Traqueteo pausado y de ensueño
Experiencias a bordo de convoyes de antaño y rutas temáticas para conocer la historia. Los trenes turísticos ponen en valor la cultura y la geografía española
El tren ha sido uno de los inventos más revolucionarios de la historia, un símbolo con un relato propio en cada país. En España, la primera línea ferroviaria fue la de Barcelona-Mataró, inaugurada en 1848. Desde entonces, se han ido ampliando las infraestructuras para conectar la geografía española. Hoy, más de un siglo y medio después, el tren es uno de los medios de transporte más sostenibles y eficientes. Además, la amplia oferta de trenes turísticos en España fomenta el turismo sostenible e invita a conocer su geografía de una manera más pausada y consciente. Renfe, en colaboración con comunidades autónomas, ayuntamientos e instituciones privadas, impulsa estas experiencias culturales, patrimoniales y gastronómicas.
Uno de los principales atractivos de este tipo de propuestas son los trenes de lujo, que pretenden poner en valor distintas zonas de la geografía nacional y atraer a visitantes españoles y extranjeros de gran poder adquisitivo. Como explica Gonzalo Pastor, director del departamento de trenes turísticos de Renfe, “la experiencia de viajar así es única, pausada, sin sobresaltos, transportándose a tiempos pasados, sin hacer y deshacer equipajes, y con la calidad y la elegancia de un producto de lujo”.
Viajes en el tiempo
El Transcantábrico es el tren insignia de estos productos de lujo en España, inaugurado en 1983 y reconocido como uno de los 25 mejores trenes turísticos del mundo por la Sociedad Internacional de Viajeros del Ferrocarril. Una joya ferroviaria convertida en un lujoso hotel, con históricos vagones, originales de los años 20 del siglo pasado, y habitaciones suites de primera clase. “Cuando el ferrocarril inicia su andadura a mediados del XIX, se crean una serie de vehículos-restaurantes y coches-cama para la alta burguesía de la época, los trenes de lujo están basados en estos inicios del ferrocarril, actualizados con los avances técnicos de nuestros días”, explica Pastor.
El Transcantábrico ofrece una experiencia de lujo por el norte de España de ocho días y siete noches, en una travesía por paisajes y ciudades impresionantes de Galicia, Asturias, Cantabria y el País Vasco. Con todos los servicios incluidos, una atención personalizada, gastronomía de alta cocina y actividades de ocio a bordo, su precio oscila entre los 16.000 y los 18.500 euros. “Dentro del amplio mercado turístico internacional, hay un gran sector amante de los trenes y del lujo, que están haciendo proliferar este tipo de experiencias en muchas partes del mundo y potenciando este modo de viajar”, señala el responsable del departamento de trenes turísticos de Renfe.
Desde la compañía pública aseguran que el servicio es totalmente personalizado y las instalaciones son equiparables a cualquier hotel de cinco estrellas. “Si a todo esto sumamos conocer y disfrutar de zonas y ciudades por las que discurren estos trayectos, sin prisas y siempre asistidos por profesionales, conseguimos una experiencia inigualable”, añade Pastor.
Otra de estas joyas ferroviarias es el tren Al Ándalus, que ofrece un itinerario de siete días por Andalucía, con salida en Sevilla, llegada a Málaga y la posibilidad de invertir el recorrido. Sus coches suites se fabricaron para los desplazamientos de la monarquía británica entre Calais y la Costa Azul. Con sus 450 metros de longitud, es el tren turístico más largo que circula por España, y dispone de un total de 14 vagones —con capacidad para 74 personas— distribuidos en dos coches restaurantes, un coche cocina, un coche bar, un coche salón de juegos, siete coches cama, un coche para la tripulación y un coche generador. El precio por la habitación Gran Clase es de 10.150 euros en cabina individual y 12.000 euros en una doble, mientras que la suite Deluxe asciende a 12.500 y 14.300 euros, respectivamente.
Propuestas de autor
Los Trenes de lujo de Renfe discurren por diferentes partes de la geografía española. En el norte, se suman el Costa Verde Express —entre Santiago de Compostela y Bilbao— y el tren turístico Expreso de La Robla —de Bilbao a León—, con precios más asequibles: desde 2.000 euros por cabina por ocho días y siete noches. “Circulan por la red ferroviaria de ancho métrico, por lo que ya el propio ferrocarril marca los posibles itinerarios y recorridos por donde los trenes pueden circular en diferentes comunidades autónomas”, explica Pastor. “Dentro de esta parte del territorio nacional, se han seleccionado los lugares de mayor interés y en muchos casos lugares a los que solo llega el ferrocarril”, añade.
Renfe también dispone trenes temáticos con los que se fomenta un turismo diferente a través de conexiones ferroviarias que vertebran todo el territorio. En Galicia, este servicio ofrece hasta diez rutas, mostrando los faros y acantilados más altos de Europa, pazos y jardines de camelias, la viticultura heroica de la Ribeira Sacra, monasterios medievales, y la mejor gastronomía gallega con quesos y lamprea, o cervezas artesanas. Las rutas más populares son la Ruta Rías Baixas, Ruta dos Mosteiros, Ruta da Lamprea, Ruta Ribeiro, Ruta de Monterrei y Ruta Experiencia Mega.
En la Comunidad de Madrid, destaca el Tren de Cervantes, que transcurre desde la estación de Atocha-Almudena Grandes hasta Alcalá de Henares, ciudad natal Miguel de Cervantes, el escritor español más famoso de todos los tiempos. Un trayecto con representaciones teatrales a bordo y por el resto de la ciudad, declarada Patrimonio de la Humanidad por su cruce de culturas y extraordinaria arquitectura y gastronomía. También ostenta este reconocimiento de la Unesco la ciudad de Aranjuez. Conectada con la capital española por el segundo recorrido ferroviario que se inauguró en España, en 1851, por este camino de hierro circula hoy el Tren de la Fresa, uno de los más populares en la temporada de primavera.
Otra experiencia con trovadores, caballeros y princesas es el Tren Medieval, con salida en la estación de Madrid-Chamartín Clara Campoamor y llegada a Sigüenza (Guadalajara), a 130 kilómetros de la capital, conocida como la ciudad del Doncel. Se completa con una visita a pie para descubrir la Plaza Mayor, sus iglesias románicas, el Centro de Interpretación del Románico Provincial, el Patio de Armas del Castillo y la ciudad medieval.
También en Castilla-La Mancha se pueden realizar hasta doce rutas temáticas, entre ellas el Tren Paleontológico y Patrimonial de Cuenca. Un recorrido en Ave hasta la capital conquense con una visita guiada al Museo Paleontológico de Castilla-La Mancha, que alberga cientos de restos fósiles encontrados en yacimientos de la comunidad autónoma y réplicas de animales prehistóricos como dinosaurios, rinocerontes lanudos, tigres dientes de sable y osos de las cavernas. Para los amantes del enoturismo, la mejor elección es el Tren del Vino de Valdepeñas. Una experiencia de esta localidad manchega, que puede presumir de tener su propia denominación de origen vinícola, para descubrir esta tradición centenaria a través de tesoros ocultos en el subsuelo.
En Cataluña, el Tren de los Exploradores atrae a un público más familiar. Un recorrido desde Barcelona hasta Castelldefels con visitas al parque arqueológico Minas de Gavá, a los mercados artesanales de la misma localidad y al castillo de Castelldefels, con talleres gastronómicos y de joyería prehistórica. También existen experiencias ferroviarias más allá de la Península. En Mallorca se puede recorrer la isla desde la ciudad de Palma hasta el municipio de Sòller, en la costa noroeste, a bordo de un antiguo ferrocarril de vagones de madera lacada. Un trayecto de una hora de duración para descubrir la Mallorca más agrícola y tradicional, atravesando paisajes de piedra y montaña, y serpenteando por la Serra d’Alfàbia, con un desnivel de 200 metros sobre el nivel del mar.