Una mirada pausada de la realidad
Una exposición fotográfica y subasta benéfica en la Universidad de Alcalá recauda fondos para la fundación Reporteros Sin Fronteras
Entre aulas con nombres de escritores y escritoras, los pasillos del Claustro de San José de Caracciolos de la Universidad de Alcalá están vestidos con una selección de 53 fotografías. Se trata de la exposición El blanco y negro es más real, disponible hasta el 26 de marzo y accesible al público durante las primeras semanas a través de visitas guiadas con reserva previa. Las imágenes también forman parte de una subasta virtual en beneficio de la ONG ...
Entre aulas con nombres de escritores y escritoras, los pasillos del Claustro de San José de Caracciolos de la Universidad de Alcalá están vestidos con una selección de 53 fotografías. Se trata de la exposición El blanco y negro es más real, disponible hasta el 26 de marzo y accesible al público durante las primeras semanas a través de visitas guiadas con reserva previa. Las imágenes también forman parte de una subasta virtual en beneficio de la ONG Reporteros Sin Fronteras.
Las piezas de la colección fueron donadas en diciembre por el creador del taller de impresión Espacio Raw, David López, tras una mudanza que las dejó sin lugar donde ser guardadas. En medio de una pandemia que ha afectado profundamente las arcas de la fundación de periodismo, López decidió ponerlas a su disposición, con el consentimiento de los fotógrafos. Con el apoyo del Departamento de Exposiciones y el Aula de Fotografía de la Fundación General de la Universidad de Alcalá (FGUA) la muestra, que incluye retratos, paisajes, fotoperiodismo y fotos experimentales, reflexiona sobre la manera en la que estas fotografías en blanco y negro apelan a la memoria, la nostalgia y proponen una mirada pausada de la realidad.
Después de que López ofreciera a Reporteros Sin Fronteras donar la colección, se editó en cuestión de dos meses un catálogo con las obras -al que se puede acceder a través de Internet-. Además, las 53 piezas de fotógrafos reconocidos internacionalmente, como Isabel Muñoz, Eduardo Momeñe, Matías Costa, Manuel Viola, y Andrea Santolaya, entre otros, fueron distribuidas a lo largo del claustro que alberga a la Facultad de Filología de la Universidad de Alcalá por Natalia Garcés, directora del Aula de Fotografía de la FGUA y coordinadora de exposiciones. Ya que el hilo conductor de la muestra venía previamente establecido -la colección de López era de fotos a blanco y negro- Garcés optó por organizarlas por categorías, lo cual invita a un repaso no solo de las técnicas fotográficas sino del estilo y de diferentes formas de mirar.
Para el director de Reporteros Sin Fronteras, Alfonso Armada, la exposición es una bendición en medio de tiempos especialmente difíciles para instituciones como la suya que dependen de donaciones y aportaciones de sus miembros. Pero, también, la colección ofrece una oportunidad para volver a pensar en el medio fotográfico y en el color, un debate eterno en el mundo de la fotografía. “Hay una foto que no está en blanco y negro y eso es un tanto paradójico. Fue un error de catálogo que se convirtió en una propuesta de última hora y de cierta manera es un guiño. Me recordó a la película La lista de Schindler, donde ese pequeño toque de color enfatiza más la potencia del blanco y negro, que tiene que ver con la nostalgia, con la memoria”, señala Armadas, recordando con sus palabras la evolución de la fotografía.
Sin embargo, su ámbito es el periodismo y es ahí donde hace su mayor defensa de la fotografía a blanco y negro, no ya como medio artístico, sino como lenguaje especialmente rico para comunicar cierta mirada hacia el mundo. “A mí como periodista me perturba mucho el ruido en el que estamos viviendo ahora mismo. El ruido de las opiniones, de las voces por todos lados, del color abrumador que creo que genera muchísima confusión. Entonces, de alguna manera, estas fotos apelan a escuchar para darnos cuenta de que la mirada pausada es importante para luego contar las historias bien. Las fotografías en blanco y negro gritan menos, hablan con voz baja y permiten que escuchemos más y mejor”, concluye Armada.
Más allá de reflexiones, todas las obras que componen la exposición podrán adquirirse en una subasta en líneas de la casa Ansorena entre el 12 y el 26 de marzo, en la cual Reporteros Sin Fronteras recibirá el precio íntegro pagado, pues no se aplicará comisión ni para la sala de subastas ni para los compradores. Para participar en la puja es necesario registrarse en su página web.
El blanco y negro es más real podrá visitarse hasta el 26 de marzo, pero, de momento, solo será accesible con visitas guiadas previa reserva a través del correo exposiciones@uah.es o llamando al teléfono 91 885 24 18, de lunes a viernes a las 13.00, y miércoles y viernes a las 19.00. Los domingos 21 de febrero y 7 de marzo, se realizarán dos visitas extraordinarias a las 11.00 y a las 12.00. Se realizará en paralelo a la muestra una mesa redonda sobre fotografía, dolor y pandemia con Eduardo Momeñe y Andrea Santolaya, moderada por Alfonso Armada, el 26 de febrero a las 18.00, así como visitas guiadas especiales con algunos de los fotógrafos.