La contundente victoria del PSC debilita a Colau en Barcelona
Los socialistas arrasan en Nou Barris y los comunes quedan relegados a cuarta fuerza en la ciudad, lejos de los tres primeros
El PSC está exultante en Barcelona. Los socialistas ganaron el domingo en la capital catalana unas elecciones al Parlament 18 años después. Con la participación desplomándose un 32% y los otros partidos perdiendo votos, ellos han ganado un 10%. En cambio, los ...
El PSC está exultante en Barcelona. Los socialistas ganaron el domingo en la capital catalana unas elecciones al Parlament 18 años después. Con la participación desplomándose un 32% y los otros partidos perdiendo votos, ellos han ganado un 10%. En cambio, los comunes, sus socios de gobierno municipal que lidera la alcaldesa Ada Colau, solo han podido salvar los muebles. El resultado no afectará a la coalición, aseguran fuentes de ambas formaciones, pero el resultado debilita a Colau.
En Comú Podem aguanta y ha perdido votos en el mismo porcentaje que cayó la abstención: un 33%. Pero con 57.000 votos, quedan en cuarta posición y se descuelgan de los tres partidos que superan de largo los 110.000 votos (PSC, ERC y Junts). Sus socios socialistas les más que duplican en sufragios al lograr 146.400.
Cuando faltan solo tres meses para el ecuador del mandato en el Ayuntamiento, y aunque los escenarios y los votos cambian entre las elecciones municipales y autonómicas, el PSC se ve fuerte para lanzar al número dos del gobierno municipal y líder socialista en la ciudad, Jaume Collboni, a ganar la alcaldía en los próximos comicios.
Los comunes son la tercera fuerza en un solo distrito de la ciudad, Nou Barris; y se sitúan como cuarta fuerza en siete distritos. Varias voces de Barcelona en comú, el embrión municipal de En Comú Podem, alertan del riesgo de perder definitivamente las zonas que les auparon a la alcaldía. “En 2015 ganamos en los barrios; en las de 2019 ya los perdimos a favor del PSC. El riesgo de erosión es grave. Si no aplicamos correctivos en la política municipal a la luz de estos resultados, no podremos evitar que los socialistas se consoliden y Vox entre con fuerza”, afirma un destacado miembro de los comunes. “Estamos acostumbrados a presumir de las políticas que hacemos en Barcelona y las vendemos como replicables, pero paradójicamente perdemos apoyo progresivamente en la ciudad”, alerta.
”Falta de autocrítica”
Otra voz alerta de la “falta de autocrítica” interna y ve un error decisiones como elegir como número dos de la lista al exdirigente de CC OO, Joan Carles Gallego. “Es que solo hemos ganado en una sección censal de toda la ciudad”, observa con malestar la primera de las fuentes. La ciudad tiene 1.068 secciones censales. Vox ha ganado en tres.
Otras fuentes de los comunes leen el resultado de forma diferente. Admiten que hay “preocupación” pero aseguran que “firman” con el resultado del domingo: entre el efecto [Salvador] Illa y el debate nacional, dicen, no lo tenían fácil y esperaban un descalabro. “Podría haber sido mucho peor”, suspira otra voz. Las dos fuentes mantienen que el cuarto puesto en las autonómicas “no presupone nada” en vistas a otras citas electorales. De momento, se contentan con haber aguantado, celebran el papel de la candidata Jessica Albiach y no parece que la organización haya bajado a analizar el detalle de los resultados en la ciudad que es el origen de todo en el partido.
Mientras, la euforia ha tomado el ambiente en las filas socialistas. En las últimas horas el emoticono de una rosa ha vuelto a los mensajes de Whatsapp que corren de móvil en móvil entre políticos, técnicos y militantes del partido. Un cargo del PSC en el Consistorio asegura que en el partido había “ganas de ganar, en el sentido de que apetecía y también de que había hambre de ganar”. Y cree que con la misma “actitud” pueden lograr que el actual primer teniente de alcalde, Jaume Collboni, ostente la vara de mando de la capital catalana en el futuro.
La victoria es muy contundente y bebe de varios perfiles entre los progresistas no independentistas de la ciudad: las clases populares y las medias. De la Vila Olímpica a Nou Barris”, resume. En Nou Barris, el distrito de menor renta, el PSC se ha impuesto en todos los barrios. Y en Ciutat Meridiana triplica a los comunes. Otra fuente del partido, ya veterana, es más prudente y no se muestra “partidaria de extrapolar resultados de unos a otros comicios, porque hay muchos condicionantes”.
Gobierno cohesionado
Mientras, ni en un partido ni en el otro ninguna voz cuestiona el buen funcionamiento del gobierno municipal. Siempre ha habido diferencias, convienen, pero se gestionan bien, apuntan ambos. Y no es menor el hecho de que los dos socios defienden un pacto progresista en la Generalitat: como el de la ciudad y como el del Gobierno de coalición del PSOE y Unidas Podemos en la Moncloa. Un escenario que admiten que es “difícil”. “El gobierno de la ciudad es lo que menos nos preocupa, porque los dos partidos perseguimos lo mismo”, asegura un miembro de la cúpula de los comunes.
Falta ver qué ocurre con el ganador de las elecciones autonómicas del domingo, Salvador Illa. Los comunes siguen apostando por un tripartito con ERC, como reclamaron en Barcelona cuando en las municipales perdieron en votos ante los republicanos, aunque empataron en concejales. El desenlace en el futuro Gobierno catalán condicionará seguro hasta qué punto o hasta cuándo los socialistas surfean la ola de satisfacción que ha invadido el partido. El escenario es difícil, coinciden en ambas formaciones. “Pero no imposible”, afirman también voces socialistas y de los comunes. “Si no, es evidente que la euforia sé diluirá, es inevitable”, apostilla la fuente que pedía prudencia. “Pero nunca se sabe”, matiza: “A nosotros también nos dieron por muertos”.