La nueva terraza de la Casa de Campo
El grupo Triciclo abre su esperada terraza, Villa Verbena, junto al lago de la Casa de Campo
Todo reservado en los próximos fines de semana hasta mayo. Así ha sido el recibimiento que ha tenido Villa Verbena, la nueva terraza de Triciclo y The Hat a orillas del lago de la Casa de Campo. Y recuerda al entusiasmo con el que entraron por primera vez los madrileños en este parque en 1931. Villa Verbena (Paseo María Teresa, 3) solo tiene 15 días de vida, pero los admiradores de la cocina de Triciclo, el boca a boca, su propuesta gastronómica de calidad, la mara...
Todo reservado en los próximos fines de semana hasta mayo. Así ha sido el recibimiento que ha tenido Villa Verbena, la nueva terraza de Triciclo y The Hat a orillas del lago de la Casa de Campo. Y recuerda al entusiasmo con el que entraron por primera vez los madrileños en este parque en 1931. Villa Verbena (Paseo María Teresa, 3) solo tiene 15 días de vida, pero los admiradores de la cocina de Triciclo, el boca a boca, su propuesta gastronómica de calidad, la maravillosa ubicación en el lago con Madrid al fondo y las buenas temperaturas han hecho el resto. Por el momento solo abren para dar almuerzos, pero con el tiempo lo ampliarán a desayunos y cenas. “Poco a poco”, dice Javier Mayor, una de las tres cabezas de Triciclo y responsable de este arranque. “Nos encantaría recuperar el esplendor gastronómico que tuvo la Casa de Campo cuando había restaurantes de referencia como Currito”, añade.
Triciclo y el hostel The Hat ganaron el concurso del Ayuntamiento de Madrid en 2019 para la concesión de dos quioscos que rodean el lago de la Casa de Campo, y esta es su primera inauguración. “El segundo es el que está justo al lado y confiamos tenerlo antes de verano”, apuesta Javi.
Qué se come. Para atraer al público han confeccionado una propuesta con buena base castiza. “Queremos mantener la cocina tradicional madrileña hecha con cariño y por eso no pueden faltar nuestras bravas, torreznos y callos”, explica. “Pero nuestra gastronomía se ha ido nutriendo de muchas cosas. Por eso también apostamos por la parrilla de carbón, tanto para carnes como para pescados”, comenta. La carta de Villa Verbena comienza con un selecto picoteo para compartir con opción de pedir medias raciones. Continúa con platos muy tricicleros como el canelón de rabo, salsa de setas y pecorino trufado (18 euros) y destaca la parrilla, donde distinguen carnes con el sello de calidad Discarlux como la chuleta de vaca de un kilo (53 euros), el lomo de vaca de 500 gramos (40 euros o 20 euros la media ración), guarniciones de pimientos asados en la casa (7 euros) o lubina salvaje a la brasa (46 euros para dos personas). Hay que prestar atención al pescado del día porque se lucen con platos como el sabroso sapito o rape pequeño a la brasa con verduras (48 euros para dos) y a los fuera de carta como los berberechos naturales al carbón (18 euros). “Jugamos mucho con lo que hay en el mercado”, asegura.
Otro punto fuerte de Triciclo que han querido trasladar a la Casa de Campo son sus guisos. “Nuestra base sofritera da mucho sabor a nuestros platos”, añade. Y lo demuestra su pollo de corral con carabinero (28 euros). “Nuestra propuesta es muy familiar. Algún cliente me ha pedido un menú para niños, pero pensamos que esta carta es para todas las edades. Mi hijo viene y come chistorra, lomo o pescado”, afirma el cocinero.
Búsqueda de producto. Con respecto a sus proveedores, Javi confiesa que el único que le ha acompañado desde sus inicios es Casquería Luis. “En 2013, antes de inaugurar Triciclo, me presenté en su puesto del Mercado de Antón Martín, le dije que iba a abrir un restaurante y, a día de hoy, sigue siendo nuestro proveedor de casquería, presente en los callos y en las mollejas”, explica. “Con el resto vamos seleccionando la mejor opción para nosotros y los clientes, y contamos entre otros con Pescaderías Coruñesas, Frutas Eloy, La Astorgana, etc.”, apunta. En los vinos, escogidos por Luis Baselga el sumiller de Triciclo, mantienen la misma línea que en la cocina. “Hemos querido hacer una bodega pensada para todo el mundo. Una buena selección de vinos ricos por copas, mucha rotación, algo de Madrid y alguna cosa friki”, dice.
Frente al quiosco están construyendo un cenador que esperan tener listo a finales de abril. “Queremos ir con calma, reforzando lo que vamos haciendo y no pegarnos un bofetón. Nuestra intención es quedarnos aquí toda la vida y estamos emocionados porque se ha llenado desde el primer día. Es un plan muy fácil para todo el mundo. Se pueden reunir seis en una mesa al aire libre, juntarse con personas mayores y que estén tranquilas, con niños y comer bien. Damos servicios de más de doscientas personas”, señala. El precio medio del almuerzo en Villa Verbena oscila los 50 euros y también es posible tomarse un aperitivo a primera hora por menos de 15 euros. Así no es extraño encontrarse a media mañana entre semana, menos los martes que cierran, a ciclistas y paseantes disfrutando en sus mesas altas. Es la nueva terraza más deseada.