La calle Velázquez será de doble sentido desde el próximo lunes por las obras en Joaquín Costa

El Ayuntamiento ha diseñado un plan de movilidad con el que hacer frente a las obras que se van a llevar a cabo para desmontar el paso elevado de la calle de Joaquín Costa. Desde el próximo lunes 20 de julio, cuando esta vía quede definitivamente cerrada al tráfico, incluidos los laterales, la calle de Velázquez pasará a ser de doble sentido. También se desviará parte del tráfico hacia la calle de Diego de León y se irán haciendo pasos de peatones provisionales según avancen los trabajos, ha anunciado esta tarde el alcalde en una visita a la zona.

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El Ayuntamiento ha diseñado un plan de movilidad con el que hacer frente a las obras que se van a llevar a cabo para desmontar el paso elevado de la calle de Joaquín Costa. Desde el próximo lunes 20 de julio, cuando esta vía quede definitivamente cerrada al tráfico, incluidos los laterales, la calle de Velázquez pasará a ser de doble sentido. También se desviará parte del tráfico hacia la calle de Diego de León y se irán haciendo pasos de peatones provisionales según avancen los trabajos, ha anunciado esta tarde el alcalde en una visita a la zona.

Las deficiencias detectadas en el paso elevado, que ha de ser desmontado de inmediato, han obligado a adjudicar las obras por un contrato de emergencia de un valor de nueve millones de euros a la empresa Dragados. La líneas de Metro de la zona descartan la posibilidad de la realización de un túnel y también queda descartado otro posible paso elevado con lo que el Consistorio prevé que se lleve a cabo una actuación en superficie, ha añadido José Luis Martínez-Almeida. Se trata, según el primer edil, de la novena calle con el tráfico más denso de la capital.

El puente que une las calles de Joaquín Costa y de Francisco Silvela sobre las glorietas de López de Hoyos y de Príncipe de Vergara sufre daños estructurales serios con riesgo de derrumbe, según el resultado de una inspección rutinaria del pasado febrero. Se observaron unas fisuras longitudinales que llevaron a un análisis más profundo de su estructura. “Está a punto de colapsar”, reconoció el fin de semana pasado el regidor.

El estudio ha concluido que la estructura ha llegado al límite de su vida útil, que se sitúa en unos niveles de seguridad “significativamente inferiores a los valores contemplados en la reglamentación vigente” y que es obligatorio su cierre inmediato a la circulación —tanto por arriba como por su paso inferior— y su posterior demolición.