El esfuerzo de Stella del Carmen por honrar sus raíces españolas
La hija de Antonio Banderas y Melanie Griffith debuta como columnista con un artículo donde detalla cómo ha integrado en su vida las dos culturas con las que se ha criado
El confinamiento ha supuesto para muchos un momento de reflexión. Así es como lo ha vivido la hija de Antonio Banderas y Melanie Griffith, Stella del Carmen, que se ha hecho la promesa de recuperar sus raíces españolas. Criada sobre todo en Estados Unidos, pertenecer a dos culturas distintas y hablar dos idiomas diferentes se convirtió “en una fuente de ansiedad, culpa y vergüenza” por el poco tiempo que le dedicaba al español. Pero en estos último...
El confinamiento ha supuesto para muchos un momento de reflexión. Así es como lo ha vivido la hija de Antonio Banderas y Melanie Griffith, Stella del Carmen, que se ha hecho la promesa de recuperar sus raíces españolas. Criada sobre todo en Estados Unidos, pertenecer a dos culturas distintas y hablar dos idiomas diferentes se convirtió “en una fuente de ansiedad, culpa y vergüenza” por el poco tiempo que le dedicaba al español. Pero en estos últimos meses ha leído la obra de Federico García Lorca, ha cocinado platos tradicionales y ha practicado el castellano que tan oxidado tenía.
Así lo ha contado la joven en la revista Vanity Fair. No en una entrevista, sino en un artículo escrito por ella misma. La hija del ganador del Goya quiere ser escritora y a sus 23 años acaba de dar sus primeros pasos como columnista con un texto titulado: Cómo crecer en una familia bilingüe. Comienza hablando del origen de su segundo nombre, en honor a la Virgen del Carmen. “Mi padre me lo puso como símbolo de su gran amor por su ciudad natal [Málaga] y por mi abuela, que era una gran devota de esta virgen”, escribe sobre algo que le permite llevar consigo a todas partes su vínculo con España: “Mi nombre define mi ascendencia y mi conexión como mujer española”.
Pero ser una niña educada en Estados Unidos que viajaba esporádicamente con su familia a España provocó que el inglés tuviera más peso en su vida y poco a poco fuera desprendiéndose de sus raíces españolas. Eso le generó cargo de conciencia, especialmente tras el divorcio de sus padres en 2014. “No pasar el suficiente tiempo en España implicaba que no estaba desarrollando el mismo nivel de competencia en castellano que el que tengo con el inglés. Y en los años en los que casi cesaron los viajes familiares al sur del país, mi conexión con esa parte de mí misma empezó a desvanecerse”, relata.
Su tristeza terminó cuando hace unos años entró en una perfumería de Los Ángeles y un olor le recordó a “una iglesia vagamente iluminada por velas, cera, pétalos de rosa diseminados, humo, Málaga, Semana Santa”. “Me sobrepasó. [...] Fue como si todos los recuerdos de la infancia de Semana Santa se hubieran condensado y destilado en una preciosa botellita. Ahí estaba un trozo de mi corazón”, rememora.
Toda esa vergüenza desapareció y ahora recupera con cierta nostalgia sus vivencias en España: “Cuando decido hacer una tortilla de patatas en mi casa de Los Ángeles o cuando uso Facetime con mi padre y puedo ver un trocito de Marbella de fondo de pantalla de mi móvil, recuerdo mi primera infancia en la playa, con mi familia, comiendo bocadillos de Nutella y viendo el Grand Prix del verano. Recuerdo pasear por las calles nocturnas de Málaga junto a mi tía, el chocolate con churros y las cenas de tres horas”. Desde pequeña ha asistido a la Semana Santa, una cita obligatoria para Banderas, o a eventos como el festival Starlite Marbella. También voló hasta España para acudir al funeral de su abuela, Ana Bandera, que falleció en 2017. En la iglesia de San Juan, en Málaga, la joven protagonizó unas imágenes que demostraron lo unida que está al actor, desconsolado por la pérdida de su madre.
Al final del artículo, Stella del Carmen considera que los españoles son “fuertes y profundamente apasionados”. “Hablan con el corazón y aman intensamente. Valoran a su familia por encima de todo y saben reírse de cualquier cosa”, afirma. Algo que le hace sentirse orgullosa de sus orígenes. Por eso no es de extrañar que durante el confinamiento se haya dedicado a aprender sobre la cocina típica del país de su padre. A finales de mayo compartió en su cuenta de Instagram, donde es poco prolífica, vídeos y fotografías de los platos españoles que ha elaborado durante la cuarentena: tortilla de patatas, gazpacho, paella... Acompañados del siguiente mensaje: “Recorriendo España a través de su comida”.
Su incursión en el mundo de las columnas permite conocer un poco más a la hija de Banderas que, aunque casi siempre se la ha visto en rodajes o eventos, no busca el foco mediático. Estudiosa, reflexiva, interesada por la literatura y la poesía, quienes la conocen afirman que es una chica madura, muy unida a su madre y acostumbrada a convivir y a querer a una familia variopinta. Hace un par de años cambió de opinión sobre su futuro profesional. “Mi hija Stella está ahora estudiando Arte Dramático. Nos ha sorprendido a todos porque ella no quería estar delante de las cámaras y de repente quiere dar ese salto”, desveló Banderas a la revista ¡Hola! Hasta ese momento, estudiaba arte en la Universidad del Sur de California.
Una de las últimas apariciones de Stella del Carmen fue junto a Banderas, el pasado noviembre, en unos premios en Madrid en los que se le rendía homenaje al actor. También acompañó a su padre a la gala de los Oscar, en la que estaba nominado a Mejor actor por Dolor y gloria. El pasado verano ambos veranearon juntos en España y con ellos estuvo la actual pareja de la joven, Eli Meyer, hijo del vicepresidente de NBC Universal, Ronald Meyer. La pareja, que sale desde hace un par de años, se instaló en La Gaviota, la casa que Antonio Banderas posee en la Costa del Sol y que vio crecer a la joven, quien nació a escasos metros, en el Hospital Costa del Sol de Marbella.