Pocos enchufes para tanto coche eléctrico
La industria avanza en la instalación de puntos de recarga, pero queda mucho camino hasta los objetivos de crecimiento del parque móvil electrificado
Los viejos dilemas nunca pasarán de moda. La expansión de los vehículos eléctricos en España, por ejemplo, ha revivido la eterna pregunta de qué fue primero, el huevo o la gallina. Porque para que la movilidad sostenible se consolide y se logren los objetivos marcados por el Gobierno es esencial contar con una red de puntos de recarga eficiente, pero, por otra parte, también resulta imprescindible que haya una demanda significativa de coches eléctricos. El problema surge cuando ambos factores se condicionan mutuamente: ¿es la falta de infraestructura la que desanima a los consumidores a optar por estos coches? O, por el contrario, ¿es la escasa presencia de unidades electrificadas en las calles la que frena la inversión en puntos de recarga?
España se ha comprometido a alcanzar los 5,5 millones de vehículos eléctricos en circulación para 2030, según el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC). Este objetivo exige una ampliación significativa en un parque que, según la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (Anfac), terminará este ejercicio con 280.000 turismos enchufables. Incluyendo vehículos comerciales, autobuses, camiones, motocicletas y quads, la cifra total se acerca al medio millón. Pese a los avances, el país sigue lejos de cumplir con los objetivos establecidos en el marco del Fit for 55, el plan de la Unión Europea (UE) que busca reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en un 55% para 2030.
Meta lejana
“La meta marcada es inalcanzable”, dice Félix García, director de comunicación de Anfac. En cuanto a la red de infraestructuras de recarga de acceso público operativas, España cuenta con 37.136 puntos hasta el 30 de septiembre de 2024, según datos de la Asociación Empresarial para el Desarrollo e Impulso de la Movilidad Eléctrica (Aedive). Esta información, recopilada entre los operadores de recarga (CPOs) miembros de la asociación, indica que, “aunque hay zonas en España donde se debe reforzar la red, en general es posible recargar y viajar por todo el país”, asegura Arturo Pérez de Lucia, director general de Aedive. “La red es más que suficiente para el parque actual de vehículos eléctricos”, añade. Además, destaca que “el desarrollo de la infraestructura debe ir en paralelo con las matriculaciones. Sobredimensionar la red carece de sentido, pues implica costos elevados en equipos con sofisticada electrónica, mantenimiento constante y gestión operativa”, argumenta.
Por su parte, Xavier Ferré, socio responsable del sector de automoción y transporte de España en EY, señala que alcanzar un parque electrificado es complicado. “Hay dos factores clave: la complejidad burocrática para instalar puntos públicos de recarga, con plazos prolongados, y la baja penetración del vehículo eléctrico, que desincentiva nuevas instalaciones”. Ferré añade que es crucial aumentar los puntos de recarga ultrarrápida, que los ayuntamientos faciliten la implementación de estos en sus calles y que se ofrezcan ayudas directas para la compra de vehículos eléctricos. Según el Barómetro de Electromovilidad, el indicador de infraestructura de recarga en España es de 8,7, frente a una media europea de 18.
El país con mayor indicador en la UE-27 es Países Bajos, con 82, seguido de Noruega, que alcanza 67, mientras que Portugal se sitúa en 11,5. Hungría, en el extremo opuesto, tiene un indicador de 4,1. A pesar de estos datos, García enfatiza que “para el número actual de vehículos eléctricos en circulación hay puntos de recarga suficientes”. Sin embargo, existen 10.333 puntos de recarga pública fuera de servicio, ya sea por mal estado, averías o porque aún no están conectados a la red eléctrica, lo que equivale al 21 % de la infraestructura instalada. Si estos puntos estuvieran operativos, España alcanzaría un total de 48.209 unidades.
Además, solo el 29 % de la infraestructura pública de recarga en el país ofrece carga rápida, con potencias superiores a 22 kilovatios (kW). Según la Anfac, para 2024 se espera que el 51 % de los puntos superen esa potencia. En cuanto a la infraestructura de alta potencia, los puntos de recarga de más de 250 kW han aumentado en 198 unidades en el tercer trimestre de 2024, un crecimiento dos veces superior al del trimestre anterior. “Este avance es fundamental, ya que permite una experiencia de recarga similar a la de repostaje de un vehículo de combustión interna, lo que resulta clave para el verdadero despliegue del vehículo eléctrico, según Anfac. Además, argumenta la asociación, la tecnología actual de los vehículos ligeros con baterías ya soporta potencias de carga superiores a 100 kW, y se espera que esta capacidad siga incrementándose rápidamente con la introducción de nuevos modelos.
¡Más potencia!
“Muchos de los puntos de recarga pública son lentos, ya que se utilizan para recargas de oportunidad en entornos urbanos y periurbanos [áreas que rodean a las ciudades y que no son completamente urbanas ni completamente rurales], así como en el sector terciario”, explica De Lucía. “La recarga de alta potencia está avanzando en España y cubre de sobra las necesidades de los vehículos eléctricos con alta densidad de batería y capacidad de carga rápida”, añade el experto. “No se trata de construir una red para cinco millones de vehículos hoy, sino de desarrollar la infraestructura en línea con el crecimiento progresivo de los coches eléctricos”, comenta Iván Tallón, Country Manager Iberia de Wallbox. Tallón señala que su cargador público ofrece una capacidad de 220 kilovatios, con picos de hasta 240 kilovatios. Esto permite cargar una batería de 60 kilovatios entre el 20 % y el 80 % en apenas 15-20 minutos, proporcionando una experiencia de carga rápida y eficiente. Hoy, hay más opciones de recarga pública que gasolineras [unas 12.346 en todo el territorio], dice el experto de la empresa. “Se puede cargar en supermercados, restaurantes, centros comerciales y hoteles”.
El objetivo para finales de 2024 es superar los 40.000 puntos de recarga públicos en todo el país. “Es una cifra más que razonable”, asegura el experto de Aedive. “La realidad es que el parque de vehículos eléctricos en España ha crecido por debajo de lo esperado, y la red de puntos de recarga está sobredimensionada”, concluye.