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Fondos que avizoran sistemas digitales, energías o transportes

Con las arcas públicas limitadas, el capital privado asume un gran papel en la financiación de obras clave y ofrece rentabilidades de doble dígito a largo plazo

El sector de las infraestructuras despierta un elevado interés para los inversores, principalmente porque las necesidades de fondos son enormes tanto para la renovación y mantenimiento de equipamientos tradicionales, como para afrontar otros esenciales de cara a los retos de nuestra sociedad: descarbonización y sostenibilidad, digitalización, etc. “Los ratios de deuda sobre el PIB en el mundo desarrollado dejan poco margen a los gobiernos para satisfacer una parte significativa de estas necesidades, lo que crea una enorme oportunidad para que el capital privado lleve a cabo estos proyectos tan necesarios”, resalta Anish Majmudar, responsable de Real Assets en M&G Investments. Además, apunta Marta Vila, especialista de productos de Bestinver, “en el contexto actual existe un desequilibrio entre oferta y demanda, lo que impulsa el valor de estos activos, como demuestra la reciente consolidación de grandes actores y la actividad de fusiones y adquisiciones”.

Estrategia en auge

Muchas de las grandes gestoras internacionales cuentan con fondos de inversión con ese foco. Es el caso del gigante Blackrock, que además del BGF Sustainable Global Infrastructure Fund —que avanza un 14,25% desde su lanzamiento en 2021—, ofrece un fondo cotizado, iShares Global Infrastructure UCITS ETF, que replica un índice compuesto por compañías de países emergentes y desarrollados. La estrategia ha avanzado un 43% en los últimos cinco años.

En cuanto al QuantActive Global Infrastructure Fund, de Morgan Stanley, renta un 45% en el último quinquenio, con almacenamiento y transporte de petróleo y gas, transmisión y distribución de electricidad y comunicaciones como principales sectores. La misma rentabilidad consigue First Sentier Global Listed Infrastructure Fund gracias a sus apuestas por el sector eléctrico, servicios públicos y carreteras y vías férreas. En el caso de DWS Invest Global Infrastructure, cuyo retorno llega al 36,4% en el periodo, el grueso de su cartera está invertido en acciones de compañías de transporte y almacenamiento, servicios públicos varios y servicios públicos eléctricos.

Entre las españolas, Ibercaja Infraestructuras, con foco en activos que sigan grandes tendencias actuales vinculadas con infraestructuras, construcción e ingeniería, promoción inmobiliaria y transporte. Ha rentado un 35% en el último quinquenio, y mantiene un 3,5% de su cartera en compañías españolas. O CBNK Selección Infraestructuras, centrado en la ingeniería y las infraestructuras, posicionándose tanto en renta variable como en renta fija pública y privada. Sube un 24%.

Ya en fondos de capital riesgo, tenemos Bestinver Infra, con una aportación inicial de 100.000 euros y cuyo periodo de vencimiento es de ocho años. O Trea Infraestructuras, en cuyo caso compone su cartera con otros fondos de ese sector y tiene como rentabilidad anualizada esperada entre el 7% y el 10%.

La gran mayoría de los grandes fondos de infraestructuras están diseñados para inversores institucionales o grandes patrimonios, capaces de asumir importes mínimos de inversión muy elevados y el riesgo de iliquidez que supone que los plazos de inversión mínimos sean de entre 6 y 8 años. A cambio, rentabilidades objetivo de entre el 6 y el 10%, en función del perfil de riesgo de las inversiones.

Sectores de oportunidad

“Los sectores que vemos más atractivos son los vinculados a energías limpias, digitalización, tecnología y movilidad sostenible. Estas áreas combinan alto potencial de crecimiento estructural con una creciente demanda global de modernización tecnológica y energética”, asegura Tania Salvat, responsable del negocio institucional para Iberia de Blackrock, gestora que el año pasado culminó la adquisición de la mayor plataforma de infraestructura del mundo, Global Infrastructure Partners (GIP), uno de los accionistas de referencia de, por ejemplo, Naturgy.

El sector que más atrae a los expertos consultados es infraestructura digital y telecomunicaciones en sus múltiples variantes: “años atrás la inversión en torres de telefonía, posteriormente las redes de fibra óptica y actualmente los centros de datos. Es sin duda el mayor sector por valor de las operaciones”, resume David Velázquez Gómez, socio de Buenavista Infrastructure, “sin olvidar las energías renovables, que han representado en los años anteriores una de las principales inversiones si bien han empezado a perder relevancia”.

Richard Marshall, director de Infrastructure Research en DWS, destaca que “todos los índices de referencia registran retornos totales positivos en los horizontes de corto, medio y largo plazo, incluso en contextos tan exigentes como la pandemia de la covid-19 y la recesión asociada, la crisis energética de 2022 y el periodo inflacionario posterior, así como el entorno de tipos de interés más elevados que se produjo a continuación”.

España, imán para el capital

“España es un mercado clave para fondos internacionales que buscan activos estables con marcos regulatorios previsibles”, asegura Guillermo Uriol, responsable de Investment Grade en Ibercaja Gestión, y recuerda que se estima que el país necesita “movilizar entre 150.000 y 200.000 millones de euros hasta 2030 en infraestructuras relacionadas con la transición energética”, y que sectores como el ferroviario, el almacenamiento energético y las redes de distribución están en expansión.

De hecho, confirma Antonio Sánchez Covisa, socio responsable de Ingeniería y Construcción de Deloitte, los fondos han intensificado su presencia en España en los últimos años “adoptando estrategias más complejas, posicionándose en sectores como telecomunicaciones, energía renovable y digitalización. Han pasado de invertir en activos individuales a financiar portfolios completos o plataformas, buscando eficiencia y escalabilidad. Además, se observa un creciente interés por segmentos con mayor riesgo-retorno”, añade.

Como proyectos interesantes Laura Cózar, socia de la consultora Accuracy, menciona que Exolum invertirá más de 100 millones en construir en A Coruña una terminal para almacenar y distribuir combustibles sostenibles. O que Amazon, Microsoft y Google están desarrollando centros de datos en España que se estima que podrían generar un impacto económico de decenas de miles de millones para 2030.

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