Willie Gomez, uno de los bailarines de Jennifer Lopez, desvela los secretos de la Super Bowl
“Trabajamos nueve horas al día durante un mes y medio”, cuenta el artista, que ha colaborado con Britney Spears, Chayanne, Christina Aguilera o David Bisbal
Jennifer Lopez y Shakira hicieron historia en la última edición de la Super Bowl, la final de la liga de fútbol americano que se jugó el pasado febrero. El espectáculo del intermedio del partido lo vieron más de 102 millones de personas y fue una demostración del poder que tiene la cultura y la sociedad latina en Estados Unidos. De este episodio his...
Jennifer Lopez y Shakira hicieron historia en la última edición de la Super Bowl, la final de la liga de fútbol americano que se jugó el pasado febrero. El espectáculo del intermedio del partido lo vieron más de 102 millones de personas y fue una demostración del poder que tiene la cultura y la sociedad latina en Estados Unidos. De este episodio histórico formó parte Willie Gomez, uno de los bailarines en la actuación de la cantante de origen puertorriqueño. “He visto el vídeo un montón de veces. Es un highlight [hito, en inglés] de mi carrera”, reconoce mientras se ríe y rememora aquellos momentos. “Cuando Shakira subió al escenario [fue la primera de las dos en cantar] y nosotros estábamos al lado, fue un sentimiento que no se puede explicar, de adrenalina y de saber que estás a punto de subir a actuar con Jennifer Lopez”.
Gomez, cantante dominicano de 34 años, se encuentra esta semana en España promocionando su tema Mojados. A pesar del buen tiempo de estos días en la capital española, nada tiene que ver con el clima de Los Ángeles o Miami, dos ciudades entre las que se mueve últimamente, y prefiere hablar con EL PAÍS sentado en la terraza del hotel Vincci Capitol, dándole el sol en la cara y abrigado con una cazadora negra de cuero.
Hace más o menos un lustro empezó a plantearse abandonar los zapatos de baile y dedicarse a cantar, otra de sus grandes pasiones. En los dos últimos años ha disminuido el número de participaciones en espectáculos para centrarse en componer canciones con ritmos latinos. Pero eso no impidió a Jennifer Lopez contar con él para la Super Bowl. “Cuando ya tenían a todos los bailarines, Jennifer les decía a sus directores: ‘‘¿Están seguros de que hemos llamado a todos los bailarines latinos que conocemos? Porque quiero a más gente en ese escenario”, explica Gomez, al que buscaron una segunda vez para convencerle. El artista accedió, aunque tuvo que compaginar largas jornadas de ensayos con la grabación de su primer álbum: “Saber que como latino iba a estar ahí apoyando ese movimiento, ese momento tan grande para nosotros, era algo increíble que todavía no lo puedo creer”.
Un mes y medio, nueve horas de trabajo cada jornada y solo un día de descanso a la semana. Así fueron los ensayos para todos los que participaron en la actuación de Jennifer Lopez. Pero para la cantante también porque fue una más del equipo durante todas las horas de trabajo. “Generalmente no ves a un artista que se pase tanto tiempo en los ensayos. Pero ella quería que fuese su mejor show, por eso el proceso fue tan intenso. Creo que la gente pudo ver que lo dio todo”, relata Gomez, que fue la primera vez que trabajó con la artista de una forma tan exigente. Lopez revisaba el número, repetía la coreografía, modificaba pasos de baile, probaba cosas nuevas y aportaba ideas para que todo encajase en el concepto de espectáculo que quería ofrecer. “Simplemente estuve como bailarín, pero pude aprender mucho de ver cómo alguien como Jennifer Lopez estaba haciendo todo el proceso creativo”, revela Gomez.
En los ensayos colaboró también Emme Muñiz, hija de la artista y Marc Anthony: “Cada vez que pasábamos el show, Emme estaba ahí cantando su parte, superlinda, demasiado talentosa a esa edad y con esa voz. Así que imagínate cuando sea grande y con esos padres”. La pequeña, de 12 años, intervino unos segundos en la Super Bowl para cantar algunas estrofas de Let’s get loud y Born in the U.S.A, un tema de su madre y otro de Bruce Springsteen, que es considerado un himno estadounidense por unos y una canción protesta por otros.
A diferencia de Lopez y su hija, que nacieron en Estados Unidos, Gomez procede de la República Dominicana, pero vive desde los once años en el país anglosajón. Su familia emigró para encontrar un futuro mejor y actualmente el artista está agradecido por todas las oportunidades que le ha brindado su nuevo hogar. Al año de instalarse, su padre sufrió un derrame cerebral del que quedó muy afectado. Fueron momentos difíciles para la familia, pero la música era lo que ayudaba a Gomez a evadirse de los problemas. Cantaba e imitaba los pasos de baile que veía en los videoclips, en una época en la que sus referentes eran artistas como Janet y Michael Jackson, los integrantes de NSYNC o Britney Spears.
A los 22 años y recién instalado en Los Ángeles se presentó al casting de un vídeo musical de La princesa del pop. Lo consiguió y desde entonces ha compartido grandes instantes con ella en los escenarios. Su ídolo pasó a ser su jefa y más tarde, su amiga. Ahora que él está más centrado en su álbum mantienen el contacto y quedan a cenar de vez en cuando: “Es alguien que me apoya muchísimo en lo que estoy haciendo con mi música, así que eso significa mucho para mí”. A Spears le encanta su canción Mojados y han hablado incluso de colaborar juntos, aunque de momento no tienen nada entre manos.
En el extenso currículum de Gomez destacan otros artistas como Christina Aguilera, Kylie Minogue, Kesha, David Bisbal y Chayanne. De este último subraya su humildad y su profesionalidad: “Cuando empecé a trabajar con él me impresionó mucho lo involucrado que está en el proceso y de la bonita persona que es, que se preocupa por todos los que estamos ahí. Son cosas que cuando un artista muestra eso significa mucho para todo el grupo que está trabajando para ellos”.
Ahora Gomez intenta desprenderse de la etiqueta de “bailarín de los famosos" para convertirse en la estrella. Aunque admite que no le incomoda. Él sigue a lo suyo: compone, sobre todo canciones de amor y “algunos temitas de pasarla bien”, y está aprendiendo a tocar la guitarra. “Me gustaría ser uno de los grandes del entretenimiento. Sé que hay que trabajar superduro para eso, pero estoy dispuesto a dar el 150% de mí”.