La ‘madame’ de Epstein reclama la herencia del pedófilo para pagar su defensa y seguridad
Ghislaine Maxwell, que fue pareja y participó en los negocios del fallecido empresario, está en paradero desconocido pero sus abogados han hecho la petición
Ghislaine Maxwell, la exnovia de Jeffrey Epstein, ha reclamado la herencia del fallecido empresario estadounidense para así poder pagar los honorarios legales y los costes de seguridad, según documentos judiciales a los que ha tenido acceso la prensa británica. La que fuera pareja de Epstein y considerada la madame de sus fiestas asegura que “ella no tuvo participación ni conocimiento...
Ghislaine Maxwell, la exnovia de Jeffrey Epstein, ha reclamado la herencia del fallecido empresario estadounidense para así poder pagar los honorarios legales y los costes de seguridad, según documentos judiciales a los que ha tenido acceso la prensa británica. La que fuera pareja de Epstein y considerada la madame de sus fiestas asegura que “ella no tuvo participación ni conocimiento de la supuesta mala conducta de Epstein” y que él había prometido cubrir sus gastos. También sostiene que “recibe amenazas regulares contra su vida y seguridad”. Epstein fue acusado de tráfico sexual de docenas de menores. El empresario fue arrestado el año pasado en Nueva York, se declaró inocente y el 10 de agosto se le encontró muerto en su celda de la cárcel de Nueva York. Tenía 66 años. Se determinó que su muerte fue un suicidio. La amistad de Epstein con Andrés de Inglaterra y la supuesta participación de este en sus fiestas llegó a provocar la exclusión del príncipe de la vida oficial británica
La demanda de reclamación de Maxwell tiene fecha del 12 de marzo, pero se hizo pública el miércoles. En ella afirma que tuvo que “contratar seguridad personal y encontrar un lugar seguro”. El diario británico Daily Mail publicó hace meses que vivía en Massachusetts (EE UU), con su novio, Scott Borgerson, de 43 años, un CEO de tecnología que posee una compañía llamada Cargometrics, descrita como “una firma de administración de inversiones que se especializa en analizar datos sobre envíos globales”. Pero no hay pruebas de ello.
Ghislaine Maxwell fue la sombra de Jeffrey Epstein. Su amiga, su socia y su conseguidora. Y, para el tribunal de Nueva York que juzga el caso del pedófilo que se suicidó en la cárcel el pasado agosto, su madame. Según la acusó la Corte en 2016, la británica reclutaba adolescentes y jóvenes para el millonario y sus ricos amigos, que disponían de los servicios sexuales de las chicas por todo el mundo, como se pudo probar en la correspondencia que intercambiaron entre 1999 y 2016. Sin embargo, desde que murió Epstein, algunos medios ofrecen incluso recompensas a cambio de información sobre ella (The Sun daba 10.000 nada despreciables libras).
Maxwell, de 58 años, y Jeffrey eran activos importantes para muchos Gobiernos extranjeros. “Negociaban con información que tenían sobre personas poderosas que caían en su red y que pasaban por casa de Epstein”, asegura esa fuente, dando a entender que Maxwell maneja poderosa información que la ha puesto a salvo de la cárcel gracias a la protección que le ofrecen distintos Gobiernos. A finales de diciembre, la agencia de noticias Reuters dio a conocer en exclusiva que Maxwell estaba siendo investigada por el FBI. Al parecer, la agencia estadounidense la seguía porque varias mujeres habían contactado con ellos y les habían hablado de ella.
Maxwell conoció a Epstein cuando se mudó a Nueva York a mediados de los noventa tras la muerte de su padre —el magnate de los medios Robert Maxwell, propietario del grupo del diario The Mirror, que falleció en un accidente de yate en Canarias en noviembre de 1991—. Ella, nacida en el seno de una poderosa familia, proporcionó al financiero los contactos para hacerse grande. Él ponía el dinero. Eran un tándem imbatible incluso después de ser pareja, cuando siguieron siendo íntimos. Según contaron en los tribunales neoyorquinos los exempleados de Epstein y Maxwell, ella era su mejor amiga, pero también era la persona que gestionaba las propiedades del millonario, de sus casas de Nueva York, Florida y Arizona. Sin embargo, en un artículo de Vanity Fair de 2003 el magnate aseguraba que Maxwell no ejercía ningún trabajo remunerado en su nombre.
En 2015, una demanda acusó a Maxwell de ser cómplice de Epstein. Un año después cerró su casa en el selecto y caro Upper East Side. Desde entonces no se sabe nada de ella. Sus abogados afirmaron inicialmente que estaba en Londres. El diario británico Daily Mail cita una fuente que sostiene que la mujer “se ha convertido en una persona hogareña". "Es la antítesis de la mujer que viajó mucho y estuvo de fiesta constantemente con Epstein”.
Maxwell siempre ha defendido a Epstein y ha negado que ella haya cometido cualquier delito. Pero el fiscal general William Barr, quien encabeza una investigación federal con el Departamento de Justicia, ha asegurado que la muerte del delincuente sexual no liberará a los cómplices que están acusados, incluida Maxwel.