Así cayó la red de los narcos del cielo: “Su sueño era meter un avión cargado de cocaína en Europa”

Una pareja adinerada se prepara para un vuelo transoceánico que los llevará desde Colombia hasta Europa para someterse a operaciones estéticas. Es enero de 2024. Llevan sus pertenencias en maletas de lujo, visten ropa de marca y han alquilado un jet privado para la ocasión. Despegan, pero algo no sale como ellos habían previsto. Unas inesperadas maniobras militares cerca del aeropuerto de Barranquilla, la cuarta ciudad más importante del país latinoamericano, abortan la misión y se ven obligados a volar sin el cargamento. En realidad, no se trata de una millonaria pareja en un viaje de ocio, s...

Una pareja adinerada se prepara para un vuelo transoceánico que los llevará desde Colombia hasta Europa para someterse a operaciones estéticas. Es enero de 2024. Llevan sus pertenencias en maletas de lujo, visten ropa de marca y han alquilado un jet privado para la ocasión. Despegan, pero algo no sale como ellos habían previsto. Unas inesperadas maniobras militares cerca del aeropuerto de Barranquilla, la cuarta ciudad más importante del país latinoamericano, abortan la misión y se ven obligados a volar sin el cargamento. En realidad, no se trata de una millonaria pareja en un viaje de ocio, sino que son dos narcotraficantes que pretendían cargar su aeronave con dos toneladas de cocaína.

“En la historia de España. solo se han pillado tres aviones privados con droga, esta iba a ser una de ellas”, resume una fuente policial de la Brigada Central de Estupefacientes de la Policía Nacional, que siguió de cerca durante meses al entramado criminal liderado por El Viejo, cuya “ilusión” era un vuelo blanco sobre el Atlántico. “Su sueño era meter un avión cargado de cocaína en Europa”, resume.

No solo lo intentaron esa vez, sino que hubo un segundo vuelo fallido en junio de 2024 que debía volar desde Sudáfrica hasta Reino Unido, con parada intermedia en República Dominicana. Para esa ocasión, El Viejo logró dinero de inversores mexicanos. Sin embargo, que los dos intentos se planificaran es una muestra de lo lejos que están dispuestas a llegar las organizaciones de narcotráfico para transportar grandes cantidades de droga, y de que los riesgos que asumen son cada vez mayores. La oferta y la demanda están en niveles que hacen que todo valga.

En junio de 2023, la DEA, la agencia estadounidense contra el narcotráfico, advirtió a las autoridades españolas de que vivía en Madrid un objetivo prioritario para ella y de que, posiblemente, estaba tramando algo grande. El hombre, al que todos apodan El Viejo, residía en la exclusiva urbanización de La Moraleja en Alcobendas. No solo vivía ahí, sino que también operaba desde una cafetería como si de su oficina personal se tratara. Allí, casi siempre en la misma mesa, mantenía reuniones, daba órdenes y cerraba acuerdos.

“Es la forma más complicada de transportar cocaína, muchas organizaciones lo intentan, pero pocas llegan tan lejos como llegó esta”, apuntan los investigadores. Solo la logística para preparar el vuelo cuesta 500.000 euros. Una gran inversión con una promesa de beneficio exorbitada. Para costear este sueño, la red criminal se dedicaba a hacer envíos de menor envergadura ocultos en el equipaje de vuelos comerciales. Gracias a la vigilancia a la que era sometida la red, cuatro de estas entregas pudieron ser interceptadas en el aeropuerto de Madrid-Barajas. En septiembre de 2023 se intervinieron 16 kilos; en marzo de 2024, 31; en abril, 60; y en septiembre, 20. También hicieron llegar, en mayo de 2024, un contenedor de aguacates desde Perú al puerto de Barcelona con 344 kilos de cocaína que también fueron descubiertos por la Policía Nacional.

La red era tan potente que organizaba envíos y entregas desde distintos puntos de Latinoamérica con destino a diferentes países de Europa. El lugarteniente de El Viejo, un ciudadano andaluz llamado Daniel, era el que más se movía y el que menos miedo tenía a dejarse ver. Este hombre fue el que viajó en numerosas ocasiones al aeropuerto portugués de Beja, lugar escogido para el desembarco de la droga, y también a otros, como uno en Holanda, para sopesar diferentes opciones.

Entrenamiento en Las Rozas Village

El nivel de organización era tan elevado que no dejaban ningún detalle al azar. En las semanas previas al vuelo fallido con cocaína desde Colombia, el entramado trajo al hombre y a la mujer que se iban a hacer pasar por matrimonio millonario para que adquirieran productos de lujo y enseñarles y ensayar el papel que iban a interpretar en el aeropuerto de origen. Durante un día entero recorrieron el centro comercial de Las Rozas Village, un outlet de marcas de lujo en la Comunidad de Madrid, para comprar productos de marca con los que dar el pego.

Ese primer envío que no salió bien permitió identificar y detener a la rama portuguesa con la que había contactado la organización para garantizar con seguridad el aterrizaje de la mercancía. La operación, bautizada Fósil en Portugal, acabó con el arresto de seis policías corruptos del aeropuerto de Beja, a los que el entramado presuntamente sobornaba para que hicieran la vista gorda ante una la entrada de droga en las instalaciones. Al frente de la trama portuguesa se situaba Elisario, un veterano de las operaciones policiales contra la droga, acusado de seguir controlando, a sus 71 años, la entrada de droga en diversos aeropuertos de Europa y de tener un contacto fluido con los cárteles latinoamericanos.

Los brazos de esta organización eran tantos que la operación culminó con 19 detenidos en Madrid, Alicante, Sevilla, Cuenca y Cáceres, además de los seis de la rama portuguesa, y otras seis órdenes de detención internacionales. Para 16 de ellos, se decretó prisión sin fianza. El entramado no solo se financiaba con los envíos de droga, sino que usaba la banca clandestina china para llevar su dinero de un país a otro sin dejar ningún tipo de rastro financiero. La llamada Hawala es el sistema con el que las organizaciones criminales mueven millones de euros. Se basa en la confianza y solo son necesarios un financiador en el país de origen y otro en el de destino para establecer la transacción. El dinero no traspasa las fronteras.

En este caso, el que facilitaba el entramado financiero era un ciudadano chino, con el que la organización se comunicaba a través de un intérprete, porque este no hablaba castellano. “Cuando quieres conseguir un objetivo común, desaparecen las barreras del idioma y las culturales”, señalan los investigadores. De hecho, en un momento dado, uno de estos financieros clandestinos aumenta tanto las comisiones que deciden cambiar de proveedor.

“Cuando hicimos el registro, el hawaler nos decía: ‘Me suena que tengo 500.000 euros en una bolsa por ahí, en el armario creo que 100.000...”, cuenta un agente de la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF) que participó en la operación. “También encontramos 6.000 euros en la guantera y ni se acordaba de que estaban ahí”, añade como ejemplo de la cantidad de millones que mueve esta banca clandestina que elude cualquier tipo de control. La investigación, de 15 meses, se saldó con la intervención de más de 500.000 euros en efectivo, 18 vehículos y 45 móviles, la mayor parte de ellos encriptados. También fueron bloqueados ocho inmuebles valorados en más de 1,6 millones de euros y 80 cuentas bancarias con un saldo de 660.000 euros.

“En su mente vagaba una idea muy brillante / Meterle la coca en los aviones comerciales / Y su aerolínea se estrenaba / Kilo a kilito fue metiendo, fueron muchas toneladas”. Esta es la letra de Aerolínea Carrillo, un narcocorrido dedicado al que fuera jefe del cartel de Juárez en los años noventa apodado El Señor de los Cielos. El hombre acabó sus días sobre una mesa de operaciones cuando se estaba sometiendo a una cirugía estética para escapar de las autoridades, aunque la leyenda dice que sigue vivo y disfrutando de todo el dinero que ganó en su carrera delictiva. Quién sabe si El Viejo se inspiró en ese narcocorrido para soñar en algo grande.