¿A quién votaría su perro en las elecciones?

En un país que tiene el triple de mascotas que de menores de 12 años, la sensibilidad animalista atraviesa la mayoría de los programas políticos, aunque todavía no es decisiva para el voto

La ministra de Educación, Pilar Alegría, visitaba el domingo la protectora de animales Asproan en Santander.ROMÁN G. AGUILERA (EFE)

Si su perro pudiera votar el domingo, quizá apostaría por el partido que le asegurara mejores parques caninos, acceso al transporte público o a las playas en verano o que le prometiera acabar con los ruidosos fuegos artificiales. Como no lo hace, estas y otras propuestas recogidas en los programas de diferentes partidos para las elecciones autonómicas y municipales —desde tarifa plana veterinaria a unidades de la policía c...

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Si su perro pudiera votar el domingo, quizá apostaría por el partido que le asegurara mejores parques caninos, acceso al transporte público o a las playas en verano o que le prometiera acabar con los ruidosos fuegos artificiales. Como no lo hace, estas y otras propuestas recogidas en los programas de diferentes partidos para las elecciones autonómicas y municipales —desde tarifa plana veterinaria a unidades de la policía centradas en los animales— van dirigidas a los dueños de los alrededor de 9,3 millones de perros y 5,8 millones de gatos que hay en España (según estimaciones de la patronal de piensos Anfaac). Esos más de 15 millones de mascotas —a los que se suman otros tantos entre peces, pájaros, reptiles y roedores— casi triplican el número de menores de 12 años (5,5 millones, según el INE) y la mayoría de los españoles los consideran miembros de su familia, por lo que la sensibilidad animalista se ha convertido ya en transversal en muchos de los programas políticos, aunque todavía no es decisiva para el voto.

“Se ha hecho un trabajo estatal con la ley de bienestar animal que ha puesto las cuestiones animales en el centro del debate público, y ahora tanto la gente que está a favor como los detractores tienen un mensaje respecto a la protección animal”, resume Sergio García Torres, director general de Derechos de los Animales. “En los ayuntamientos y comunidades ya no hay partido político que no tenga un mensaje en este tema, porque al final quien se ocupa de estas cosas en el día a día son los consistorios y la administración más cercana”, prosigue. De hecho, numerosos candidatos se han fotografiado abrazando perritos, visitando parques caninos o hablando con electores que llevaban mascotas. García Torres lo ejemplifica en su caso: “Soy una de las personas de Unidas Podemos a las que más se ha reclamado para acudir a actos electorales por toda España en esta campaña”.

Su formación incluye medidas a nivel estatal como eliminar toda financiación pública para espectáculos con animales, cambiar los espectáculos pirotécnicos —que tanto molestan a los perros y a personas vulnerables— por otros con más luminosidad y menos ruido, creación de concejalías u organismos específicos para los animales o la gestión ética de animales urbanos. En Mislata (Valencia) prometen crear un veterinario municipal, mientras en Sevilla, Málaga y Palma de Mallorca apuestan por reconvertir las calesas de caballos en eléctricas y regular su uso con temperaturas altas.

En sus distintos programas, el PSOE también incluye medidas animalistas: en la Comunidad Valenciana propone elaborar un protocolo de protección animal para situaciones de emergencia; en Melilla, terminar con los fuegos artificiales, construir un crematorio para estos animales —algo que también promete allí el PP— y lograr camarotes acondicionados para perros en los ferris que cruzan el Mediterráneo. En Cádiz, el partido incluso ha editado un folleto sobre bienestar animal que incluye medidas como la instalación de más parques caninos con circuitos agility (deporte canino consistente en superar obstáculos), un banco de ADN canino para imponer sanciones por no recoger excrementos y una mejora de los parques para mascotas.

Esta sensibilidad no ha llegado a Vox, que comparte un mismo programa municipal para toda España, pero sí al Partido Popular: en la Comunidad Valenciana, Murcia y Baleares, el PP ofrece una deducción fiscal para gastos veterinarios obligatorios, como vacunas o microchip. En la primera comunidad, además, propone crear una tarifa plana veterinaria voluntaria anual de 50 euros, montar un servicio urgente de 24 horas para recoger animales que necesiten ayuda, delimitar espacios de ocio caninos en la playa y reservar espacio en los cementerios para mascotas. El PP de Santiago creará una guía petfriendly para publicitar los comercios que admitan mascotas y el de Vigo quiere reconvertir el zoo en un espacio “natural, educativo y de ocio”.

Los animales importan cada vez más en las campañas políticas, por eso cada vez hay más propuestas para ellos, pero todavía no ocupan el lugar que les corresponde”, señala Nuria Máximo, directora de la Cátedra Animales y Sociedad de la madrileña Universidad Rey Juan Carlos (URJC). “Con la nueva ley de protección animal, los municipios tienen mucho que decir: registros de mascotas, gestión de las colonias felinas, planes de emergencia para animales… Tienen que explicar cómo lo van a hacer, cuánto dinero van a invertir en ello, y la mayoría no lo hacen”, prosigue.

Espacios públicos para perros

Coincide José Miguel Doval, presidente de la Real Sociedad Canina de España: “Con el número de animales que hay, se deberían tener más en cuenta las propuestas para ellos a la hora de votar, pero creo que todavía no se hace”. En su opinión, “lo más importante para las personas que tienen perros debería ser que se garantizaran espacios públicos para poder ir con ellos, acceso al transporte público sin restricciones, y permitir que puedan entrar en libertad a los parques en ciertos horarios, como ya pasa en otros países. Porque la mayoría de los pipicanes y espacios caninos de las ciudades son espacios muy reducidos, sucios y abandonados”. Casi todos los partidos contemplan mejorar estas zonas, que generan muchas críticas entre los dueños, mientras que el PP murciano propone que las mascotas puedan viajar con sus dueños en el transporte público regional (algo que ya es posible en Barcelona y Madrid, con ciertas restricciones).

Nuria Máximo también aboga por formar a la policía local para que persiga el maltrato animal con el nuevo Código Penal —el PP valenciano promete crear la primera unidad de la policía autonómica especializada en abandono y maltrato animal— y habilitar zonas en las playas para acudir con los perros, algo que la mayoría de los ayuntamientos prohíbe en verano. “Somos un país muy turístico, vienen muchos extranjeros con sus mascotas, ¿por qué no podemos compartir las playas con ciertas normas? Si queremos combatir el abandono, no hay que poner trabas a la convivencia con animales”, resume la experta. El PSOE de Ceuta, por ejemplo, promete que habrá zonas de playa para mascotas, algo que comparte el de Cádiz (pero solo fuera de la temporada veraniega).

García Torres, de Derechos de los Animales, cree que las candidaturas municipales “deben avanzar en la creación de mesas de protección animal, para coordinar el trabajo de los ayuntamientos con el de las protectoras, que son las que trabajan día a día en este ámbito”. Es una propuesta que lleva Unidas Podemos a nivel estatal, y que de una forma u otra recogen PP y PSOE en algunos de sus programas, que apuestan por mayor colaboración con las protectoras. Otras cuestiones que más se repiten son la esterilización de los gatos callejeros —que deben hacer los consistorios y entrará en vigor en septiembre, cuando lo haga la ley de protección animal—, la mejora de los centros de rescate de animales abandonados y la potenciación de terapias con animales para personas vulnerables o víctimas de violencia machista. Los animales no votan, pero está claro que también están en campaña.

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