Ayuso se lanza contra Vox: “Son una máquina de hacer ruido y sacar rédito político”
El primer pleno del mes de julio en la Asamblea ha estado marcado por el rifirrafe entre la presidenta y Rocío Monasterio
Pues ya ha pasado medio año. De sopetón. Y entre medias, una pandemia mundial. Los diputados de la Asamblea de Madrid, como todos, tienen una nueva línea temporal. El antes y después de Cristo se ha cambiado por el antes y después del coronavirus. La “era covid-19 y la era poscovid-19” se ha escuchado varias veces en el primer pleno de julio. La poscovid avanza. Cada vez acuden más fotógrafos y diputados a las sesiones plenarias. El bullicio de la política resurge de nuevo entre los sillones azules y morados. Y, de paso, se habla de penes y vulvas.
El día después de que Vox ...
Pues ya ha pasado medio año. De sopetón. Y entre medias, una pandemia mundial. Los diputados de la Asamblea de Madrid, como todos, tienen una nueva línea temporal. El antes y después de Cristo se ha cambiado por el antes y después del coronavirus. La “era covid-19 y la era poscovid-19” se ha escuchado varias veces en el primer pleno de julio. La poscovid avanza. Cada vez acuden más fotógrafos y diputados a las sesiones plenarias. El bullicio de la política resurge de nuevo entre los sillones azules y morados. Y, de paso, se habla de penes y vulvas.
El día después de que Vox entregara la presidencia de la comisión de reconstrucción a los partidos de izquierda con sus dos votos en blanco, la portavoz del partido, Rocío Monasterio, habló del cuerpo humano. La política madrileña tiene estas cosas. Tan pronto se habla de Venezuela, como de la banda terrorista ETA, como de anatomía.
“Quiero aprovechar el día”, ha observado Monasterio, “para felicitar al PSOE y a la vicepresidenta Carmen Calvo. Por fin, después de unos cuantos años, han reconocido lo que ya sabe hasta un niño de cinco años. Que los niños tienen pene y las niñas tienen vulva”. Las mediascaras del resto de diputados eran un poema. Las mascarillas favorecen que las muecas no se vean, pero hay diputados que son capaces de hablar con los hombros, como el portavoz de Ciudadanos, César Zafra, que negaba con la cabeza y sonreía con la clavícula.
Monasterio no ha entrado a valorar esta parte del cuerpo de su adversario y ha proseguido con su discurso. “El PSOE ha admitido que la autodeterminación de género vulnera los derechos y libertades de todos los españoles. Ahora que el PSOE ha cambiado de posición, ¿va a cambiar las leyes autonómicas que se motivan en la autodeterminación de género o va a tener miedo de que le digan homófoba?”, se ha preguntado.
La presidenta Ayuso ha cortado el debate ipso facto. “¿Se cree usted que esto es lo que toca ahora mismo?”, ha contestado. “¿No van por la calle y ven la cantidad de negocios que cierran?, ¿está todo tan bien? Vox no tiene generosidad. Estos debates solo dividen. Hacen feliz a Pedro Sánchez. Son ustedes una máquina de hacer ruido para ganar rédito político”. El discurso de Ayuso sorprende. Nunca había atacado con tanta virulencia al partido que ha permitido que ella se siente en la Puerta del Sol. Hace un mes, dicho sea, también se cerraban negocios, pero la presidenta planteaba un clima hostil… a Podemos. Su frase del pleno abrió telediarios: “Son ustedes peores que el virus”. 30 días después, el clima cordial volvió a la Asamblea. La era poscovid.
La diputada de Unidas Podemos, Isabel Serra, ha preguntado a Ayuso por sus planes LGTBI en la semana del orgullo. La cuestión de Serra llevaba un caballo de Troya dentro. El Gobierno regional volvió a dividirse esta semana. El vicepresidente, Ignacio Aguado, colgó una bandera en el edificio de la Vicepresidencia, a solo 200 metros del despacho de Ayuso en la Puerta del Sol. Aguado invitó a la presidenta a hacer lo mismo el lunes y el martes, pero ella declinó hacerlo amparándose en la sentencia del Supremo, que establece que solo podrán colgarse banderas no oficiales en los edificios públicos. Aguado, pese a todo, la puso en el suyo, que también es del Gobierno.
“Madrid ha sido uno de los lugares más libres del mundo en las últimas décadas”, ha respondido la presidenta a la diputada de Unidas Podemos. “Esto lo hace posible la Constitución y las fuerzas y cuerpos a las que ustedes agreden”. Ayuso ha citado sin mencionar la sentencia contra la diputada de Podemos: condenada a 19 meses de prisión por atentado a la autoridad durante un desahucio en Lavapiés en 2014.
La presidenta ha seguido hablando de la libertad y de los gobiernos del PP. Ha resaltado que esta semana los populares cumplen un cuarto de siglo en el poder: 25 años. Tantos, que ni ellos se acuerdan de los presidentes que han tenido. Las redes sociales del PP madrileño omiten las fotos de Ignacio González, Pedro Rollán y Ángel Garrido.
La Asamblea exige que se “medicalicen” las residencias
La Asamblea de Madrid aprobó ayer por unanimidad una proposición no de ley (PNL), no vinculante, que exige al Gobierno de Ayuso a “medicalizar” las residencias de mayores con “personal sanitario y medios suficientes”.
Todos los partidos han votado a favor. El Gobierno, formado por PP y Ciudadanos, ha sumado su voto favorable a esta iniciativa presentada por Unidas Podemos. La iniciativa define la medicalización como “la modificación del uso de los centros residenciales de mayores, por el tiempo necesario, para su utilización como espacios para uso sanitario”.
5.811 personas han fallecido por coronavirus o con sospecha hasta el momento en los 710 centros residenciales de la Comunidad.
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