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Uno de cada cuatro hogares de Barcelona es vulnerable a las olas de calor

Los investigadores de la Universidad Politécnica de Cataluña han desarrollado mapas interactivos que analizan la desigualdad climática en la ciudad

Los episodios de calor extremo son cada vez más comunes, pero las viviendas de Barcelona están mejor preparadas para el invierno que para el verano. Un estudio presentado este miércoles revela que el 28% de los hogares, casi uno de cada cuatro, es vulnerable a las olas de calor y no están concentrados en una misma zona. El grupo de investigación en Arquitectura, Energía y Medio Ambiente (AEM) de la Universidad Politécnica de Cataluña, vinculado a la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Barcelona, ha clasificado los edificios de la capital según su capacidad de adaptación climática. Para ello, los investigadores analizaron factores como la existencia de refugios climáticos en la proximidad, la ventilación cruzada de las viviendas y la densidad poblacional. Los resultados, disponibles en la web de la institución, señalan las zonas que requieren una mayor atención por parte de las políticas públicas, de acuerdo con cada eje de análisis, y confirman que la vulnerabilidad climática no está directamente vinculada al nivel socioeconómico.

El mapa interactivo, elaborado por el investigador Aldo Moccia, identifica las particularidades de cada distrito según las condiciones externas e internas de sus edificios. Una parte del estudio fue localizar las zonas de refugio climático próximas y se identificó que un 46% de las viviendas están a un tiempo de desplazamiento inferior a cinco minutos caminando. Para ello, se tuvieron en cuenta plazas, parques urbanos y espacios cerrados de acceso gratuito clasificados por el Ayuntamiento, como bibliotecas y equipamientos públicos o comerciales. En varios puntos del distrito del Eixample, por ejemplo, se aprecia una menor disponibilidad de estos refugios en comparación con otras zonas de la ciudad. Han considerado también el contexto específico de agosto e de los domingos, cuando parte de los espacios están cerrados.

Sin embargo, algunas zonas de este mismo distrito presentan un buen potencial de ventilación natural cruzada en las viviendas, otra de las variables analizadas, lo que compensa en parte su vulnerabilidad. Para clasificar los edificios, los investigadores evaluaron la cantidad de unidades por planta, el número de fachadas y la existencia o no de patios interiores que faciliten la circulación del aire. “Los barrios antiguos con una elevada compacidad, como Ciutat Vella o Gràcia, tienen un bajo potencial de ventilación cruzada, mientras que las zonas cercanas a Collserola presentan un mayor potencial”, ha explicado Carlos Alonso Montollo, integrante del grupo de investigación.

Es en este punto donde el estudio distingue la vulnerabilidad energética de la vulnerabilidad socioeconómica. “No podemos afirmar necesariamente que Gràcia sea un barrio de vulnerabilidad económica; sin embargo, los datos demuestran que es el barrio con menor cantidad de refugios climáticos”, ha apuntado la profesora Helena Coch Roura.

El estudio demuestra que las condiciones de adaptación al calor varían según el historial constructivo de cada zona de Barcelona y que las estrategias de intervención deben definirse en función de las prioridades detectadas en cada caso, sea la falta de espacios públicos de refugio climático o la necesidad de mejorar la ventilación cruzada en las viviendas. El trabajo busca ofrecer herramientas útiles para orientar la planificación urbana a corto y largo plazo, con el objetivo de mejorar el confort térmico y el bienestar de los habitantes. Los investigadores subrayan que esta metodología puede aplicarse también a otras ciudades.

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