Retroceder sale caro: la calidad del aire de Madrid a la Justicia Europea

La capital es la única ciudad española que sigue incumpliendo los niveles permitidos por Europa para dióxido de nitrógeno, causa de más de 2.000 muertes prematuras

Boina de contaminación de Madrid desde La Bola del Mundo, Navacerrada.Santi Burgos

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Este jueves se celebra en Luxemburgo la vista por el juicio europeo contra los altos niveles de contaminación en España y, más en concreto, en Madrid, en los últimos años. Madrid lleva incumpliendo los niveles permitidos por Europa para dióxido de nitrógeno desde que entraron en vigor en 2010, y a día de hoy es la única ciudad española que sigue incumpliendo.

Solo este contaminante ...

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Este jueves se celebra en Luxemburgo la vista por el juicio europeo contra los altos niveles de contaminación en España y, más en concreto, en Madrid, en los últimos años. Madrid lleva incumpliendo los niveles permitidos por Europa para dióxido de nitrógeno desde que entraron en vigor en 2010, y a día de hoy es la única ciudad española que sigue incumpliendo.

Solo este contaminante provoca en Madrid más de 2.000 muertes prematuras y es el responsable de numerosas enfermedades. Por eso, una preocupación central de nuestros años de Gobierno con Manuela Carmena al frente de la Alcaldía fue reducir la contaminación.

Por primera vez, se tomaron medidas para reducir el tráfico durante un episodio de alta contaminación y se aprobó el Plan A de Calidad del Aire y Cambio Climático con 30 medidas capaces de marcar un antes y después en la calidad del aire. La histórica renovación de la flota de EMT, las exigencias para incorporar taxis de bajas emisiones, los nuevos carriles bus y bici forman parte de este plan que fue más conocido sobre todo por la zona de bajas emisiones Madrid Central.

La primera zona de bajas emisiones del país consiguió reducir en su primer año de funcionamiento un 22% la contaminación en la zona y un 10% en el conjunto de la ciudad. Y en una legislatura se pasó de que doce estaciones incumplieran la media anual a tan solo dos. En definitiva, Madrid Central fue una medida pionera que ahora se está replicando en todas las ciudades de más de 50.000 habitantes y que supuso un cambio de mentalidad sobre la contaminación y la salud.

Había que seguir tomando medidas, pero tras las elecciones municipales el nuevo alcalde, José Luis Martínez-Almeida, suspendió de facto Madrid Central. Y solo una semana después el Comisario Europeo de Medio Ambiente dirigió una carta a España anunciando que se retiraba la moratoria y remitió el caso al Tribunal Europeo de Justicia. Almeida es, pues, culpable de que este tema llegue hoy al Tribunal de Luxemburgo.

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Tras mucho negar la contaminación y recursos contra Madrid Central, el tiempo y las exigencias institucionales del cargo han hecho que Almeida se viera obligado a envolverse en el marketing verde con su estrategia Madrid 360. Hasta ahora poco se puede evaluar de forma positiva de este plan: no se ha aprobado, no ha pasado por información pública y no cuenta con informes favorables independientes. Por ahora, es una muestra más de que tenemos un alcalde que va a arrastrando los pies, pues junto a algunas medidas que vienen a sumar a la lucha contra la contaminación incluye otras claramente contraproducentes, como permitir acceder hasta 57.000 vehículos más en Madrid Central, el aumento de capacidad de algunas carreteras o la construcción de miles de plazas de aparcamientos de rotación.

Nos encontramos todavía en un impás producido por la pandemia pero no caben medidas contradictorias ni ejercicios de greenwashing. O se orientan todas las políticas al objetivo de proteger la salud y reducir las emisiones contaminantes o nunca solucionaremos el problema.

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