El intenso croar de las ranas de Aguirre

Tres grandes tramas de corrupción anidaron en la Comunidad de Madrid durante lustros y mantienen a dos expresidentes imputados

Francisco Granados e Ignacio González (en el centro) aplauden a Esperanza Aguirre en el debate de investidura para presidir la Comunidad de Madrid en 2011.GORKA LEJARCEGI
Madrid -

8 de abril de 2010:

—¡Yo —se señala con el dedo la presidenta Esperanza Aguirre— destapé la Gürtel!

Y la exclamación parte a la Asamblea de Madrid. Mientras la oposición se troncha de risa en sus escaños, la bancada popular jalea a la lideresa del PP. Allí están, sentados a la derecha de la poderosa Aguirre, Ignacio González y Francisco Granados, que se rompen las manos a aplaudir. Qué imagen. Lógico. Tenían experiencia. Para entonces, ambos ya sabían del esfuerzo y mérito que requiere ...

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8 de abril de 2010:

—¡Yo —se señala con el dedo la presidenta Esperanza Aguirre— destapé la Gürtel!

Y la exclamación parte a la Asamblea de Madrid. Mientras la oposición se troncha de risa en sus escaños, la bancada popular jalea a la lideresa del PP. Allí están, sentados a la derecha de la poderosa Aguirre, Ignacio González y Francisco Granados, que se rompen las manos a aplaudir. Qué imagen. Lógico. Tenían experiencia. Para entonces, ambos ya sabían del esfuerzo y mérito que requiere descubrir tramas de corrupción, como Lezo y Púnica, aunque sea presuntamente para participar de ellas.

En esta Comunidad, gobernada por los populares sin interrupción desde 1995, resulta sencillo encontrar imágenes que simbolicen la corrupción. Lo difícil es elegir una entre tantas. Instantáneas no faltan. Ya sea esa fotografía de los fajos de billetes de 500, 200 y 100 euros apilados sobre la cama tras encontrarlos en un maletín oculto en un altillo de la casa de los suegros de Granados, exsecretario general del PP, exconsejero y hombre de confianza de Aguirre —“En mi dormitorio entra tal cantidad de gente...”, se excusó el suegro sobre el casi millón de euros que sumaban—.

O ese momento en el que el empresario Rafael Palencia detalla en el despacho de Ildefonso de Miguel, entonces gerente del Canal de Isabel II y mano derecha del entonces vicepresidente González, cómo paga mordidas al PP a cambio de obras y cómo quería también parte del pastel de la empresa pública —un encuentro grabado a escondidas por el propio De Miguel—. La compañía de Palencia se dedicaba, por cierto, al saneamiento y depuración de aguas residuales. Conocía lo turbio.

Billetes de 500, 200 y 100 euros hallados en un maletín de Francisco Granados encontrado en el altillo de casa de sus suegros.Guardia Civil.

Hasta la colocación de la primera piedra de la nunca acabada Ciudad de la Justicia se encuentra bajo sospecha: el magistrado José de la Mata procesó el pasado noviembre a Alfredo Prada, también vicepresidente con Aguirre, por irregularidades en los contratos para la puesta en marcha del macrocomplejo. Entre otras cosas, el juez escribe que “el simple acto” para colocar esa piedra en enero de 2007 tuvo un gasto “desproporcionado”: “Nada menos que 1,2 millones de euros”. A la cara foto, por supuesto, no faltó la presidenta que “destapó” Gürtel. La Fiscalía pide para Prada ocho años de cárcel.

El exconsejero Alfredo Prada durante el acto de presentación de la primera piedra del Campus de la Justicia. A su espalda, en el centro, Esperanza Aguirre.LUIS SEVILLANO

Tres grandes tramas de corrupción anidaron en la Comunidad durante las últimas décadas: Gürtel, Lezo y Púnica. Y en todas ellas participaron —en el caso de algunos, aún hay que decir supuestamente— miembros del Gobierno regional, además de diputados autonómicos, alcaldes y asesores. En opinión de un abogado que ha estudiado al detalle las tres causas, dos claves explican la capacidad de la autonomía para atraer a estas redes. Primero, su “potencia de tiro” a la hora de adjudicar obra pública. Es decir, la ingente cantidad de millones que mueven la Administración regional y los Ayuntamientos. Y segundo, su “cercanía” al poder económico. “En otras provincias puede que los presidentes y alcaldes se crucen alguna vez con los grandes empresarios. Pero aquí es constante. Conviven y se cruzan en los mismos sitios”.

Con el viento a favor de las encuestas para el 4-M, el PP hace años que da por amortizado el coste electoral que le supuso la corrupción. En el debate electoral a seis del miércoles, por ejemplo, apenas se mencionó. Pero, por resumir y a modo de ejemplo, Gürtel ya suma como condenados a dos exalcaldes, un exconsejero (Alberto López Viejo), un viceconsejero... Además, en septiembre está previsto que comience la vista oral sobre la parte de la trama que operó en Boadilla del Monte —unas pesquisas donde otro exdiputado del PP, Alfonso Bosch, confesó su participación hace apenas unas semanas: El Bujías o El Neveras, dijo que le llamaban a él—. También queda pendiente el juicio de la línea de investigación sobre Arganda del Rey.

Por su parte, en Púnica, se hallan imputados, entre muchos otros, Esperanza Aguirre, a quien el juez Manuel García-Castellón sitúa en la cúspide; Ignacio González, procesado también por el caso Lezo; los exconsejeros Granados, condenado ya a dos años de cárcel por una de las partes de la trama; Salvador Victoria; Lucía Figar; José Güemes; Gador Ongil; Manuel Lamela y Borja Sarasola; y Beltrán Gutiérrez, exgerente del PP de Madrid.

Es 12 de febrero de 2016 y Aguirre, madrina política de la actual candidata popular Isabel Díaz Ayuso, pronuncia otra de esas frases que le persiguen.

—Solo dos de los más de 500 altos cargos que he nombrado a lo largo de mi vida política me han salido ranas.

Realmente, alguno más.

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