Madrid presupuesta para Sanidad menos de lo que gastó en 2019
El Ejecutivo de Isabel Díaz Ayuso anuncia un aumento de la inversión para el próximo año, hasta los 8.784 millones de euros, pero son 178 millones menos que el gasto consolidado de hace dos años
¿Cuánto ha presupuestado el Ejecutivo de Isabel Díaz Ayuso para 2022 en Sanidad? 8.784 millones de euros. ¿Y cuánto presupuestó para 2019? 8.091 euros. Un crecimiento del 8,6% respecto a hace dos años, el previo a la pandemia, 693 millones más. Pero, ¿cuál fue el gasto real y final, el consolidado, del año 2019 en Sanidad? 8.962 millones de euros, según la Estadística de Gasto Sanitario Público...
¿Cuánto ha presupuestado el Ejecutivo de Isabel Díaz Ayuso para 2022 en Sanidad? 8.784 millones de euros. ¿Y cuánto presupuestó para 2019? 8.091 euros. Un crecimiento del 8,6% respecto a hace dos años, el previo a la pandemia, 693 millones más. Pero, ¿cuál fue el gasto real y final, el consolidado, del año 2019 en Sanidad? 8.962 millones de euros, según la Estadística de Gasto Sanitario Público del Ministerio de Sanidad. “Para valorar los presupuestos, y la publicidad que se quiere hacer de ellos, hay que mirar primero los datos, que son importantes, y solo así se puede ver realmente lo que ocurre”, dice Julián Ezquerra, presidente de la Asociación de Médicos y Titulados Superiores (Amyts), que es quien recuerda estas cifras.
En atención primaria, sobre la que existe un debate por su infrafinanciación desde hace años, pero agudizado este último año y medio tras la tensión a la que la ha sometido y la somete la pandemia de coronavirus, “sucede lo mismo”. La Comunidad anuncia 2.055,8 millones de euros para el próximo año, un incremento de 529,5 millones, un 9,8% más respecto a 2019. “Pero el gasto real en atención primaria en el año 2019 fue de 2.193 millones y el gasto real del 2020 fueron 2.292″, enumera también Ezquerra.
¿Qué significan esos números? Que Madrid seguirá el próximo año en los últimos puestos de la tabla en cuanto a gasto sanitario por PIB; los penúltimos en cuanto a gasto total por habitante y año; y lejos del 14% de la media española en inversión en atención primaria respecto al total del presupuesto sanitario y “muy muy lejos del objetivo del 25% que es lo que se lleva reclamando mucho tiempo para un correcto funcionamiento de este ámbito asistencial”, dice el portavoz de Amyts. Madrid lleva años siendo la comunidad que menos invierte en Sanidad y, de forma específica, menos en atención primaria.
“Considerar que no se presta suficiente atención a la sanidad cuando sube casi 700 millones de euros creo que es no fijarse en el contenido de las cosas, sino en la superficie”, defendió ayer Javier Fernández-Lasquetty, el consejero de Hacienda responsable del proyecto, cuando se le preguntó por las razones que explican que esta partida crezca por debajo de la media de las cuentas (8,6% frente a 14,8%).
Como Ezquerra, el resto de portavoces de los sindicatos mayoritarios en Madrid creen que estos datos son “claramente insuficientes”. Desde Comisiones Obreras, una portavoz insiste en que “el incremento previsto queda muy por debajo” de lo que se necesita: “Tan solo la atención primaria exige 1.700 millones de euros adicionales. El gasto en sanidad roza el 4% del PIB, cuando la media del gasto sanitario de las comunidades autónomas se sitúa entre el 5% y el 6%”. Y, en lugar de situarlo “como una prioridad en este periodo, el incremento previsto del gasto (8,6%) se sitúa por debajo de la media global del presupuesto (14,8%), a pesar de los estragos causados por la pandemia, que ha evidenciado las carencias del sistema de salud de la Comunidad de Madrid”.
Un plan de atención primaria “insuficiente”
Julián Ordóñez, de UGT, afirma que este presupuesto “va en contra de todas las propuestas” que han presentado en los últimos meses, durante las negociaciones entre estas organizaciones y la Consejería de Sanidad. Y alude de forma concreta al gasto farmacéutico: “Lo incluyen dentro de los presupuestos y se lo imputan a primaria, creemos, y lo hemos repetido muchas veces, que deben salir fuera de las cuentas, no se pueden meter dentro de las mejoras de ningún ámbito asistencial, deberían ser considerados aparte”.
Apunta que cuando la Comunidad da “los grandes números, olvida decir que el montante mayoritario de la atención primaria es el capítulo IV”, el de pago de recetas; y habla del plan de atención primaria, en el que “los primeros 80 millones de euros para recursos humanos acabaron siendo 73 millones y ya no solo para recursos humanos”. Además, asegura que las negociaciones en las que estaban con el Ejecutivo de Ayuso “ya no existen”. “Aunque hoy [por este miércoles] Ossorio [Enrique Ossorio, portavoz del Gobierno madrileño] haya dicho públicamente que estábamos negociando, no es verdad, ya hemos dicho que lo que pedimos es lo que hay y que no vamos a avalar ningún plan como el que ellos plantean, no es suficiente”, matiza Ordóñez.
Ese plan, incluido en estos presupuestos, fue anunciado por Isabel Díaz Ayuso en septiembre de 2020 para su activación antes de que acabase aquel año, y después fue vuelto a anunciar en dos ocasiones más, la última hace dos semanas. El consejero de Sanidad, Enrique Ruiz Escudero, dijo en la presentación de ese proyecto que la reforma de la atención primaria era “fundamental” y “una necesidad a nivel de todo el sistema de salud”. Sin embargo, Ruiz Escudero, como el resto del Gobierno madrileño, era consciente de que ese plan no cubría los agujeros de personal ni de resto de recursos que tienen actualmente los centros de salud.
En dos documentos internos de la Consejería enviados durante esos días a sindicatos y directores de centros de salud, Sanidad reconocía que la atención primaria no iba a mejorar “a corto ni a medio plazo”. “¿Cuál es nuestro punto crítico? La falta de profesionales (MF)/ (PED) [médicos de familia / pediatras], que no mejorará a corto ni a medio plazo: condiciona la prestación del servicio y la accesibilidad y, por tanto, el modelo asistencial”, decía uno de esos archivos.
“Por eso no podemos decir que sí a esta propuesta”, insiste el portavoz de UGT, que se pregunta “cuál es ese compromiso con la sanidad pública”. De repente se va a marzo de 2020: “Ante la mayor crisis de salud pública y sanitaria de la historia reciente, el primer parapeto, la atención primaria, fue medio desmantelada para abrir con ella Ifema. Eso, ya de inicio, marca el camino”. Recuerda también que los suap, los centros de urgencias que cubren la atención en los centros de salud los fines de semana y festivos, fueron cerrados entonces (el 21 de marzo) y nunca más han vuelto a abrirse.
El modelo hospitalocéntrico
La desconfianza de los sindicatos a los presupuestos es generalizada. Víctor Jiménez, vicepresidente de la Asociación Madrileña de Enfermería, matiza que “nada tienen que ver los presupuestos que se presentan con la ejecución presupuestaria que se realiza después, y la prueba estás siempre con la ejecución de gasto de los hospitales, que siempre suele ser más, por eso se dice que están infrafinanciados”.
Pero es atención primaria una de las cuestiones claves para Jiménez: “Evidentemente el gasto hospitalario es necesario, pero es más necesario ahora mismo un gasto en atención primaria, es además mucho más eficiente y más productivo”. Hace un apunte más: “En esos presupuestos está ahora también el Zendal, además de todos los concesionarios, más símbolos de esa línea que hacen perdurar desde hace años de modelo hospitalocéntrico, a pesar de que la evidencia científica y los estudios dicen que es mucho más caro, menos productivo y sobre todo peor para la calidad de vida y la salud pública”.
Ricardo Furió, del sindicato de Enfermería Satse, resume: “En estos dos últimos años se ha visto el desbordamiento del sistema público, la necesidad de invertir a chorros dinero para plantilla, en los centros de salud y en hospitalaria. La consejería se tendría que haber dado cuenta ya de la infradotación en todos los ámbitos. Pero todo ese presupuesto está cojo”. Y Ordóñez, de UGT, concluye: “Seguiremos perdiendo gente y huyendo de este sistema, porque esta es la filosofía que hay en la Comunidad de Madrid”.
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