El PP se enreda en los pactos con Vox en cuatro comunidades tras el escándalo valenciano

Extremadura, Aragón y Murcia siguen sin acuerdo, mientras en Baleares se incluye la lucha frente a la violencia “contra las mujeres” e “intrafamiliar”, sin mencionar la machista, en el borrador de pacto

Borja Sémper (a la izquierda), portavoz del comité de campaña del PP, conversaba el lunes con el líder del partido, Alberto Núñez Feijóo (en el centro), durante un acto en Madrid. Al fondo, Elías Bendodo, su coordinador general. Foto: THOMAS COEX (AFP) | Vídeo: EPV
Madrid -

En cuestión de horas, el PP de Alberto Núñez Feijóo resolvió la semana pasada el acuerdo para que entre Vox en el Gobierno de la Comunidad Valenciana. Así, logró el sábado la alcaldía en 23 de las grandes ciudades del país gracias al partido ultra, a pesar de que en 17 de ellas había ganado el PSOE. Ahora, los populares intentan minimizar al máximo el alcance de esos pactos con la...

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En cuestión de horas, el PP de Alberto Núñez Feijóo resolvió la semana pasada el acuerdo para que entre Vox en el Gobierno de la Comunidad Valenciana. Así, logró el sábado la alcaldía en 23 de las grandes ciudades del país gracias al partido ultra, a pesar de que en 17 de ellas había ganado el PSOE. Ahora, los populares intentan minimizar al máximo el alcance de esos pactos con la extrema derecha para no perjudicar al líder en las elecciones generales del 23-J. El candidato de Vox, Santiago Abascal, se niega a convertirse gratis en el “coche escoba” del PP, menos ahora, que su partido es básico para gobernar en algunas comunidades autónomas. Abascal reiteró el lunes que si el PP de esos territorios no le deja otra opción, y citó Murcia y Extremadura, les achacarán a ellos la repetición de las elecciones. Por su parte, Feijóo intentó reducir la importancia de la colaboración con Vox a “cuatro o cinco Ayuntamientos”, aunque a última hora del lunes, el PP acordó dar a Vox la presidencia del Parlamento balear, que se constituye el martes. Ambos partidos también marcaron líneas básicas para continuar la negociación, entre ellas la lucha contra la denominada en el acuerdo como violencia “contra las mujeres” e “intrafamiliar”, sin mencionar nunca la “violencia machista”.

El PP de Feijóo ya no tiene otro partido con el que negociar que no sea Vox, tras la desaparición de Ciudadanos y dada su pésima relación con los nacionalismos moderados en Euskadi y Cataluña. Prácticamente todas las encuestas le conceden una espectacular subida en las urnas el 23-J, pero lejos de los 176 escaños de la mayoría absoluta. Feijóo insiste ―el lunes lo hizo otra vez― en que quiere gobernar en solitario “porque los ciudadanos están hartos de bandos” y porque pretende despegarse de Vox y Abascal, que no de sus votantes.

El líder popular avaló el pacto exprés en la Comunidad Valenciana de Carlos Mazón, que no se repitió, sin embargo, en Valencia capital. Y en su comité de dirección hay responsables que incluso justifican el polémico acuerdo valenciano como “una maniobra para demostrar que no pasa nada por colaborar con Vox, aunque se genere mucho ruido, que, por otra parte, puede evitar mucha abstención y que se incremente el voto al PP”. Otros responsables populares no querrían saber nada de Vox hasta el 24 de julio, una vez celebrados los nuevos comicios generales.

En medio de ese puzle, el fin de semana la dirección nacional del PP permitió todo tipo de alianzas, por supuesto en muchos municipios con Vox, pero también con otras fuerzas locales. El criterio general fue forzar la caída de los regidores del PSOE, excepto en Barcelona capital y en Vitoria, para poder contraponer su responsabilidad de Estado a lo que presumen que harían los socialistas.

Pero el reguero de pactos y negociaciones no ha terminado. Este martes deben constituirse las mesas de algunas asambleas regionales, por ejemplo, en Extremadura, donde se hace imprescindible la colaboración con Vox para gobernar y no volver a las urnas. Pero allí ambos partidos no se entienden y casi ni se reúnen.

El lunes, Feijóo no quiso entrar al detalle de cómo transcurren esas complejas negociaciones, cuya responsabilidad en su equipo intentan trasladar a los territorios. Sí presumió, en cambio, de que el PP triplicó su número de alcaldías tras la constitución de los ayuntamientos españoles del sábado, y añadió entonces que la relevancia de Vox había sido muy escasa, limitando los pactos a cuatro o cinco consistorios. En realidad, los pactos con el partido ultra se alcanzaron en 23 en ciudades de más de 50.000 habitantes. Vox cifra su inclusión en gobiernos locales en más de 140 localidades por toda España.

El líder de Vox, Santiago Abascal, en el programa de Ana Rosa Quintana en Telecinco, el lunes.

Abascal no tiene ningún problema en repetir todos los días su exigencia al PP de que Vox ahora quiere cogobernar, sobre todo donde son determinantes, porque considera que el resultado del 28-M ha ratificado “un mandato” para que ambos partidos se entiendan en su objetivo de desplazar de los gobiernos a los socialistas. Y remacha, en tono de advertencia a Feijóo y a sus interlocutores territoriales, que provocar repeticiones electorales sería “un disparate”.

En Extremadura, la Mesa de la Asamblea regional debe constituirse este martes antes de las 10.00. Los negociadores de PP y Vox se reunieron el lunes durante 45 minutos. El PP llevó una hoja con 15 puntos a discutir en la que empezó por ofrecer la presidencia de ese Parlamento para que la popular María Guardiola gobernase en solitario. Vox lo rechazó. Jorge Buxadé, el vicesecretario nacional de Acción Política de la formación ultra, reiteró en Madrid que exigen entrar en el ejecutivo autonómico extremeño.

El PSOE ganó en votos en Extremadura el 28-M, al lograr 28 escaños (seis menos que en los comicios anteriores), pero la suma de PP (28) y Vox (5) alcanza la mayoría absoluta. Tras el fracaso de las negociaciones el lunes, el PP no ha dado públicamente por rotos los contactos con Vox. Los populares esperan que el partido de ultraderecha recapacite, pero alertan: “Si no aceptan, nos iremos a elecciones”. Abascal replica prácticamente lo mismo.

En Baleares, tras conocerse el lunes la marcha del líder de Vox, Jorge Campos, para concurrir como cabeza de lista al Congreso, PP y Vox acordaron que la presidencia del Parlamento recaiga en el partido ultra. La mesa de la Cámara se constituye este martes a las 11 de la mañana. Al PP le basta con la abstención de Vox para gobernar, porque no hay una mayoría alternativa de izquierdas. Los populares en solitario suman 26 diputados y la izquierda entera, 25. Cuando se oficializó el acuerdo en la Comunidad Valenciana, en Vox afirmaron que ese era “el camino a seguir” pero el PP ha mantenido en todo momento que gobernará en solitario. Esas negociaciones siguen enfrentadas y, según algunos medios, el escollo principal está en materia lingüística.

En el acuerdo alcanzado para otorgar a Vox la presidencia de la Mesa, que especifica que el PP ocupará una de las dos vicepresidencias y también una de las dos secretarías, se marcan “líneas fundamentales” para la negociación. Estas contemplan derogar “normativas […] que ataquen la unidad de la nación” y las que “supongan una imposición lingüística”, dedicar a la familia “una especial atención” y reducir las listas de espera. En un apartado sobre “protección de la mujer”, el texto se refiere a las “víctimas de violencia intrafamiliar”, sin mencionar la “violencia machista”, y recoge varias de las propuestas difundidas el lunes por Vox, pero cuya decisión última no depende del Ejecutivo autónomo: instar al Gobierno central a que identifique “a los violadores que han salido en libertad gracias a la ley del solo sí es sí” o la petición al Congreso para que “exija responsabilidades políticas a quienes han colaborado en la puesta en libertad de esos agresores a mujeres”.

En Murcia, el PP obtuvo 21 diputados, quedándose a solo dos de la mayoría absoluta. Le bastaría con la abstención de Vox, que tiene nueve representantes, para investir presidente de Fernando López Miras. Esa es la fórmula a la que han venido apelando los populares desde el 28-M, argumentando que no hay un Gobierno alternativo viable (el PSOE tuvo 13 escaños y Podemos, dos). Vox insiste en que no “regalará” sus votos y su líder regional, José Ángel Antelo, ha reconocido que solo se ha producido un encuentro entre las dos fuerzas, el 12 de junio, dos días antes de la constitución de la Asamblea Regional. Vox reclamaba esa presidencia de la Cámara y el PP se la negó.

Este martes, el candidato del PP y ganador en Aragón, Jorge Azcón, cerrará la primera ronda de contactos reuniéndose con el Partido Aragonés (PAR), con IU y Podemos. El encuentro con los aragonesistas es clave porque, aunque solo tienen un diputado, su voto a favor podría inclinar la balanza para que Azcón pudiera investirse con una mayoría simple, tras haber rechazado el PP incluir a Vox (7) en su Gobierno, con quien sí alcanzaría de sobra la mayoría absoluta (34). Y todo parece indicar que Alberto Izquierdo (PAR) puede decirle que sí, ya que, en declaraciones a la SER, aseguró que mientras “sea secretario general del PAR, su voto nunca será la abstención, será sí o no”. Si el PAR apoya la investidura de Azcón, teniendo ya la abstención de los de Aragón Existe (3), el PP conseguiría 29 votos a favor frente a los 28 que suman el PSOE (23), CHA (3), IU (1) y Podemos (1). De esta manera, aunque el PP no tendría 34 necesarios para la mayoría absoluta, sí podría sortear a Vox. Azcón quiere volar solo y así lo ha manifestado cada vez que le han preguntado.

Con información de Manuel Viejo, Lucía Bohórquez, Virginia Vadillo y Eva Pérez Sorribes.

Si no puede ver el documento del acuerdo de PP y Vox sobre la Mesa del Parlamento balear, pulse aquí:

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