Las obras de rehabilitación del palacio de la Duquesa de Sueca de Madrid eclipsan el patio de luces de un bloque contiguo
Vecinos del edificio perjudicado temen que el Ayuntamiento trate de elevar la superficie del inmueble histórico
Elena Jiménez, profesora de 50 años, tiene un piso de techos altos y suelos de madera en el portal número ocho de la calle del Duque de Alba, en el distrito Centro de Madrid. Lo compró hace 10 años. En el segundo izquierda hay vistas a la calle por delante y vistas a un patio amplio, por detrás. La luz que entra por las ventanas traseras ilumina la cocina y el baño. Es uno de los atractivos de la vivienda o, al menos, lo era hasta ahora. Hace poco menos de un año empezaron las obras de rehabilitación de un emblemático edificio de la misma calle que ha permanecido...
Elena Jiménez, profesora de 50 años, tiene un piso de techos altos y suelos de madera en el portal número ocho de la calle del Duque de Alba, en el distrito Centro de Madrid. Lo compró hace 10 años. En el segundo izquierda hay vistas a la calle por delante y vistas a un patio amplio, por detrás. La luz que entra por las ventanas traseras ilumina la cocina y el baño. Es uno de los atractivos de la vivienda o, al menos, lo era hasta ahora. Hace poco menos de un año empezaron las obras de rehabilitación de un emblemático edificio de la misma calle que ha permanecido en condiciones de abandono durante décadas: el palacio de la Duquesa de Sueca. La construcción, de 7.202 metros cuadrados, está en el número dos de la misma calle, pero se extiende por detrás de las casas hasta el portal de Jiménez. Desde que Elena Jiménez vive ahí, el cuerpo del palacio terminaba antes de llegar a las ventanas de su casa. Ahora, con la remodelación que lleva a cabo el Ayuntamiento, se ha erigido un muro de ladrillos que las cubre por completo.
“Nunca ha habido nada enfrente. Se van a perder las vistas y si quiero vender la casa, el valor disminuye. Está bien que lo rehabiliten, pero no con algo que perjudica a los vecinos”, se queja Jiménez. El palacio, construido en 1850, fue la residencia de la duquesa de Sueca, esposa del primer ministro de Carlos IV, Manuel Godoy. Está construido sobre tres patios y hoy goza de protección integral como Bien de Interés Cultural (BIC). Esto implica que se deben conservar y mantener sus características arquitectónicas originales.
En 1998, el edificio fue expropiado por el entonces alcalde de Madrid, José María Álvarez del Manzano (PP) por cuatro millones de euros. Pero, durante décadas, el Consistorio no hizo nada para preservarlo y se fue deteriorando a lo largo de los años. La historia del inmueble se extravía en expropiaciones, juicios y negociaciones entre los propietarios y el Ayuntamiento. En 2013 estuvo a punto de ser derribado parcialmente, hasta que un juzgado decidió paralizar los trabajos a instancias de la Fiscalía de Medio Ambiente y abrir una investigación por abandono del patrimonio histórico. Finalmente, tras la llegada de Manuela Carmena a la alcaldía en 2015, el Gobierno municipal decide rehabilitar el edificio y comienza en 2017 la primera fase de las obras, por 12 millones de euros.
En esos años coincide también el estreno y popularidad de la serie El Ministerio del Tiempo, cuyos guionistas decidieron ubicar en el edificio la sede de esta ficticia rama del Gobierno, lo que le dio una renovada fama al palacio de la Duquesa de Sueca. El verano pasado, ya con José Luis Martínez-Almeida en la alcaldía, comenzaron los trabajos de la fase final de la rehabilitación.
En el portal número ocho de la calle del Duque de Alba hay cinco plantas y un ático. En todos los pisos vive alguien, a excepción del primero, en el que no reside nadie. María Jesús de la Torre, de 57 años, lleva allí toda la vida. El cuarto derecha ha sido la casa de sus abuelos, de sus padres y ahora es suya. No recuerda que frente a las ventanas que dan al patio trasero hubiera una pared tan alta. El muro de ladrillo que ya cubre los cristales de Jiménez está a punto de alcanzar los suyos también. “Ahí había una pequeña construcción, pero pequeñísima, que no alcanzaba ni a la segunda planta. Nos da miedo que sigan subiendo hacia arriba. Es un edificio protegido, no se puede construir más de lo que tenía”, critica De la Torre.
Las obras de remodelación han sufrido numerosas demoras y se remontan a 2017, durante el mandato de Manuela Carmena (Ahora Madrid), cuando se llevó a cabo el derribo del interior del palacio para su posterior reconstrucción. Ahora, se acomete la última fase de rehabilitación, que afecta a la parte este del inmueble (1.860 metros cuadrados), la que está detrás del edificio donde viven las vecinas Jiménez y De la Torre. El Ayuntamiento dio luz verde al proyecto en julio de 2021, con una inversión de 2,7 millones de euros. El objetivo de las obras era “devolver al edificio su volumen inicial” en un plazo de 12 meses, según la nota de prensa oficial. Los trabajos comenzaron en septiembre del año pasado y está previsto que finalicen el próximo diciembre.
Una vez acometida la reconstrucción, el Consistorio no contempla más intervenciones hasta que se redacte el proyecto para el uso final del inmueble. Hasta ahora, se han invertido siete millones de euros en la remodelación y este julio, el alcalde, José Luis Martínez-Almeida, anunció que el palacio se convertirá en un centro de mayores y en residencia para familias vulnerables. Todavía no se han adelantado más detalles del plan, pero responde a las reivindicaciones de los vecinos desde 2016, consultados por la Junta de Distrito: que el edificio sea destinado para uso del barrio.
Álvaro de la Torre, sobrino de María Jesús, vive en el cuarto izquierda desde este verano. Ha seguido de cerca la construcción del muro de ladrillo los últimos meses y ha intentado en más de una ocasión ponerse en contacto con el Ayuntamiento, en concreto con el área de Obras y Equipamientos, que se encarga de la remodelación. Primero llamó al Consistorio para solicitar la licencia de obra, allí le remitieron al trámite electrónico, rellenó la solicitud, que finalmente no se tramitó. Y vuelta a empezar. “Nos está afectando mucho y los trámites digitales son difíciles”, explica. “Se te quitan las ganas de quejarte”. El objetivo de tía y sobrino es comprobar si en la parte trasera de su casa, según los planos originales del palacio, había una construcción que justifique los cambios en el patio de luces.
Un portavoz del área de Obras y Equipamientos defiende que la reconstrucción de la parte este “no añade ni suprime nada que no estuviera en el edificio original” y que lo que se está llevando a cabo es la reconstrucción del cuerpo, tal y como era. El objetivo, explica, es levantar el muro que en su día fue derribado. También señala que “al tratarse de un inmueble de titularidad municipal, no es precisa licencia de obra”, pero que los trabajos están supervisados por la Dirección General de Patrimonio de la Comunidad de Madrid.
Los vecinos temen que el Consistorio aproveche los años que el palacio ha estado desatendido para sacar ahora más espacio. “Con este edificio nunca se sabe que va a pasar o qué va a ser de él”, se resigna la vecina del cuarto derecha.
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