Nostalgia precoz: por qué los jóvenes echan de menos lo que acaban de vivir o nunca les sucedió

La idealización en redes sociales, el antes y después que marcó la pandemia o la creencia de que vivirán peor que sus padres son algunos motivos que influyen en que las nuevas generaciones miren con mucho más anhelo al pasado

Actualmente, los recuerdos están mucho más a mano y son mucho más concretos en lo visual.The Good Brigade (Getty Images)

Han pasado siete años desde que Tuenti cerró sesión definitivamente como red social. De un día para otro, 15 millones de usuarios registrados en la plataforma española del guiño recibieron un aviso para descargar las miles de fotografías ―elevadas a la categoría de fototuenti― y mensajes llenos de faltas de ortografía deliberadas que guardaban en ella. Tenían ...

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Han pasado siete años desde que Tuenti cerró sesión definitivamente como red social. De un día para otro, 15 millones de usuarios registrados en la plataforma española del guiño recibieron un aviso para descargar las miles de fotografías ―elevadas a la categoría de fototuenti― y mensajes llenos de faltas de ortografía deliberadas que guardaban en ella. Tenían un plazo de algo más de cinco meses para hacerlo o perderían definitivamente todo ese inútil y a la vez valiosísimo material. Tuenti fue el testigo ―a veces de un modo innecesariamente explícito― de muchos primeros amores (y desamores), primeras borracheras (y resacas) y primeras crisis de identidad reflejadas en flequillos que lo mismo valían para el emo que para la pija o la choni. Los que lo vivieron entienden lo mucho que significó para toda una generación y los que no, ya nunca lo entenderán. Porque eso fue lo mejor de Tuenti: que desapareció a tiempo.

Parece que ha pasado una eternidad desde entonces, pero en realidad, solo han sido siete años. Los jóvenes de entonces, los de mediados de los noventa y principios de los 2000, siguen siendo ―aunque un poco menos― jóvenes ahora. Y aun así sienten nostalgia. Nostalgia de un pasado que está a la vuelta de la esquina. “La nostalgia de la infancia, la de pensar que qué bonito era todo cuando estudiábamos y no había problemas ni responsabilidades, se ha dado siempre. Pero hay una nueva nostalgia específica que se está viendo en las nuevas generaciones”, explica a EL PAÍS Enrique García, psicólogo del Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid. Es un sentimiento universal que tiene sentido, sobre todo, entre los más veteranos, que extrañan esos años de juventud. “Nos pasa a todos, pero a las personas mayores les pasa más porque hay más vivencias que han dejado en el pasado”, confirma el vicesecretario del Colegio Oficial de Psicólogos de Cataluña, Roger Ballescà. ¿Por qué sienten nostalgia, entonces, quienes tienen prácticamente toda la vida por delante?

El origen etimológico de la palabra la define como el regreso doloroso a un pasado en el que fuimos felices. Sin embargo, aunque dolorosa, la nostalgia cumple la función de transición, según detalla Olivia Szinetar, psicóloga sanitaria y socia fundadora de Sens Centro de Atención Psicológica. “Se retiene lo perdido a través de recuerdos, de memorias idealizadas, hasta que, poco a poco, llega la etapa de la adaptación”, asegura. Pero las redes sociales que llegaron después de Tuenti, como Instagram o TikTok, han dificultado que se cruce este puente: “Las generaciones más recientes (milenials y Z) tienen el pasado más presente, exceso de fotos y recuerdos que cumplen la función de obturar la vivencia de la pérdida. Estamos en la época de la inmediatez, realizamos un clic y lo tenemos todo. La nostalgia ahora aparece como una resistencia a aceptar la pérdida, el que vive en la nostalgia se resiste a la realidad”, explica a este periódico.

Las generaciones más recientes tienen el pasado más presente, exceso de fotos y recuerdos que cumplen la función de obturar la vivencia de la pérdida.Carol Yepes (Getty Images)

Los recuerdos están mucho más a mano y son mucho más concretos en lo visual. Lo malo es que solo muestran una cara de la moneda. “Las imágenes en redes sociales generalmente son de momentos positivos, especiales o importantes. Si vas de viaje te haces la foto con un gin tonic a la sombra de una palmera, no cuando descubres que la bañera del hotel está atascada”, considera Ballescà, que también es coordinador del área de salud mental infantojuvenil del Hospital Sagrat Cor de Martorell (Barcelona). “La nostalgia se basa mucho en que nuestro recuerdo sobre lo que nos ha ocurrido está un poco distorsionado. Tendemos a recordar mejor los buenos momentos y a idealizar nuestro pasado”, continúa.

Hasta ser preguntado para el reportaje, él no había identificado un aumento de este sentimiento por parte de las nuevas generaciones. Después de pensar en ello, en cambio, se le ocurren varios motivos que lo justifican. La pandemia, que pilló a los más jóvenes en pleno desarrollo emocional, intelectual, social y sexual, es uno de ellos. “Es un momento muy claro de ruptura entre la forma de funcionar que teníamos antes y ahora. Eso puede promover este sentimiento porque tenemos un punto a partir del cual remontarnos hacia atrás. Es como situarse antes y después de Cristo, pero ahora antes y después de la pandemia. Concreta un momento del pasado a partir del cual las cosas cambian y puede que aflore una mayor tendencia a sentir nostalgia de la vida anterior porque lo podemos visualizar de una forma más clara”, detalla.

La nostalgia de épocas pasadas se ha convertido en una tendencia que ha puesto de moda la ropa 'vintage', los discos de vinilo o las cámaras analógicas.diego_cervo (Getty Images/iStockphoto)

Pero los jóvenes no solo han empezado a retrotraerse con pesar a sus recuerdos del pasado reciente. A esa serie que vieron en la tele aquel verano en el que se dieron su primer beso, a esa banda que sonaba de fondo cuando se escaparon por primera vez con los amigos a un festival o a ese plato de comida que no habían probado hasta que se fueron de Erasmus. También extrañan el pasado que nunca vivieron. El informe anual de tendencias globales de Spotify reveló en 2022 que la generación Z siente especial predilección por la década de los ochenta y que ve en los recuerdos de la cultura pop una forma de aliviar su estrés. “Se enfrentan al cambio climático, al desorden económico y a la amenaza de una Tercera Guerra Mundial. Y se ha demostrado que la nostalgia da una sensación de alivio en medio de la incertidumbre. Sin embargo, mientras que los milenials sienten nostalgia por las épocas anteriores que vivieron, la generación Z se aferra a casi cualquier época que les ofrezca un respiro de las dificultades del presente”, afirma el estudio.

Para García, esto se debe a la extendida creencia de que mientras todas las generaciones han vivido, en principio, mejor que sus progenitores, la actual es probable que viva peor ―por eso de la precariedad laboral, los desorbitados precios de la vivienda y las pocas ganas que eso da de formar una familia, entre otros muchos motivos―. “Nuestros modelos anteriores nos hablaban de guerras, de dictadura y de hambre, y de eso no teníamos ninguna nostalgia. En cambio, los jóvenes de ahora piensan que sus padres han vivido mejor que ellos, con más libertad, más seguridad y con menos problemas, y eso les desmotiva de cara al futuro. Es un tipo de nostalgia restaurativa en vez de reflexiva, es decir, que trata de restaurar esa edad de oro”, expone el psicólogo.

Nokia Phones ha tenido un auge del 5% en el mercado de teléfonos plegables este año.curraheeshutter (Getty Images/iStockphoto)

Como casi todo lo que tocan los jóvenes, esa añoranza por la vida de épocas pasadas que nunca experimentaron se ha convertido en una tendencia que ha puesto de moda la ropa vintage, los discos de vinilo, las cámaras analógicas e incluso los llamados móviles tontos ―sin conexión a internet y puede que sin cámara, pero con una batería de durabilidad envidiable―. Así explicaba en junio a Euronews Next el director de marketing de Nokia Phones, Lars Silberbauer, el auge del 5% que ha tenido la compañía en el mercado de teléfonos plegables este año: “El pasado se convierte en reminiscencias de un tiempo en el que la vida parecía más fácil y despreocupada. Y este anhelo por lo que ya fue ha llevado al aumento de una tendencia favorable a estos teléfonos. La gente quiere volver al principio de las décadas de 2000 o los noventa. Creo que representa el recuerdo de tiempos más felices en los que las cosas eran un poco más sencillas”.

Bajo hastags como el de #y2kaesthetic o simplemente #nostalgia, las redes sociales están llenas de pantalones de tiro bajo, fotos grupales sacadas en plano cenital de zapatillas formando una estrella y chándales de pana. Es como volver a asomarse a Tuenti por un momento, pero de una manera mucho menos pueril y genuina. “Los recuerdos del pasado son más accesibles, ¿quién no tiene acceso inmediato a miles de fotos en su móvil? Pero quizás también el pasado es más efímero”, reflexiona Szinetar: “Podemos acceder a objetos de consumo y a grandes cantidades de información, la época nos exige responder a las demandas rápidamente, el cambio es una constante y en este contexto me pregunto, ¿hay espacio para la nostalgia? ¿Hay tiempo para recordar?”. Si hay que recordar algo que sea eso: que el tiempo vuela y más vale invertirlo en vivir experiencias en vez de en evocarlas.

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