Cinco consejos para viajar con tu perro en las vacaciones de Semana Santa
Hacer turismo con compañeros caninos requiere mucha planificación, pero el resultado son escapadas inolvidables en las que se refuerza el vínculo con la mascota. Dónde alojarse, localizar un cuidador o evitar multitudes son claves para un plan redondo
Son muchas las personas que aprovechan la Semana Santa para viajar en familia y cada vez es más frecuente que los perros sean parte fundamental de esas vacaciones. Sin embargo, no siempre es fácil incluirlos en el plan. Hace tiempo que en España ...
Son muchas las personas que aprovechan la Semana Santa para viajar en familia y cada vez es más frecuente que los perros sean parte fundamental de esas vacaciones. Sin embargo, no siempre es fácil incluirlos en el plan. Hace tiempo que en España hay más perros que niños (9,3 millones de canes censados, según la Asociación Nacional de Fabricantes de Alimentos para Animales de Compañía, frente a 6,6 millones de habitantes de entre 0 y 14 años, según el INE), pero todavía hay barreras que impiden viajar con compañeros caninos. La primera, el propio transporte. “A diferencia de la mayoría de países europeos, en España subir a un tren con un perro que pesa más de 10 kilos es casi imposible. En autobús está prohibido y en avión, normalmente, para ir en cabina tiene que pesar menos de ocho kilos”, lamenta Micaela de la Maza, fundadora de la guía Sr Perro. En esos casos, conducir un vehículo privado acostumbra a ser la única opción. El segundo obstáculo suele ser encontrar un alojamiento dog friendly, según confirma la barcelonesa detrás de la web Turismo Canino, Mercè Jiménez: “La oferta es reducida y se agotan muy rápido. Muchas personas van en furgoneta camperizada u optan por ir a campings con tienda de campaña para conseguir una flexibilidad que de otra manera no tienen”.
Por eso, ambas coinciden en que el primer paso para viajar con canes es planificar la escapada con mucha antelación. Buscar playas, hoteles, restaurantes o incluso bodegas que admitan perros en el destino y leer bien la letra pequeña para no llevarse sorpresas inesperadas. Una vez sorteadas esas trabas, solo queda divertirse. “Uno disfruta el doble cuando va con perro porque disfruta a través de sus ojos”, considera De la Maza. Para Jiménez, además, abril, con sus días libres, es un mes ideal para probar la experiencia. “En el día a día tienes un tiempo limitado para estar con él y las vacaciones son un muy buen momento para reforzar el vínculo. Estás mucho más relajado y eso se lo transmites al perro”, comenta la autora de Dog Trip. Pateando el norte de España con tu perro (Anaya Touring, 2022), donde recopila algunas de las mejores escapadas que ella misma ha vivido junto a su perro Futt. Tanto ella como De la Maza, a quien ha confiado el prólogo del libro, tienen mucha experiencia en la materia y estos son sus principales consejos para viajar con perro.
Consultar primero a un veterinario
Como en cualquier viaje, llevar un botiquín es indispensable. Para saber qué no puede faltar en él, Jiménez recuerda que lo mejor es acudir al veterinario y consultar las particularidades del destino. “Depende del tipo de viaje que se vaya a hacer te puede indicar ciertas pautas por si el perro necesita algún cuidado extra. Si es una zona en la que hay muchos pinos, por ejemplo, puede haber orugas procesionarias y habría que llevar la medicación necesaria para estar prevenido en caso de que el perro tenga contacto con ellas”, advierte. Conviene consultar también las especificaciones vacunales de la ciudad que se va a visitar, ya que, en España, la mayoría de comunidades autónomas (menos Galicia, País Vasco y Cataluña) exigen que los canes tengan puesta la vacuna de la rabia con, por lo menos, 21 días de antelación a su llegada.
Revisar que no falte nada en la maleta
Un factor determinante para que el viaje sea placentero, según Jiménez, es que el perro descanse bien. Si su cama es demasiado grande como para transportarla, la experta recomienda llevar una cama portátil, sin olvidarse de los juguetes preferidos de la mascota. “Es muy importante que, si viajamos en coche, tengamos los accesorios adecuados para viajar de manera segura, ya sea un transportín o un arnés de seguridad con correa que va al cinturón”, añade. En su maleta (y en la de Futt) tampoco falta nunca una correa larga para pasear más libremente, elementos reflectantes para la noche o su collar antiparasitario. “Y siempre hay que llevar la cartilla veterinaria porque la pueden pedir en cualquier momento”, indica. Y si se viaja fuera de España, también su pasaporte europeo.
Tener localizado un cuidador
Hay quien adora el turismo rural o hacer rutas de senderismo y hay quien prefiere visitar ciudades. Para estos últimos, De la Maza recomienda contactar con un profesional que pueda echarles una mano en el lugar de destino. “Si lo que quieres es irte de tapas o a ver museos, es bastante práctico que localices en la ciudad algún canguro o paseador, porque por mucho que encuentres un hotel donde admiten perros a lo mejor por la noche sales a un sitio donde no son bienvenidos. Así, tienes la tranquilidad de que puedes dejar a tu perro con alguien que se ocupe de él”, aclara.
Evitar multitudes
Muchas ciudades y pueblos españoles aprovechan la llegada del buen tiempo para hacer festejos y eventos al aire libre. Sin olvidar las procesiones de Semana Santa en lugares como Sevilla donde, en 2022, se dieron cita aproximadamente 560.000 personas durante la jornada de Jueves Santo y La Madrugá, según estimaciones del Ayuntamiento. Para los compañeros caninos esas multitudes pueden ser un calvario. “Hay que pensar dónde va a disfrutar el perro y dónde lo va a pasar mal. Y las aglomeraciones no son buenas porque, normalmente, le causan estrés. Por mucho que tu perro sea un santo, no tiene por qué apreciar encontrarse, de repente, en una manifestación o en una fiesta en la que se tiran petardos y bombetas. Eso no suele ser un gusto para casi ningún perro”, explica De la Maza.
Alertar a tus acompañantes de que sois uno más
No es su caso, pero la fundadora de Sr Perro reconoce que ha sido testigo de cómo un grupo de amigos indicaba a uno de sus miembros que preferían que no fuera con perro a sus vacaciones. “Ahí ya tienes que elegir si ir con el perro o con tus amigos. Los míos ya saben que nosotros siempre vamos en pack”, comenta. Aun así, para evitar malos rollos, De la Maza asegura que, “si vas a ir con gente que no conoces mucho, está bien alertar de que vas a ir con tu perro para que sean conscientes de que eso conlleva algunas limitaciones”. Y, sobre todo, muchas alegrías: “Disfrutas mucho más del aire libre, de la naturaleza y te ayuda a interactuar con gente con la que de normal no lo harías”.