mirren, en su papel de la reina Isabel II en la película 'The Queen', de 2006.

Pero lo mejor estaba todavía por llegar: la película La reina, con su retrato de Isabel II en los tiempos convulsos de la muerte de Lady Di, y el consiguiente carrusel de premios coronados por el Oscar. A partir de ese momento, Mirren se convertía en “realeza” de Hollywood, y así ha seguido hasta ahora.

La actriz suele ser muy accesible en las entrevistas y acostumbra a aderezarlas con revelaciones (contó hace poco que en los ochenta vivió en común con el actor Liam Neeson durante cuatro años) o divertidas anécdotas. La última, el encuentro con un oso en su jardín del lago Tahoe (en la frontera entre California y Nevada). Le increpó para que se fuera y el animal obedeció. Hasta los osos respetan a “la otra reina” de los británicos.

Más información

Archivado En