Cecilia Charlton, la científica que borda galaxias: “Espero demostrar el valor de mirar hacia atrás y no siempre hacia delante”
La artista estadounidense, que estudió Ingeniería, se inspira en la ciencia y el cosmos para crear unos telares repletos de color y de historia. Su trabajo podrá verse en otoño en Madrid
La artista estadounidense ubicada en Londres Cecilia Charlton (1985, Corning, Nueva York) crea bordados y tejidos que exploran temas inusuales en este tipo de artesanía como el cosmos, las galaxias, la historia humana y su trascendencia en el tiempo. El universo es interpretado por la americana a través de la abstracción, mediante la manipulación de patrones geométricos y colores. La obra de Charlton es el brillante trabajo de algu...
La artista estadounidense ubicada en Londres Cecilia Charlton (1985, Corning, Nueva York) crea bordados y tejidos que exploran temas inusuales en este tipo de artesanía como el cosmos, las galaxias, la historia humana y su trascendencia en el tiempo. El universo es interpretado por la americana a través de la abstracción, mediante la manipulación de patrones geométricos y colores. La obra de Charlton es el brillante trabajo de alguien que probó a ser científica, pero acabó plasmando sus conocimientos en los textiles. Este otoño, por primera vez en España, expondrá parte de su trabajo en el espacio Monbull, en Madrid.
Tejer era algo que hacían constantemente las mujeres de la familia Charlton. Cosían en el sótano y Cecilia, la mediana de las tres hermanas, aún recuerda en el silencio el sonido certero de la aguja atravesando la tela, intercalado con retazos de conversación. “Echo de menos ese bisbiseo, a veces cuando estoy sola en el estudio intento emularlo con el sonido de la radio”, cuenta a EL PAÍS. La infancia de Cecilia Charlton, en el norte de Nueva York, giró en torno a los textiles. Su abuela obtuvo un máster en textil, una hazaña poco común para una mujer de la época, y su madre heredó la profunda pasión y curiosidad por los tejidos, dedicándose a ello de forma profesional: “Ellas estaban obsesionadas con la costura, así que aprendí a coser desde muy pequeña. Dábamos clases con la máquina de coser y mi madre nos diseñaba ejercicios para mejorar nuestras habilidades. Creábamos cosas como coleteros o bolsitas”.
Sin embargo, el amor inconmensurable de las de las Charlton por la costura no parecía predestinado a trascender los muros de la casa. La artesanía no era una opción en aquel momento para la joven Charlton. Su padre era científico y a Cecilia le apasionaba ese mundo, por lo que comenzó la carrera de Ingeniería en 2005 para acabar terminándola años más tarde: “No sabía hacia dónde me dirigía cuando dejé la escuela de Ingeniería, pero sabía que tenía que irme”, explica. Aunque se considera un cerebro matemático, su camino viró hacia las Bellas Artes para finalizar en el punto de partida, bordando de nuevo e incorporando a la ecuación el amor por la ciencia y el universo. Fue premiada con un BFA Painting en 2015 del Hunter College de Nueva York y un MA Painting del Royal College of Art de Londres en 2018. Porque el bordado de Cecilia Charlton no es convencional, sino que busca llegar a lugares que la aparten de su propia historia, donde el antropocentrismo no sea la base de la existencia. Por eso borda universos y galaxias. Para romper el hechizo del apego a la propia realidad.
Sus fuentes de inspiración son múltiples, como su libro de cabecera The Pale Blue Dot (Un punto azul pálido) de Carl Sagan, que describe la Tierra de esta manera: “La Tierra es un lugar muy pequeño en un vasto escenario cósmico. Piensa en los ríos de sangre vertida por todos esos generales y emperadores, para que, en su gloria y triunfo, pudieran convertirse en amos momentáneos de una fracción de un punto”. El trabajo de Cecilia anhela encontrar estas respuestas mirando más allá de nosotros y de nuestro mundo.
¿Y cómo se borda una galaxia?
En bordado utiliza la técnica del bargello. El nombre proviene del palacio Bargello de Florencia, donde se encontró una silla con esta técnica en sus cojines. Otra teoría es que, cuando el palacio fue una cárcel, los presos solían crear bordados bargello para venderlos. La técnica se puede ver en diferentes partes del mundo, por lo que su origen es un misterio. “Lo que me gusta de trabajar con esta técnica es que, con parámetros relativamente sencillos, se pueden crear patrones muy complejos. El bargello se basa en tres principios: la longitud del punto, la agrupación de puntos y el uso del color. Una vez que entiendes cómo funcionan estos principios en los patrones, puedes manipular y moldear patrones existentes para utilizarlos en tus propias composiciones”, explica la artista.
Charlton considera esta técnica idónea para plasmar el espacio exterior por varias razones, como las relaciones lingüísticas entre los tejidos y el espacio o el mito de las Tres Parcas, las tres hermanas hilanderas que tejían el hilo de la vida: “En el bordado, también hay un sentido de lenta acumulación: cada imagen se crea a medida que las puntadas se ensamblan con el tiempo, de forma similar a como se forman las moléculas o los planetas en las primeras fases de una galaxia”.
El color es otro de los protagonistas de la obra de Charlton parar recrear la sensación de energía de otro mundo. “Mezclando colores contrastados y utilizando amplias zonas de degradado, espero que los colores actúen de forma similar a las imágenes que se pueden ver desde un telescopio de nebulosas o galaxias lejanas”, asegura.
La ciencia y el arte, juntos y revueltos
Existe una cierta idea preconcebida en la sociedad sobre la ciencia como algo más serio y el arte como algo más frívolo, pero Charlton sostiene que son más las similitudes que las diferencias. Lo que le atrajo de la Ingeniería fue el componente creativo y la resolución de problemas: “En ese sentido, la investigación científica es muy similar a la creación artística: intentar encontrar una voz única, aprender a confiar en la intuición y sentirse cómodo haciendo algo diferente a los demás. Y, sobre todo, la naturaleza devocional de la tarea: tienes que estar impulsado por una profunda curiosidad, incluso si tus experimentos no están dando resultados inmediatos”, sostiene la artista.
A Cecilia Charlton también le gusta utilizar su trabajo para debatir ideas en torno a la tecnología porque el bordado que ella crea es una superficie pixelada, similar a la pantalla de un ordenador: “Tejer tiene una relación directa con el desarrollo de los ordenadores. Los seres humanos parecen tener un punto ciego en lo que se refiere a la tecnología: corren hacia el futuro sin pensar si algo debería hacerse y solo piensan en si algo puede hacerse. Con las técnicas de tejido y bordado que utilizo, espero demostrar el valor de mirar hacia atrás, no siempre hacia delante”.