Diana Ross, la estrella que ya no viaja en aviones privados
La cantante, con seis décadas de trayectoria artística, vuelve a la actualidad por la película 'Personal assistant' protagonizada por su hija y con Dakota Johnson como protagonista
A pocos les sonará el nombre de Tracee Ellis Ross. Si se añade que es hija de Diana Ross, todo resuelto. Así ha sido la vida de esta actriz de 47 años, siempre vinculada al nombre de su madre, la cantante de grandes éxitos como Endless Love y Stop! In the Name of Love y que alcanzó la fama como miembro de The Supremes y también en solitario. El miedo a ser comparada con su madre obligó a la segunda hija de la intérprete a caminar con cautela en el mundo del espectáculo hasta que su trabajo ha relucido con el estr...
A pocos les sonará el nombre de Tracee Ellis Ross. Si se añade que es hija de Diana Ross, todo resuelto. Así ha sido la vida de esta actriz de 47 años, siempre vinculada al nombre de su madre, la cantante de grandes éxitos como Endless Love y Stop! In the Name of Love y que alcanzó la fama como miembro de The Supremes y también en solitario. El miedo a ser comparada con su madre obligó a la segunda hija de la intérprete a caminar con cautela en el mundo del espectáculo hasta que su trabajo ha relucido con el estreno de Personal assistant, donde interpreta a una diva de la música y comparte pantalla con Dakota Johnson, otra descendiente de estrellas.
Al igual que su progenitora, desde niña soñaba con cantar sobre los escenarios. Pero decidió aparcar por un tiempo ese deseo y centrarse en la interpretación: “Solo esperaba la oportunidad correcta y el momento oportuno”, ha explicado en el periódico Philippine Daily Inquirer. Una oportunidad que le ha llegado a una edad avanzada y que contrarresta con la situación que vive actualmente su madre, más parecida a la que experimenta su personaje en el largometraje: una cantante de renombre que ha quedado solo para la nostalgia y que lleva años sin sacar un disco, limitándose a encadenar una gira detrás de otra para recordar sus grandes éxitos. Para recordar que sigue ahí. Exactamente como Diana Ross, cuyo último álbum, I Love You, se publicó hace unos 15 años.
El icono de la discográfica Motown Records cumplió a finales de marzo 76 años, inmersa en una multitud de conciertos que se han visto cancelados a raíz de la crisis del coronavirus. Reino Unido, Hawái e incluso Barcelona, en el marco del Festival Jardines de Pedralbes, eran algunos de sus destinos para estas fechas. Unos espectáculos que le ayudan a mantenerse en el foco mediático tras sesenta años de carrera artística.
En los últimos años es habitual ver a Diana Ross compartir escenario con su primogénita, Rhonda Ross Kendrick, más curtida en el jazz. Fue su hija la encargada de anunciar el cese de la gira: “Gracias a todos los que han formado parte de este magnífico viaje”, escribió en Facebook. Con los recientes conciertos ambas han vuelto a los años jóvenes de la artista, cuando recorría Estados Unidos en un autobús para cantar en diferentes ciudades. Durante una entrevista con Forbes, Ross Kendrick revelaba que su madre llevaba muchos años viajando exclusivamente en avión privado: “Todos intentaron convencer a mi madre de usar un autobús de gira y ella dijo: ‘No he viajado en uno desde que estaba en The Supremes”. De esta manera hacía alarde del poderío que ha tenido toda su vida.
Para Rhonda Ross Kendrick el camino en esta industria tampoco ha sido sencillo, como le ha sucedido a su hermana, siempre ensombrecido por la figura materna. Aunque tiene sus ventajas. “Pesó mucho en mí estar alrededor de artistas que, más allá de ser muy conocidos, eran personas que dedicaban su vida a lo que amaban, sin importar lo que la sociedad pensara”, explicó a la agencia Efe en referencia a la multitud de famosos que pasaban por su casa, como Steve Wonder y Michael Jackson. Este último mantuvo una gran amistad con Diana Ross, repleta de altibajos que quedaban atrás por la profunda admiración que se tenían el uno al otro. La cantante se mostró muy afectada tras conocer el fallecimiento del intérprete en 2009, que la nombró tutora de sus hijos en caso de que a su madre, Katherine Jackson, le pasara algo. A raíz del documental Leaving Neverland, en el que varios hombres acusan al rey del pop de abusar de ellos durante su infancia, la artista salió en defensa de su difunto amigo: “Creo y confío en que Michael era y es una fuerza increíble y magnífica para mí y para muchos otros. Parad, en nombre del amor”.
Un tuit por el que fue muy criticada. Pero ella se sentía en la obligación de proteger a su ahijado en la industria, al que conoció cuando era tan solo un niño en The Jackson 5; él y sus hermanos fueron uno de los fichajes más notorios de Motown Records. Este no ha sido el único error que ha cometido Ross. En 2004 fue condenada a dos días de prisión por conducir ebria y el regreso de The Supremes se truncó después de conocerse que Ross quería cobrar más que sus compañeras, Mary Wilson y Cindy Birdsong.
De hecho, en su vida íntima también reina el escándalo. Su primera hija es fruto de su relación amorosa con Berry Gordy, fundador de Motown Records. Él estaba casado y ella pasó por el altar con el productor musical Robert Ellis Silberstein al poco de nacer su primogénita. Este crió a la niña como si fuera suya y tuvo dos hijas más con la cantante, Tracee y Chudney Ross. Se divorciaron a finales de los setenta y de nuevo contrajo matrimonio casi diez años después con el empresario noruego Arne Naess. Fruto de esta relación nacieron Ross Naess y Evan Ross.
El benjamín de la familia anunció hace tan solo dos meses que se convertirá en padre por segunda vez junto a la cantante Ashlee Simpson. Este sería el sexto nieto de la artista, muy unida a su familia y que no duda ir acompañada de ella a todos los eventos a los que es invitada. Cuando actuó en la gala de los premios Grammy del año pasado, toda la atención la acaparó su nieto mayor, Raif-Henok, que presentó a su abuela. Desde el patio de butacas se encontraban unos emocionados hijos que mostraban su apoyo a la reina de la saga familiar.