La Chocita del Loro: “El nivel de las mujeres es más bajo para hacer humor”

Francisco Carretero, el gerente de la emblemática sala de comedia en vivo, afirma que las humoristas venden menos y no provocan tantas risas y por eso contrata 24 hombres y una mujer

Lucía Lijtmaer e Isa Calderón con la cómica Patricia Sornosa en 'Deforme Semanal'.
Madrid -

“El nivel de las cómicas que hay en España necesita un tiempo, hay que darles uno o dos años para que estén a la altura de los cómicos que hay en La Chocita del Loro”, defiende Francisco Carretero, el gerente de la sala más emblemática de la escena monologuista de Madrid, que insiste en que el nivel de las mujeres que hacen humor es más bajo que el de ellos. De esta manera, la empresa reafirma con contundencia las palabras de su directora, ...

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“El nivel de las cómicas que hay en España necesita un tiempo, hay que darles uno o dos años para que estén a la altura de los cómicos que hay en La Chocita del Loro”, defiende Francisco Carretero, el gerente de la sala más emblemática de la escena monologuista de Madrid, que insiste en que el nivel de las mujeres que hacen humor es más bajo que el de ellos. De esta manera, la empresa reafirma con contundencia las palabras de su directora, Laura Sánchez Vegas, este viernes en la cadena SER para justificar la falta de paridad en la programación, donde solo actúa una cómica en los 25 espectáculos que tienen en cartera. ¿Por qué? “Mucho del humor que hacen las mujeres es victimista o muy feminista”, respondía Sánchez Vegas.

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Estas declaraciones han provocado el rechazo frontal de miembros de la industria, y no solo de las cómicas. El humorista Jaime Caravaca ha decidido “salir de la programación” y desde este sábado ya no forma parte de La Chocita. “No pienso comulgar con esa ideología a la hora de programar comedia”, ha comunicado en sus redes sociales. Los comentarios de la directora de la sala parecen haber reabierto el debate sobre si las mujeres son o no graciosas. O por qué el humor sigue estando en manos de los hombres, a pesar de que los programas hechos por mujeres funcionan y muy bien, como demuestran las entradas agotadas de Deforme Semanal o el podcast Estirando el chicle, en el top de la lista de los más destacados de Spotify, entre otros éxitos.

“Yo llevo intentando comprar entradas para ver Estirando el chicle meses y es imposible, está siempre petado”, dice Irene García, cómica y guionista. “¿Qué más se necesita para demostrar que funcionamos?”, se pregunta. García indica que, aunque ha habido un cambio y las cómicas tienen más presencia, aún no ocupan el mainstream, ni el horario de máxima audiencia. “Antes era normal que en los locales los programadores te dijeran a bocajarro ‘lo siento, no contrato mujeres, porque vino una y no funcionó”, recuerda Pilar de Francisco, guionista en el programa Late Motiv. “¿Por qué sigue pasando?”.

La Chocita contesta: “Llevamos haciendo esto 25 años y jamás hemos recibido una subvención, por eso nosotros ponemos al que vende, es así de simple”. Carretero admite que, aunque las palabras de la directora no fueron las más adecuadas, sí que explicó la realidad: las decisiones de programación se toman en función de la venta de entradas y al número de risas por función. “Nosotros sabemos las veces que se va a reír el público antes de la actuación, está súper profesionalizado, no hay ningún trato de favor”, asegura. Según Carretero, “el público es soberano” y el número de entradas que vende un show de un humorista hombre frente al de una mujer demuestra que, en general, el nivel de las cómicas es más bajo. “Muchas de ellas no acaban de cuajar porque no atraen gente, quizás sea por nuestro tipo de público”. Para el dueño de la sala madrileña las razones son puramente económicas, números, no se pueden discutir.

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Y los números que hacen desde el circuito tradicional de comedia no parecen muy halagüeños para ellas, que se ven obligadas a convertirse en productoras de sus propios espectáculos. Es el caso de Penny Jay y su micro abierto Riot Comedy, que reivindica la presencia de mujeres dentro de la industria. “La comedia son estructuras narrativas, no es sexo femenino o masculino”, dice tajante. “La Chocita tiene que aceptar que su línea editorial es ser machista, racista y homófoba”.

Proyectos triunfadores

Según la cómica, las mujeres no venden menos, al contrario. “Yo llevo tres años llevando un proyecto en el que solo actuamos mujeres y ha sido todo vendido siempre”. Cristina Gómez, por su parte, llena teatros desde hace dos años con sus Cómicas Degeneradas. “A nuestros shows va también público variopinto, como el de La Chocita, y acaban en pie”, afirma. O Jessika Riojano, que dirige el show de comedia feminista Calladitas estáis más guapas, junto a Sil de Castro. “Las cómicas tenemos que seguir soportando comentarios como este, que ponen en tela de juicio nuestra profesionalidad en pleno 2021”. Y la lista es larga.

Ni la testosterona es un imán para el humor, ni las mujeres carecen de gracia. “Nuestro trabajo no es de nicho”, defienden todas. El público generalista se ríe con las mujeres cómicas, porque el humor es innato al ser humano. “La única diferencia de hacer comedia entre un hombre y una mujer es las ganas de hacerla”, explica Penny Jay. “A pesar de que la estructura no nos favorece, cuando nos ponemos funcionamos tanto o mejor que un hombre”, añade la cómica y actriz Esther Gimeno.

Y la programación de otras salas como la del Palacio de la Prensa, también en Gran Vía, les da la razón. “El público que viene no es mayoritariamente femenino, ni mucho menos. No notamos diferencia entre las personas que van a ver a cómicos como Alex Clavero o a Jota Vaquero y el que va a ver a una mujer”, explica Álvaro Martín, responsable de contenidos del Palacio de la Prensa que, sin embargo, sí acepta que la comedia que hacen ellas es diferente: “Suelen tratar temas de denuncia social, de cómo se han sentido una minoría dentro de la industria”, comenta. Gimeno explica: “Reflejas otras vivencias cuando naces mujer o te sientes mujer o negro u homosexual, no vas a contar nada que no se haya dicho, pero sí desde el punto de vista de la otra mitad de la población, uno menos escuchado”.

El 50% de los espectáculos que ofrece este teatro son de mujeres cómicas, aunque el criterio que siguen es diferente al de La Chocita. “La cultura cómica que queremos articular es dar voz a humoristas que provienen de redes sociales y YouTube, que mueven a público joven, y que no tienen espacios en sitios físicos”. Y les funciona. “Llenamos siempre, además ellas son muy proactivas a la hora de hacer formatos diferentes, ellos son menos flexibles”, añade Martín. Penny Jay tiene una explicación para ello: “Los cómicos estaban acomodados en una industria que era una burbuja exclusiva solo para ellos, hemos llegado nosotras y hemos creado una industria totalmente nueva”.

La Chocita del Loro, por su parte, ha pedido disculpas a través de un comunicado en Twitter por las “declaraciones desafortunadas” de la directora de la sala en la cadena SER. “No tienen ningún trasfondo machista, nosotros lo que queremos es que la gente salga contenta de los shows, no tiene más importancia”, zanja Carretero.

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