Plazas frescas y sin cubrir en el mercado de docentes
Una convocatoria del Servicio Público de Empleo adjudica 38 de los 274 puestos ofertados de maestros de inglés
Los nervios se apoderaron de Isabel G., de 52 años con el móvil en la mano. Llamó, habló unos minutos y saltó de alegría. “¡Que es un embarazo de riesgo, que es un embarazo de riesgo!”, celebró este lunes sin control, abrazando a su madre, que no se separó de ella en toda la mañana. La imagen resultaba chocante. Pero tenía un sentido. Isabel, maestra de inglés, acababa de enterarse de que había aceptado, sin saber muy bien el qué, una plaza de sustitución “por enfermedad” que no era tal, porque resultó después que le había tocado “el gordo”. “Es por una mujer que está de pocos meses”, sonrió. ...
Los nervios se apoderaron de Isabel G., de 52 años con el móvil en la mano. Llamó, habló unos minutos y saltó de alegría. “¡Que es un embarazo de riesgo, que es un embarazo de riesgo!”, celebró este lunes sin control, abrazando a su madre, que no se separó de ella en toda la mañana. La imagen resultaba chocante. Pero tenía un sentido. Isabel, maestra de inglés, acababa de enterarse de que había aceptado, sin saber muy bien el qué, una plaza de sustitución “por enfermedad” que no era tal, porque resultó después que le había tocado “el gordo”. “Es por una mujer que está de pocos meses”, sonrió. Y ante los posibles malentendidos, matizó. “Ojo, que quiero que le vaya todo bien, que el niño salga precioso y todo eso… pero claro, significa que estará todo el embarazo en casa y luego durante la baja maternal! ¡Eso es mucho! ¡Casi todo el año!”, volvió a saltar de alegría. La jugada resultó redonda. En 24 horas deberá ocupar su nuevo puesto en el instituto Fernando de los Ríos, en Las Rozas, que además está cerquita de su casa. Y es que el tiempo apremia. Faltan profesores, de hecho, cerca de un 10% todavía no se ha incorporado a sus centros. Ayer, concretamente, se pusieron en el mercado, como si fuera una pescadería, 274 plazas de maestro de inglés de Primaria, 143 de ellas para centros bilingües. Se ocuparon 38 en total.
A las 9.00 de la mañana ya se veía la cola en la puerta de recursos humanos de la Consejería de Educación, en la calle Santa Hortensia, número 30. Los maestros soportaron el frío mañanero con sus carpetas en la mano y una certeza. Sabían que si querían, saldrían de ahí con un trabajo. Pero la duda era cómo (sería la vacante), dónde y por qué.
—¡Todos en círculo, que os voy a ir nombrando para entrar por orden, por favor!
Comenzaba de esa manera una mañana llena de nervios y muchas dudas. Un trabajador de la consejería explicó en la calle las normas, pasó lista y todos para adelante. 20 minutos después, los aspirantes a trabajar estaban sentados en dos clases diferentes, para evitar aglomeraciones. En una, los 39 primeros de la lista, los que, tras la baremación realizada por los títulos, méritos y experiencia, tenían acceso a las opciones más interesantes -para ellos-. En otra, los 25 restantes, aunque algunos se dieron cuenta de que no cumplían los requisitos y se fueron como entraron. Sin nada. En esa aula quedaron 13.
Arrancó así el mercado, por orden estipulado. Y con una oferta variada. Media jornada por aquí, un tercio por allá, una mayoría (164) de sustituciones por enfermedad —las que generan más incertidumbre, porque nadie sabe si es para cubrir un día o un año—, bajas de maternidad o las vacantes (29), la niña bonita de esta especie de subasta, pues significa que el aspirante trabajará durante todo el curso.
Al final, solo 38 personas se fueron con contrato. Porque los criterios que se tienen en cuenta para aceptar una plaza son varios. Primero, si va a durar todo el año. Segundo, si el centro con la mejor oferta no obliga a cruzar la región. Tercero, si es una sustitución, por cuánto tiempo. Las hay por covid, por cuarentena, por maternidad o por excedencia. El abanico es amplio y hay que atinar. Al final, la realidad se impone. La crisis por encontrar docentes en la Comunidad de Madrid se mantiene intacta, sobre todo para especialidades como inglés, matemáticas, economía y lengua y literatura.
Esa es la razón por la que ayer ofertaban puestos de trabajo de maestro desde el SEPE, la tercera opción a la que ha recurrido la administración. Las bolsas ordinarias se vaciaron rápido nada más empezar el periodo de contratación, en septiembre. Después llegó el turno de las extraordinarias, que se ha encontrado este año con un problema añadido: muchos han huido a otras comunidades con las mismas necesidades que Madrid, pero con sueldos con mejoras sustanciales.
Tras agotar las bolsas ordinarias y las extraordinarias, la Administración ha recurrido al paro, donde han realizado ya cinco actos públicos desde el 9 de octubre para cubrir una necesidad cada vez más acuciante debido a las bajas por coronavirus. El instituto Conde de Orgaz es un buen ejemplo: escribió el jueves pasado a la Consejería de Educación desesperado porque tenían el hueco por cubrir de 16 profesores.
“Hay que pensar cómo atajar este problema, porque vemos que es una cuestión relacionada con las condiciones laborales”, avanzó ayer Isabel Galvín, de CC OO. “Hemos propuesto que se realicen contratos durante todo el año, que las medias jornadas pasen a ser jornadas completas y que las suplencias por enfermedad también sean anuales. Así el docente se asegura que aunque uno se reincorpore va a cubrir la baja de otro, porque este curso va a ser así todo el tiempo, y muchos no aceptan los trabajos porque no les compensa dejar lo que estén haciendo por algo que genera tanta incertidumbre”.
Eso le pasó este lunes a Julia F., 44 años. Aceptó de mala gana una sustitución por una persona que se casa, por lo que le cubrirá las clases durante 15 días. “La he cogido porque está cerca de mi casa, en Ciudad Lineal, y así sigo en la bolsa. Pero me voy sin estar convencida...”. Lo mismo le pasó a Jesús R., de 43. Él decidió renunciar porque cuando le tocó elegir todo le quedaba muy lejos de casa y eran contratos muy cortos.
Más contenta se quedó María Jesús Guerrero, de 53 años, que aceptó sustituir una baja por enfermedad en el instituto García Lorca, en Alcalá de Henares. Llevaba 17 años trabajando en una empresa de plásticos y es la primera vez que va a ejercer de docente. “Estoy nerviosa por eso, no sé dónde me he metido”.
Información sobre el coronavirus
- Aquí puede seguir la última hora sobre la evolución de la pandemia
- Así evoluciona la curva del coronavirus en España y en cada autonomía
- Buscador: La nueva normalidad por municipios