MÁR: el escudero para todo de Ayuso

La presidenta y su jefe de gabinete son una dupla fortificada alrededor de la crisis con CS, la guerra con Casado, la gestión de la pandemia o el bulo contra EL PAÍS

Miguel Ángel Rodríguez e Isabel Díaz Ayuso, a su salida de un restaurante en Madrid, el 4 de diciembre de 2023.Foto: Óscar Ortiz (EUROPA PRESS) | Vídeo: EPV

“Los estamos esperando a puerta gayola”. En lo peor de la pandemia, Alberto Reyero, entonces consejero de Políticas Sociales de la Comunidad de Madrid, se encuentra esa frase publicada en un artículo periodístico referido a él y a sus compañeros de Cs en el Gobierno de coalición formado con el PP. El mensaje tiene un origen misterioso: se cita como fuente a “la Puerta del Sol”. Reyero, el hombre que denunció ...

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“Los estamos esperando a puerta gayola”. En lo peor de la pandemia, Alberto Reyero, entonces consejero de Políticas Sociales de la Comunidad de Madrid, se encuentra esa frase publicada en un artículo periodístico referido a él y a sus compañeros de Cs en el Gobierno de coalición formado con el PP. El mensaje tiene un origen misterioso: se cita como fuente a “la Puerta del Sol”. Reyero, el hombre que denunció los protocolos de triaje que impidieron trasladar a ancianos de residencias a hospitales durante el pico de la crisis sanitaria, no tiene pruebas ni dudas de quién se esconde tras ese eufemismo: Miguel Ángel Rodríguez, el jefe de gabinete de la presidenta Isabel Díaz Ayuso. Cuatro años después, ese mismo “Sol” aparece como origen de un bulo que intenta intimidar a dos periodistas de EL PAÍS que se encuentran en las inmediaciones de la vivienda de la baronesa mientras investigan una ramificación del escándalo por el presunto fraude fiscal que habría cometido Alberto González Amador, el comisionista con el que convive la política. Ni entonces ni ahora corre peligro el cargo institucional de Rodríguez. Díaz Ayuso asume y respalda sus acciones.

“Él quiere que ella sea la protagonista, que ningún consejero le haga sombra, y al mismo tiempo es su protector, por eso ahora se ha puesto de escudero, en primera línea de combate”, describe una fuente que conoce las entrañas del Gobierno madrileño. “Es una muy buena estrategia: ahora ya no habla nadie del piso, del presunto fraude... Se habla de MÁR”, sigue en referencia al acrónimo con el que se conoce al poderoso ex secretario de Estado de Comunicación. “Aunque ella suele decir que no sabe lo que hace MÁR, ni con quién se escribe, es difícil de creer”, añade en referencia a los mensajes que envía a los periodistas el jefe de gabinete de la presidenta. “Siempre se ha dicho que hay una relación padre-hija, que él manda sobre ella, como si fuera una marioneta, algo muy machirulo y machista: no es así”, recalca. “Él no la maneja a ella. En todo caso, ella le maneja a él: si quiere decir A, dice A”.

Un segundo interlocutor, que cuenta con la confianza de la presidenta, describe así la relación: “Es un asesor de máxima confianza. Un compañero inseparable de este viaje. Cree en ella”.

11 de enero de 2019. Rodríguez le recomienda a Ayuso que se vaya ya a su casa. Quedan pocos minutos para que el PP anuncie a sus candidatos en Madrid: “Y si no te han dicho nada ya, olvídate”, le dice a esa política desconocida, con la que entabló relación por un trabajo universitario cuando era secretario de Estado de José María Aznar (1996) y con la que estrechó lazos en 2018, al coincidir en un tren con destino a una entrevista radiofónica en Calamocha (Teruel). Sin embargo, por una vez el famoso olfato político de MÁR falla.

Miguel Ángel Rodríguez y la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, en Barcelona el 5 de diciembre de 2023.Alberto Paredes / Europa Press (Europa Press)

Ven a Génova. Quiero hablar contigo”, es el resumen de la llamada que recibe Díaz Ayuso. Al otro lado, el entonces presidente del PP, Pablo Casado. Y empieza todo. Las reuniones en una sede vacía de gente y esperanza. Las encuestas deprimentes. La campaña llena de titulares descacharrantes que sirven para dar a conocer a la candidata. La primera derrota del PP en unas autonómicas madrileñas desde 1987. Y la llegada al poder gracias a una alianza con Cs en detrimento del ganador de los comicios, Ángel Gabilondo (PSOE). Rodríguez vuelve a estar en el meollo de la actualidad. Reactiva su red de contactos en todos los medios de comunicación. Vuelve a influir. En algunos medios, casi a mandar. Y disfruta como un niño.

“Le encanta estar en la pomada, el poder”, describe una fuente para explicar que Rodríguez, de 60 años, no haya dado respuesta aún a los cantos de sirena que le llegan desde el sector privado.

“La actitud de MÁR es la misma siempre: todo por las malas, y si no te gusta, pues te monta el pollo”, explica un político conocedor de los entresijos de aquella dupla gubernamental de conveniencia.

Quienes han convivido con esta pareja profesional describen a un Rodríguez de dos caras. Áspero y duro con los consejeros. Capaz de meterles “una voz, un grito, un ‘porque yo lo digo’ mientras les coge del brazo” en situaciones de máxima tensión, como la de la pandemia, para proteger y ensalzar la figura de Díaz Ayuso. Y otro Rodríguez amable, dialogante y sonriente, de ojos acerados y chispeantes en sus diálogos con la presidenta. Para ella, a la que eligió casa para una entrevista con Bertín Osborne, también actúa como ‘el señor no’: vigila que su agenda sea razonable y no se llene de compromisos que hagan su día a día inmanejable.

Miguel Ángel Rodríguez, Isabel Díaz Ayuso y Bertín Osborne, durante una entrevista.Jonas Torres jonas@jonas-torres.com

“Además de mi jefe de gabinete, es, por encima de todo, mi amigo”, dijo sobre él la presidenta de Madrid en el mitin de cierre de campaña de las elecciones de mayo de 2021. “Y lo es todos los días”, quiso subrayar. “Dejó atrás sus quehaceres, sus proyectos, y se enroló en esta maravillosa aventura”, añadió. Y reveló: “Es para mí un escudero, un protector, un compañero de aventuras, la persona que más me divierte, que más me inspira y que más me enseña”.

Por eso, cuando estalla la polémica por el bulo lanzado contra dos periodistas de EL PAÍS, condenado por asociaciones profesionales, sindicatos, y partidos de la oposición, MÁR ni se inmuta. Su relación con Ayuso es casi simbiótica. Su puesto no corre peligro. Está tan seguro que admite la autoría de los mensajes que originan la noticia contra los informadores de este diario, y se reafirma en su contenido dos días después en una entrevista con La Sexta.

“Yo nunca he mentido ni he amenazado a ningún periodista [en referencia al mensaje enviado a una informadora de elDiario.es en el que dijo: ‘Os vamos a triturar’] ni he difundido ningún bulo. Por tanto, no voy a dimitir ni Ayuso ha pedido mi cese. Sigo teniendo la confianza de la presidenta y seguiré siendo su jefe de gabinete, por mucho que la oposición pida mi cese inmediato”, reproduce sus palabras esta cadena.

Es la tranquilidad de quien ya tiene pruebas de que nada puede pasarle. Porque Rodríguez navegó con Ayuso el caso Avalmadrid y las crisis que han llevado a la baronesa a devorar a Ciudadanos, a reducir a Vox, o a tumbar a Casado por denunciar que el hermano de la presidenta cobró una comisión por facilitar las mascarillas que necesitaba la empresa Priviet para cumplir con un contrato de 1,5 millones de euros firmado con la Administración regional. Batallas ante las que han formado un equipo lleno de complicidad del que también participan el jefe de prensa de la presidenta, José Luis Carreras, o el jefe de gabinete adjunto, Francisco García de Diego.

Así lo resume todo una fuente que ha tenido responsabilidades de gobierno en Madrid: “Ni MÁR va a dimitir, ni la presidenta lo va a cesar. Si lo hiciera, se acaba Ayuso tal y como la conocemos”.

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