Los planes ‘cayetanos’ por excelencia
El cielo de Chicote, Myka y las noches del Hipódromo son tres planes que han puesto de moda las creadoras de contenido de alto nivel de Madrid
Aunque estos días las calles de Madrid sean territorio de los turistas, las redes siguen marcando las tendencias de los mejores negocios de la capital para vivir experiencias únicas e instagrameables. Toca competir por los likes con las publicaciones de atardeceres en la playa.
En la ruta de esta semana la primera parada es El Cielo de Chicote, en el Hotel Montera. Se trata de una nueva azotea de la Gran Vía que se suma a las otras 26...
Aunque estos días las calles de Madrid sean territorio de los turistas, las redes siguen marcando las tendencias de los mejores negocios de la capital para vivir experiencias únicas e instagrameables. Toca competir por los likes con las publicaciones de atardeceres en la playa.
En la ruta de esta semana la primera parada es El Cielo de Chicote, en el Hotel Montera. Se trata de una nueva azotea de la Gran Vía que se suma a las otras 26 que ya había, pero que llega con una particularidad, pues lo hace de la mano del Museo Chicote, la coctelería fundada hace casi 100 años por el inolvidable Perico Chicote.
Después paramos en Myka, una pequeña heladería de yogur griego en el barrio Salamanca que desde que abrió hace un mes se volvió viral en redes. Cuidado: puede volverse adictiva. Por último, la noche en el Hipódromo representa una experiencia idílica: conciertos, fiesta, caballos y buena comida.
Tomar un cóctel en la azotea de Chicote
La azotea del Cielo de Chicote (Montera, 47) es un poema de amor a Madrid. Desde que se pone un pie en el ascensor del Hotel Montera, propiedad de los hoteles Hilton, hasta llegar al cielo, cada detalle está pensado como un homenaje a la capital. “Es un lugar muy instagrameable, la gente no se va a poder resistir”, explica el director de marketing del hotel, Pablo Castillo.
Para asegurar el éxito de la azotea han sellado una colaboración con el Museo Chicote porque, explican, querían traer lo mejor de lo mejor de Madrid. La experiencia completa se vive yendo a cenar primero a la novena planta del hotel, al restaurante La Braseri, para después disfrutar de las vistas sobre la Gran Vía con un cóctel marca de la casa. “El hotel es un museo de arte urbano enamorado de Madrid, y aunque abrimos esta semana, estamos seguros de que seremos el sitio al que todo el mundo querrá ir y repetir”, asegura Castillo.
Un helado que es ambrosía de los dioses griegos
La medicina perfecta para el verano es el helado griego de una mexicana que está tomando al asalto el barrio Salamanca. Natalia Morales y Javier Ezquerro han logrado traer a Madrid el espíritu y la filosofía de las islas helenas con su auténtico yogur griego natural en forma de helado. Su heladería Myka (José Ortega y Gasset, 44,) lleva solo un mes abierta al público y ya es tendencia. La cola vale la pena porque el helado está buenísimo, pero cuidado: dan muchas ganas de repetir.
El pequeño local está decorado en tonos azules y un pavimento rústico en piedra que juega a evocar las casas encaladas tradicionales de las Cícladas. Todo un viaje al mismísimo corazón de Mykonos desde la madrileña calle de Ortega y Gasset. Su yogur se elabora de manera artesanal al estilo de la propia Grecia. “Utilizamos la receta tradicional con la mejor leche y kéfir como materias primas de excepción. Todos los productos son etiqueta limpia, sin conservantes artificiales y están disponibles en tres tamaños: pequeño, mediano y grande”, asegura Morales.
El resultado: un helado único, de textura suave y acabado cremoso. Cabe suponer que es por eso que las adineradas vecinas del barrio de Salamanca tienen como parada obligatoria este local después de una buena sesión de CrossFit. “Hay gente que viene hasta tres veces al día. El fin de semana vinieron 849 personas, es una locura”, asegura Morales. Tienen más de 20 toppings con los que se pueden hacer más de 8.000 combinaciones. Sin duda, el favorito de todas es el especial Myka.
Un helado con pistacho, naranja amarga, miel artesana y aceite de oliva. “Nunca había probado algo similar, increíble”, asegura una de las clientas al terminar su tarrina y volver a hacer la cola para pedir otro helado. El precio medio son cuatro euros.
Una noche de ensueño en el Hipódromo
Las influencers con más dinero lo han catalogado como el mejor plan para hacer en Madrid cuando empieza el calor. “Es el plan ‘cayetano’ por excelencia”, explica la influencer Roxana en sus videos de cómo ir vestida al hipódromo. Aunque las noches de verano del hipódromo han sido famosas durante muchos años, este año se han vuelto tendencia gracias a las redes.
“Las Noches del Hipódromo surgieron en los años 90 con la idea de dar continuidad a las carreras de caballos en las noches de verano. Se acompañan de una oferta de ocio nocturno para un público más joven”, explica un portavoz.
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