Si yo fuera presidente... “Andalucía no debería ser nunca el trampolín hacia otro sitio”
Desde un joven que vota por primera vez hasta un jubilado de 99 años, el actor Antonio de la Torre, el cómico Manu Sánchez o el cantaor Arcángel. Andaluces anónimos y conocidos explican sus inquietudes y esperanzas para el 19-J
Juan Sánchez tiene 19 años y estas serán las primeras elecciones en las que ejerza su derecho al voto. Ángel Garzón tiene 99 y no habrá nada que el próximo domingo le impida salir de su residencia para ir a votar. Entre estos dos extremos, Lorena López, autónoma; Alejandro Mikael Galván, repartidor trans; Nadia Azougagh, activista de origen marroquí; Manu Sánchez, cómico y empresario cultural; el cantaor Arcángel y Antonio de la Torre, act...
Juan Sánchez tiene 19 años y estas serán las primeras elecciones en las que ejerza su derecho al voto. Ángel Garzón tiene 99 y no habrá nada que el próximo domingo le impida salir de su residencia para ir a votar. Entre estos dos extremos, Lorena López, autónoma; Alejandro Mikael Galván, repartidor trans; Nadia Azougagh, activista de origen marroquí; Manu Sánchez, cómico y empresario cultural; el cantaor Arcángel y Antonio de la Torre, actor, son otros seis de los más de seis millones de andaluces que están llamados a las urnas el 19-J. Todos acudirán a sus colegios electorales conscientes de lo mucho que se juega la comunidad. La mayoría lamenta la falta de debate y propuestas de esta campaña y, más allá de sus preferencias políticas, coinciden en la importancia de que el futuro presidente o presidenta priorice Andalucía por encima de otros intereses.
Juan Sánchez, estudiante, 19 años. “Me gustaría que el andalucismo cogiera más fuerza”
Juan Sánchez es un joven granadino de 19 años que estudia segundo de Ingeniería Informática en la Universidad de Granada y que se enfrentará a las urnas por primera vez el domingo, algo que también les ocurrirá a alrededor de otros 300.000 andaluces. Sánchez es lector habitual de periódicos. Muestra un escepticismo cauto. “En estas elecciones se repetirán los resultados de las anteriores, aunque lo que me gustaría es que el andalucismo cogiera un poco más de fuerza”.
Lorena López, autónoma, 30 años. “Cruzar Andalucía es recorrer el lejano Oeste”
A Lorena López, de 30 años, le faltan horas en el día. Nacida en Jaén, pero residente en La Cala del Moral (Rincón de la Victoria, Málaga) trabaja en el sector de la comunicación por cuenta propia. Cree que hay poco ambiente electoral en Andalucía “más allá de las polémicas de Macarena Olona, las peticiones de Juan Espadas para que la ultraderecha no entre en la Junta o a Juanma Moreno respondiendo”. Pide al futuro presidente o presidenta que su mandato lo ejerza desde la transparencia. “Los andaluces hemos pecado de ingenuos mucho tiempo. No nos pueden seguir tomando por tontos”, explica la comunicadora, que cree que una de las prioridades del futuro Gobierno debe ser el empleo juvenil y el apoyo a los emprendedores. Si ella fuera presidenta, daría especial importancia a la regulación del mercado de la vivienda. También afrontaría una renovación de las infraestructuras. “Málaga está muy bien comunicada, pero mira Jaén, Huelva o Almería. Cruzar Andalucía es recorrer el lejano Oeste”, concluye.
Alejandro Mikael Galván, repartidor, 32 años. “Espero que nuestros derechos LGTBIQ no estén en peligro”
Cuando Alejandro Mikael Galván hizo su transición como chico transgénero, en 2015, se libró “por poco” de que su proceso fuese mucho más complejo. La Ley 2/2014 de Andalucía le evitó tener que ir desde su San Fernando natal (en Cádiz), hasta Málaga, único centro de referencia entonces para las personas transexuales andaluzas. Con todo, no se libró de un test psicológico que aún le sonroja. “Me preguntaron si me gustaban las revistas de mecánica”, recuerda con gesto contrariado. Desde entonces, sostiene que “poco ha cambiado” en la comunidad para el colectivo. “En todo caso, todo va de mal en peor y más para nosotros”, denuncia el joven de 32 años, integrador social que hoy trabaja como repartidor de comida a domicilio en Dos Hermanas (Sevilla), al igual que su novia.
Galván cree que, en estos cuatro años, la Junta de Andalucía del PP y Ciudadanos ha avanzado “muy poquito” en sus políticas LGTBIQ+, pese a que en su momento la comunidad fue de las primeras en tener leyes en contra de la discriminación del colectivo.
Su preocupación es que una próxima legislatura acabe en retroceso de derechos para las personas LGTBIQ+: “Espero que nuestros derechos no estén en peligro, pero tenemos al enemigo en casa, que es Vox, que se aprovecha de la gente. Si se tocan nuestros derechos, espero que haya respuesta en las calles”.
Manu Sánchez, cómico y empresario cultural, 37 años. “Andalucía tiene que hacerse rica para que nos tomen en serio”
Manu Sánchez (Dos Hermanas, Sevilla, 1985), cómico y empresario cultural, es una de las voces del andalucismo contemporáneo. “A Andalucía le pediría más Andalucía, más conciencia de sí misma, más andalucismo y más tomarse en serio el papel que puede, que debe y que está llamada a jugar. Es la comunidad más poblada de España y en un sistema realmente democrático donde las mayorías deberían ser decisivas y decisorias, Andalucía tendría que tener mucho más peso específico en todo lo que ocurre en España. Ese peso específico de Andalucía está todavía muy lejos de corresponderse a la realidad de lo que somos”.
“Una cosa de la que todavía no somos conscientes es de que Andalucía no debería ser nunca el trampolín hacia otro sitio, no debería ser el banco de pruebas de nada, no debería ser la primera parada de un plan con miras nacionales, ni un escalón que pisar para mirar más alto. Sólo Andalucía está donde está Andalucía y sólo Andalucía es lo que es porque es Andalucía”, prosigue. “No tiene sentido que veamos cómo se cierra Airbus en Puerto Real para abrir una planta en Getafe, ni que estemos escuchando en un patriotismo manido y de mentira ‘Gibraltar, español’, cuando el Campo de Gibraltar es español y nadie le hace caso”, pone como ejemplo.
“El gran reto de nuestra tierra es hacerse rica para que nos tomen en serio. Para que sean ricas sus gentes y que no tuviéramos que sentirnos con complejo de inferioridad ante nadie. La industrialización, la profesionalización de Andalucía, ahí está el gran reto. También en la cooperación público-privada, como complemento y no como enemigos, porque creo que juntos harían que Andalucía fuera imparable”.
Nadia Azougagh, activista social, 37 años. “Hay que cambiar la situación de los asentamientos”
Nadia Azougagh llegó a Almería desde Marruecos a los seis años. Ahora tiene 37 y su trayectoria personal siempre ha estado ligada al activismo social. La política siempre le ha rondado la cabeza, pero tras una experiencia temporal en Podemos ha vuelto a su faceta más activista. Relata que no tiene demasiada ilusión puesta en el próximo 19-J, pero que irá convencida de que su voto será útil “para que la extrema derecha no llegue a gobernar”. Entre sus mayores preocupaciones se encuentran los asentamientos chabolistas donde residen muchas de las personas migrantes que trabajan en los invernaderos de Almería. “Hay que cambiar la situación que viven desde hace muchos años”, explica. Por eso, erradicarlos y, de forma paralela, ofrecer alternativas habitacionales dignas sería una de las primeras medidas que tomaría si fuera presidenta de la Junta de Andalucía. “No es una preocupación de cuatro activistas, hasta la ONU ha pedido que se solucione esta situación. Son personas que pagarían alquileres, pero no hay vivienda pública, y los privados no les alquilan lo poco que hay, por racismo”, afirma Azougagh, que subraya que también impulsaría que la Administración andaluza creara un protocolo para que los ayuntamientos cumplan la ley y empadronen a los migrantes.
Arcángel, cantaor, 45 años. “Permanecemos en el complejo de no sentirnos orgullosos de nuestras señas de identidad”
Francisco José Arcángel Ramos (Huelva, 1977) es una de las voces del flamenco con más proyección nacional del momento. Nacido y afincado en la capital onubense, donde vive junto a su familia y, en sus ratos libres, juega al fútbol (su gran pasión junto con el flamenco), este artista meticuloso y comprometido hasta el extremo con la cultura y su contexto social no es “pesimista con respecto a Andalucía”, aunque sí piensa que el sur de España “permanece sumido en ese complejo, extensible a la totalidad del país, de no sentirse orgulloso de sus señas de identidad”. Y señala: “Tenemos un potencial tremendo, pero nos falta creer algo más en nosotros”. Para Arcángel, medalla de Andalucía en 2017, los problemas de la comunidad son prácticamente los mismos de siempre y de cualquier lugar: “Hemos avanzado, pero aún no hemos encontrado el momento óptimo en ámbitos tan transcendentales como la sanidad, las comunicaciones y la igualdad social”.
Antonio de la Torre, actor, 54 años. “A la próxima presidenta le pido que potencie lo público”
El actor Antonio de la Torre es malagueño de nacimiento y sevillano de adopción. “Trabajo fuera de mi tierra, pero cotizo aquí, y esto lo digo con orgullo”, comenta al otro lado del teléfono mientras espera en el aeropuerto para volar a París. Volverá el domingo para votar. “Es muy importante recordar que aquel que cree que su vida debe mejorar, vaya a votar. La movilización es fundamental”, insiste.
De la Torre ve Andalucía como “una tierra de pasión, de talento, de vida, de oportunidades y ganas. Pero también como una tierra aplastada, que ha sufrido mucho a lo largo de la historia, con unas grandes desigualdades que hay que corregir y tenemos que seguir corrigiendo: Andalucía necesita sobre todo dotarse de ayudas públicas que puedan hacer efectivo el Estado del bienestar”.
Sobre la campaña electoral, De la Torre reconoce que “esperaba más”. “Más debate, más propuestas y menos etiquetas, pero forma parte del tiempo que estamos viviendo. Unos tiempos en los que la ideología se pierde en eslóganes, en mensajes baratos, facilones, que aleja a la política real de la gente. Y las políticas se hacen tomando medidas, legislando, destinando ayudas y arrimando el hombro por la gente. Y sobre todo, por la gente que más necesita”. Y recalca: “A la próxima presidenta del Gobierno, le pediría que haga esto: que potencie lo público, que trate de asegurarse y aumentar la redistribución de la riqueza para ayudar a los más desfavorecidos, que recupere el impuesto de sucesiones y el de patrimonio para las rentas más altas”.
Ángel Garzón, jubilado, 99 años. “Sé que tengo que votar para frenar la caída en Andalucía”
Ángel Garzón Roa tiene 99 años. Se expresa con desparpajo y cada vez que puede cuela un chascarrillo en su conversación, pero se pone serio cuando se le pregunta por las próximas elecciones autonómicas. “Estoy viendo que se está destrozando mi país y la comunidad y sé que aquí tengo que votar. Pero no voy a decir a quién”, advierte.
Garzón era carpintero. Lleva cinco años en la residencia de mayores Sebastián Estepa de Jaén, a donde llegó después de estar en otra de Menjíbar. Allí ha pasado la pandemia, y con la normalidad, ha vuelto a retomar sus hábitos de pasear, jugar al dominó con los compañeros del centro y leer los periódicos. “De la política me informo por la radio. Escucho las noticias todas las mañanas a las ocho y por la noche. No veo la tele porque la vista la tengo muy mal”, dice. Suele conversar de política con los otros residentes. “La crispación de los políticos no ha llegado hasta nosotros. Uno tiene su opinión, otro otra, la dice y no pasa nada”, explica. “Estas elecciones me interesan para ver si podemos frenar la caída en Andalucía, todo está yendo a peor”, opina.
Siempre ha tenido inquietud por la vida pública. “Fui concejal en mi pueblo. Era el interventor y nunca me llevé un céntimo”, bromea, sobre su paso por el Gobierno municipal de Jimena, en Jaén, donde, además de la carpintería, se entretenía en las parcelas de terreno que tenía. Se ha asegurado de que el 19 de junio podrá ir a votar en persona. “El centro está cerca del colegio electoral y me acompañarán”, explica. Al futuro presidente o presidenta le pide “que piense en la comunidad antes que en sus apetencias de mandar o en su partido” y va más allá. Es partidario de un cambio en la ley electoral para evitar depender de los grupos que no han sido los más votados. “Debería de haber una primera y una segunda vuelta”, zanja.